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martes, 18 de septiembre de 2012

Onésimo Redondo (1905-1936)


El impulsor del nacionalsindicalismo en Castilla La Vieja tiene 31 años cuando fallece. Sin embargo, en su corta vida se acumulan destacados logros como político y escritor, además de ser cofundador de las JONS

Es un día de verano y en el pueblo segoviano de Labajos hace un calor agobiante. A pocos kilómetros de allí, republicanos y falangistas pelean encarnizadamente desde hace días por el control del puerto de montaña conocido como el Alto del León. Pese al elevado número de bajas, los nacionales han logrado mantener su posición y ese día, 24 de julio de 1936, esperan la visita de Onésimo Redondo, destacado falangista y cofundador de las JONS, que se dirige hacia allí con la intención de insuflar ánimos a las tropas. Nunca llegará a su destino.

A poca distancia del puerto, el automóvil donde viaja Redondo en compañía de su hermano y dos compañeros se cruza en Labajos con un camión cargado de soldados, a los que toman por nacionales. Sin embargo, al aproximarse ambos vehículos, uno de los milicianos les encañona con su fusil y les obliga a bajar del coche. La sorpresa les impide reaccionar con claridad. El hermano de Redondo, Andrés, grita que no disparen, pero su amigo Agustín Sastre es abatido. Todos huyen aterrorizados, excepto Redondo. El primer disparo le alcanza en la rodilla y cae junto al coche. La segunda descarga acaba con su vida. Tiene 31 años.

Cinco días antes de su muerte, el pronunciamiento del 18 de julio le sorprende en la prisión provincial de Ávila. Redondo había sido detenido en Valladolid el 19 de marzo. Semanas antes de la victoria del Frente Popular, había afirmado: "Si triunfan, iremos todos a la cárcel al día siguiente". La profecía resultó cierta, pues el nuevo Gobierno comienza a perseguir a su partido tras las elecciones.

En esa época, Onésimo Redondo es ya un destacado miembro de Falange Española y de las JONS. Su carrera política había comenzado a perfilarse durante su época de estudiante de Derecho en Salamanca, cuando entra en contacto con varias agrupaciones católicas. Tras licenciarse, obtiene en 1927 una beca como lector de español en la Universidad de Mannheim, Alemania.  Durante su estancia, Redondo queda impresionado por el creciente avance del nacionalsocialismo alemán, sobre el que escribe numerosos artículos.

De vuelta en España, comienza a trabajar como abogado y secretario del Sindicato Remolachero de Castilla, al que "reorganiza de arriba abajo", según su sucesor Tomás Bulnes, y "dota impulso y carácter". En 1931, se une al movimiento de Acción Nacional, movido por el enérgico apoyo a la Monarquía que le habían inculcado sus padres, campesinos profundamente religiosos. Ese mismo año, crea el semanario Libertad, situado en una línea nacionalista y beligerante con el régimen republicano. También participa en la creación de las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, germen de las futuras Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), que funda junto a Ramiro Ledesma Ramos.

En su manifiesto, las JONS se declaran beligerantes con el marxismo y se definen por su nacionalismo o "nacionalsindicalismo", como bautiza Ledesma al ideario jonsista. "Ni la república nos cautiva ni la monarquía nos preocupa, (....) El pueblo creador y unido por la fe común de la patria, sabrá en cada momento histórico darse su régimen apropiado", aclara Redondo en el semanario Libertad al referirse a la forma del Estado. Sin embargo, acepta la propiedad privada y proclama la superación de la lucha de clases a través de un estado coorporativo, basado en el sindicalismo vertical. La justicia social se proclama como uno de los pilares del movimiento.

En 1932, la sublevación frustrada del general Sanjurjo provoca una oleada de represalías contra los grupos desafectos al régimen. Redondo huye a Portugal y su regreso, en 1933, coincide con el surgimiento en Madrid de Falange Española (FE), liderada por José Antonio Primo de Rivera y cuya similitud ideológica con las JONS va eclipsándolas progresivamente. En 1934, se acuerda la unión de ambos movimientos y los tres líderes, Primo de Rivera, Redondo y Ledesma Ramos, inician una intensiva labor política que continúa tras el abandono de este último en 1935.

Hasta 1936, el número de afiliados a FE de las JONS crece al mismo ritmo que la desconfianza de los partidos de izquierdas. La victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero va seguida de una persecución contra los miembros de Falange. El 19 de marzo, Onésimo Redondo es arrestado durante una redada en el café Cantábrico de Valladolid. En junio, le trasladan a la prisión provincial de Ávila.

La madrugada del 19 de julio, un día después del levantamiento, los falangistas encarcelados en Ávila son liberados, no sin dificultades. Cuando el director de la prisión les invita a salir de sus celdas, Redondo y sus compañeros se niegan, creyendo que su verdadera intención es fusilarles. Finalmente, un destacamento de guardias civiles llega a la cárcel y, tras hablar con el oficial al mando, los falangistas acceden a salir de sus calabozos.

Por la tarde llegan a Valladolid y Redondo se presenta ante el general Saliquet y otros jefes militares. Inmediatamente se reúne con los dirigentes falangistas y organiza los primeros contingentes de FE de las JONS. El 20 de julio desarrolla una actividad febril. Comienza por enviar grupos de falangistas a Tudela de Duero y otros pueblos vallisoletanos para sofocar la resistencia. También traslada su cuartel general a la Academia de Caballería, desde donde dirigirá a las milicias falangistas, organizando la intendencia y el reclutamiento.

El 22 de julio, Redondo y el resto de los generales inician el movimiento de tropas con destino a la capital. La primera columna llega al mediodía a San Rafael para tomar por sorpresa el Alto del León, en Somosierra. Las tropas republicanas, percatadas de la importancia estratégica del puerto, oponen una fuerte resistencia, pero son derrotadas. El enfrentamiento prosigue el 23 con varias tandas de asaltos. Según el falangista Carlos Sanz, Redondo visita ese día a los soldados en el Alto del León. Por la tarde regresa a Valladolid, pero decide volver al día siguiente para elevar la moral de las tropas.

El 24 de julio, una columna de soldados republicanos, comandada por el teniente coronel Julio Mangada, sale de Madrid en dirección al Alto del León. Su objetivo es sorprender por la espalda a las tropas nacionalistas que controlan el puerto. Al llegar a Labajos, uno de estos camiones se desvía de la columna para repostar en el pueblo. En su camino se cruza un automóvil y varios milicianos sublevados reconocen entre sus ocupantes el rostro del falangista Onésimo Redondo.

5 comentarios:

  1. La verdadera historia de la liberación de Onésimo Redondo y sus compañeros que habían sido trasladados desde la Cárcel de Valladolid a la de Ávila, por motivos de seguridad, ya que en Valladolid eran muy difícil de controlar a todo los falangistas detenidos.
    La historia es la siguiente: El día 19 de julio, de madrugada, un grupo de falangistas abulenses se dirigen a la cárcel del Carmen, (situada en el edificio del convento del Carmelo Calzado que había sido víctima de la desamortización de Mendizabal), a punta de pistola y en connivencia con el director de la institución se apoderan de los resortes de seguridad y los camaradas falangistas son invitados a salir, cosa a la que en principio se niegan, ya que temen por sus vidas, ante tal negativa, intervienen directamente el jefe de los falangistas y un cabo de la guardia civil. Con esta seguridad se deciden a salir de la cárcel, se trasladan al cercano Palacio de Polentinos, Academia Militar, e inmediatamente Onésimo y sus compañeros salen hacia Valladolid.
    Versión dada directamente por uno de los falangistas que intervinieron en dicho episodio. Desgraciadamente todos ellos ya han fallecidos.
    Existe una foto en los que se les ve formando a todos ellos con la bandera de la falange en el patio de columnas de dicha Academia Militar en: http://www.flickr.com/photos/avilas/5008054112/in/photostream/

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  2. La verdadera historia de la liberación de Onésimo Redondo y sus compañeros que habían sido trasladados desde la Cárcel de Valladolid a la de Ávila, por motivos de seguridad, ya que en Valladolid eran muy difícil de controlar a todo los falangistas detenidos.
    La historia es la siguiente: El día 19 de julio, de madrugada, un grupo de falangistas abulenses se dirigen a la cárcel del Carmen, (situada en el edificio del convento del Carmelo Calzado que había sido víctima de la desamortización de Mendizabal), a punta de pistola y en connivencia con el director de la institución se apoderan de los resortes de seguridad y los camaradas falangistas son invitados a salir, cosa a la que en principio se niegan, ya que temen por sus vidas, ante tal negativa, intervienen directamente el jefe de los falangistas y un cabo de la guardia civil. Con esta seguridad se deciden a salir de la cárcel, se trasladan al cercano Palacio de Polentinos, Academia Militar, e inmediatamente Onésimo y sus compañeros salen hacia Valladolid.
    Versión dada directamente por uno de los falangistas que intervinieron en dicho episodio. Desgraciadamente todos ellos ya han fallecidos.
    Existe una foto en los que se les ve formando a todos ellos con la bandera de la falange en el patio de columnas de dicha Academia Militar en: http://www.flickr.com/photos/avilas/5008054112/in/photostream/

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  3. La verdadera historia de la liberación de Onésimo Redondo y sus compañeros que habían sido trasladados desde la Cárcel de Valladolid a la de Ávila, por motivos de seguridad, ya que en Valladolid eran muy difícil de controlar a todo los falangistas detenidos.
    La historia es la siguiente: El día 19 de julio, de madrugada, un grupo de falangistas abulenses se dirigen a la cárcel del Carmen, (situada en el edificio del convento del Carmelo Calzado que había sido víctima de la desamortización de Mendizabal), a punta de pistola y en connivencia con el director de la institución se apoderan de los resortes de seguridad y los camaradas falangistas son invitados a salir, cosa a la que en principio se niegan, ya que temen por sus vidas, ante tal negativa, intervienen directamente el jefe de los falangistas y un cabo de la guardia civil. Con esta seguridad se deciden a salir de la cárcel, se trasladan al cercano Palacio de Polentinos, Academia Militar, e inmediatamente Onésimo y sus compañeros salen hacia Valladolid.
    Versión dada directamente por uno de los falangistas que intervinieron en dicho episodio. Desgraciadamente todos ellos ya han fallecidos.
    Existe una foto en los que se les ve formando a todos ellos con la bandera de la falange en el patio de columnas de dicha Academia Militar en: http://www.flickr.com/photos/avilas/5008054112/in/photostream/

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  4. La verdadera historia de la liberación de Onésimo Redondo y sus compañeros que habían sido trasladados desde la Cárcel de Valladolid a la de Ávila, por motivos de seguridad, ya que en Valladolid eran muy difícil de controlar a todo los falangistas detenidos.
    La historia es la siguiente: El día 19 de julio, de madrugada, un grupo de falangistas abulenses se dirigen a la cárcel del Carmen, (situada en el edificio del convento del Carmelo Calzado que había sido víctima de la desamortización de Mendizabal), a punta de pistola y en connivencia con el director de la institución se apoderan de los resortes de seguridad y los camaradas falangistas son invitados a salir, cosa a la que en principio se niegan, ya que temen por sus vidas, ante tal negativa, intervienen directamente el jefe de los falangistas y un cabo de la guardia civil. Con esta seguridad se deciden a salir de la cárcel, se trasladan al cercano Palacio de Polentinos, Academia Militar, e inmediatamente Onésimo y sus compañeros salen hacia Valladolid.
    Versión dada directamente por uno de los falangistas que intervinieron en dicho episodio. Desgraciadamente todos ellos ya han fallecidos.
    Existe una foto en los que se les ve formando a todos ellos con la bandera de la falange en el patio de columnas de dicha Academia Militar en: http://www.flickr.com/photos/avilas/5008054112/in/photostream/

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    1. Asi me lo contó mi padre, uno de los que fueron a liberarlo. Tenia entonces 17 años, hizo la guerra como voluntario en Avila y entorno, donde nacio.

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