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jueves, 1 de diciembre de 2011

Canción del Falangista



Falangista soy,
falangista hasta morir o vencer,
y por eso estoy
al servicio de España con placer.
Alistado voy en la juventud,
paladín de nuestra fe.
M¡ camisa azul,
con el yugo y las flechas en haz,
garantía son
en la España inmortal que triunfar.

Cuando se enteró mi madre,
de que yo era de las J.O.N.S.
me dio un abrazo y me dijo:
"Hijo mío de mi alma
así te quería yo:
falangista valeroso,
y con ese patrimonio,
la Justicia, el Pan, la Patria
y la España Grande y Libre
que soñaba JOSÉ ANTONIO".

Ahora estoy en las trincheras
dando la cara a la muerte,
si me muero, sólo siento,
madrecita de mi alma,
porque no volveré a verte.
Pero se que si me matan,
en la tierra en que yo muera,
se alzar como una espiga,
roja y negra,
con la pólvora
y la sangre, mi bandera.

Las estrofas de esta canción corresponden a la inspiración de Fernando Moraleda y fueron muy conocidas hasta los años siguientes a nuestra guerra, cayendo después en un oscuro olvido. Es la canción falangista más característica del periodo 1936-1939, como símbolo de lo que la Falange supuso y de todo cuanto se cantó.

lunes, 18 de julio de 2011

¡¡VIVA ESPAÑA!!

Nuestra voz se alza en estos momentos [....?] enronqueciendo de emoción: ¡Viva España!

Estamos ansiosos de poder rendir a la Patria todo el tributo de nuestro cariño de hijos amantes. Con gloria inmarcesible fue España reina y señora de mundos y las virtudes de su espíritu dieron a la Humanidad, vida y alientos. Influencias extranjeras, aberraciones ajenas a nosotros parecieron ahogar las energías de nuestro propio ser.

Pero España, grande y fuerte, dejaba pasar corrientes y acontecimientos, ansiosa de tender su manto de amor antes que de hacer ostentación de su fuerza. Hoy esta se ha impuesto saturada de las grandes virtudes de la raza: valor, energía, patriotismo, nobleza: que tales son las características de los Jefes que han alentado este movimiento y por lo mismo el pueblo ha respondido. Se trata de un movimiento nacional y ciudadano, al cual se ha ido para derrochar heroísmo en aras de la Patria y que permanecerá en los fastos de la Historia como una hazaña más de este pueblo grandioso que tan altos designios tiene todavía que cumplir en la historia de la civilización.

¡Viva España en el glorioso resurgir de los corazones y de las glorias patrias, en el amanecer de una era feliz de trabajo, de paz y de prosperidad!

Volveremos a ser nobles y grandes y fuertes. Es nuestra fe.

Todos para España y España para todos. Esta es la hora dé la Patria. ¡Viva España!

La Gaceta de Tenerife : diario católico de información Año 8583 Número - 1936 julio 19

sábado, 18 de junio de 2011

¡ESPAÑOLES!

A cuantos sentís el santo amor a España, a Los que en las filas del Ejército y Armada habéis hecho profesión de fe en el servicio de la Patria, a los que jurasteis defenderla de sus enemigos hasta perder la vida, la Nación os llama a su defensa.

La situación de España es cada día que pasa más crítica: la anarquía reina en la mayoría de sus campos y pueblos; autoridades de nombramiento gubernativo presiden, cuando no fomentan, las revueltas.A tiros de pistola y ametralladoras se dirimen las diferencias entre los bandos de ciudadanos, que, alevosa y traidoramente asesinan sin que los poderes públicos impongan la paz y la justicia.

Huelgas revolucionarias de todo orden paralizan la vida de la Nación arruinando y destruyendo sus fuentes de riqueza y creando una situación de hambre que lanzará a la desesperación a los hombres trabajadores.

Los monumentos y tesoros artísticos son objeto de los más enconados ataques de las hordas revolucionarias obedeciendo a las consignas que reciben de las directivas extranjeras, que cuentan con la complicidad o negligencia de gobernadores y monterillas.

Los más graves delitos se cometen en las ciudades y en los campos mientras las fuerzas de orden público permanecen acuarteladas, corroídas por la desesperación que provoca una obediencia ciega  a gobernantes que intentan deshonrarlas. El Ejército, la Marina y demás Institutos armados, son blanco de los más soeces y calumniosos ataques precisamente por parte de aquellos que debían velar por su prestigio.

Los estados de excepción y alarma sólo sirven para amordazar al pueblo y que España ignore lo que sucede fuera de las puertas de sus villas y ciudades, así como para encarcelar a los pretendidos adversarios políticos.

La Constitución, por todos suspendida y vulnerada, sufre un eclipse total: ni igualdad ante la Ley, ni libertad, aherrojada por la tiranía, ni fraternidad cuando el odio y el crimen han sustituido al mutuo respeto, ni unidad de la Patria, amenazada por el desgarramiento territorial más que por regionalismo, que los propios poderes fomentan, ni integridad y defensa de nuestras fronteras cuando en el corazón de España se escuchan las emisoras extranjeras que predican la destrucción y reparto de nuestro suelo.

La Magistratura, cuya independencia garantiza Constitución, sufre igualmente persecuciones que la enervan o mediatizan y recibe los más duros ataques a su independencia.

Pactos electorales hechos a costa de la integridad de la propia Patria, unidos a los asaltos a Gobiernos Civiles y cajas fuertes para falsear las actas, formaron la máscara de legalidad que nos preside. Nada contuvo la apetencia de poder, destitución ilegal del moderador, glorificación de las revoluciones de Asturias y catalana, una y otra quebrantadoras de la Constitución, que, en nombre del pueblo era el Código fundamental de nuestras Instituciones.

Al espíritu revolucionario e inconsciente de las masas engañadas y explotadas por los agentes soviéticos, que ocultan la sangrienta realidad de aquel régimen que sacrificó para su existencia veinticinco millones de personas, se unen la malicia y negligencia de Autoridades de todo orden que ampararadas en un Poder claudicante, carecen da autoridad y prestigio para imponer el orden y el imperio de la libertad y de la justicia.

.........vergonzosó espectáculo que estamos dando al mundo?

¿Es que podemos abandonar a España a los enemigos de la Patria, con un proceder cobarde y traidor, entregándola sin lucha y sin resistencia?

¡Eso no!! Que lo hagan los traidores, pero no lo haremos quienes juramos defenderla.

Justicia e igualdad ante la Ley os ofrecemos. Paz y amor entre los españoles. Libertad y fraternidad exentas de libertinaje y tiranía. Trabajo para todos. Justicia social, llevada a cabo sin enconos ni violencias y una equitativa y progresiva distribución de riqueza sin destruir ni poner peligro la economía española.

Pero, frente a eso, una guerra sin cuartel a los explotadores de la política, a los engañadores del obrero honrado, a los extranjeros y a los extranjerizantes que directa o solapadamente intentan destruir a España.

En estos momentos es España entera la que se levanta pidiendo paz, fraternidad y justicia; en todas las Regiones, el Ejército, la Marina, y fuerzas de orden público, se lanzan a defender la Patria. La energía en el sostenimiento del orden estará en proporción a la magnitud de las resistencias que se ofrezcan.

Nuestro impulso no se determina por la defensa de unos intereses bastardos, ni por el deseo de retroceder en el camino de la Historia, por que las Instituciones, sean cuales fueren, deben garantizar un mínimo de convivencia entre los ciudadanos que, no obstante las ilusiones puestas por tantos españoles, se han visto defraudados, pese a la transigencia y comprensión de todos los organismos nacionales, con una respuesta anárquica cuya realidad es imponderable.

Como la pureza de nuestras intenciones nos impide el yugular aquellas conquistas que representan un avance en el mejoramiento político-social, y el espíritu de odio y venganza, no tiene albergue en nuestros pechos, del forzoso naufragio que sufrirán algunos ensayos legislativos, sabremos salvar cuanto sea compatible con la paz interior de España y su anhelada grandeza, haciendo reales en nuestra Patria, por primera vez, y por este orden, la trilogía FRATERNIDAD, LIBERTAD E IGUALDAD.

Españoles: ¡VIVA ESPAÑA!
¡¡VIVA EL HONRADO PUEBLO ESPAÑOL!!

Comandante General de Canaria

Santa Cruz de Tenerife, a las 5 y cuarto horas del día 18 de julio de 1936

La Gaceta de Tenerife : diario católico de información Año 8583 Número - 1936 julio 19

lunes, 21 de marzo de 2011

Buques rusos que se dirigen a España

Con este títuilo publica nuestro querido colega «El Mercantil Valenciano», lo siguiente:

«Estambul 27, 11 Noche. - Por los Dardanelos y el Bosforo se ha registrado el paso de 15 naves soviéticas que se dirigen a llevar armas y productos alimenticios destinados para el pueblo español.

La totalidad de buques rusos que han pasado en los últimos días es de 23 y de ellos 15 van destinados a España.

El «Carl Leping» pasó el sábado pasado y llevaba 3.000 toneladas de víveres, 15 tanques, dos grandes aviones y armas y municiones.

Otro de los pasados es el «Transvaal», de 11.600 toneladas, que va destinado a Barcelona. El «Chastairs» va destinado a Alicante y el «Varlaham» a Valencia. Todos llevan víveres y armas. El «Abaressos» va con petróleo a Alicante. Hay otros que van a diversos destinos.

Todos llevan aviones, tanques y armas, juntamente con víveres.»

El Luchador : diario republicano Año 24º Número 8678 - 1936 Octubre 28

viernes, 4 de marzo de 2011

El bombardeo sobre Madrid prueba de la criminalidad de los rebeldes españoles

A menudo, demasiado a menudo, hemos tenido ocasión de poner de manifiesto este espíritu, indigno de seres civilizados que los rebeldes españoles han puesto en la lucha desde hace cuatro meses, haciendo estremecer nuestra tierra de uno a otro confín. Desde hace unos días sin embargo en sus desesperados intentos de eludir una derrota que fatalmente se les viene encima no reparan en medios ni procedimientos que los caracterizan mejor que nunca de la bajeza moral que les es peculiar. 

Las últimas noticias de los bombardeos aéreos de que ha sido objeto Mardrid nos da desgraciadamente nuevos motivos de hacer estas tristes constataciones. Ante las inocentes víctimas que nuevamente los obuses y la metralla mortífera han producido en la Capital de la República, ante la destrucción inútil y son objetivo militar de que ha sido objeto el museo del Prado, y a la vista aún de estos despojos humanos, de este cuerpo destrozado de un aviador republicano caído seguramente en las lineas rebeldes, y que estos han lanzado sobre la ciudad en un paracaídas, como un nuevo signo de sadismo inhumano, el comentarista mas alejado de la pasión de la contienda se siente poseído de la mayor indignación por estos monstruosos hechos. La guerra es siempre en si una cosa cruel, pero lo que día tras día vienen haciendo es siempre en sí una cosa cruel, pero lo que día tras día vienen haciendo estos seres que se decían salvadores de muestra España, es algo que sobrepasa los limites de la mayor depravación. 

He aquí de manifiesto, con estos últimos bombardeos de Madrid, el verdadero nacionalismo de Franco y de sus partidarios en la obra que pretenden llevar a cabo destruyendo lo mejor del patrimonio artístico de nuestra tierra. La ciudad de Madrid ha sido bombardeada sin objeto ni medida prescindiendo en absoluto del más leve eserúpulo y sentido de humanidad. Sobre el museo del Prado han sido lanzadas bombas incendiarias. Tesoros artísticos de incalculable valor han sido destruidos sin ningún objetivo que la guerra pueda justificar. Y por último, hay aún otra «gesta», que no acertamos a adjetivar, reveladora del más extraordinario sadismo, que es el lanzamiento sobre la ciudad ya tan dolorida, de los restos destroza, dos de un aviador... Algo trágico y monstruoso que nos hace enrojecer solo de pensar que pueda haber en el mundo seres humanos capaces de parecidos hechos. 

Ahora más que nunca, sentimos, todo el peso de absurdo y de injusticia por las medidas «de neutralidad» a 
que desde el primer momento de la lucha hemos sido sometidos por todos estos países que se han cómodamente parapetado detrás del pacto de no intervención. Una vez más, con estas nuevas y dolorosas pruebas que ha tenido que soportar el pueblo español, en la carne viva de mujeres y niños, se ha demostrado al mundo civilizado que nuestros contrarias no son dignos de la categoría de ser una de las dos pares en contendientes, sino que son una partida más o menos numerosa de facciosos al servicio de sus apetencias y contra el poder legalmente constituido. 

En estas horas graves, llenas de dolor y de esperanza, queremos señalar todos estos hechos, en los que no solamente nosotros, sino todo el resto del mundo, juega también un destacadísimo papel. Los unos por su pasividad, que les hace responsable en parte de las víctimas producidas por los aviones de fabricación italiana o alemana, en un bombardeo sobre una ciudad abierta... los otros por algo más que no ha sido precisamente un papel inactivo en la lucha planteada sobre las tierras de Ibéria. 

Ante estas nuevas víctimas inocentes del fascismo internacional, a la vista de los cuerpos inermes de mujeres y niños ame ametrallados por los asesinos del pueblo, sentimos más fuerte que nunca el imperativo deseo de vencer y de aniquilar por completo al adversario, para que nunca jamás sobre el floreciente suelo de nuestra tierra se produzcan parecidos episodios de terrible destrucción. Esta reacción que sobre nuestro ánimo ha operado todo el cúmulo de signos de criminalidad, de que ahora más que nunca los rebeldes han dado pruebas, será un factor más para que sean definitivamente vencidos y deshechos en las mismas puertas de la ciudad que querían convertir en un montón de ruinas.

El Luchador : diario republicano Año 24º Número 8700 - 1936 Noviembre 24

Parte Oficial de Guerra del Cuartel General del Generalísimo

En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. 

En Burgos 1.° de Abril de 1939.— Año de la Victoria.— El Generalísimo: FRANCISCO FRANCO. 

Con estas palabras escuetas y sobrias, con el estilo militar a un tiempo austero y sencillo que es norma de la Falange, ha comunicado el Caudillo en el Parte Oficial del Cuartel General dado el sábado, el fin de la horrenda guerra contra el hampa internacional que hemos sostenido a pulso durante treinta y dos meses. La guerra ha terminado. Las tierras españolas han sido ocupadas en su totalidad por los verdaderos soldados de España, por los que han dado su sangre, por los que lucharon en los frentes, por los mutilados gloriosos, por los caídos, por todos aquellos que iban al combate con un canto de amor y de guerra en los labios y desafiaban a la muerte, porque morir para ellos con el pensamiento puesto en la Patria, no era morir, era iniciar su «guardia sobre los luceros». 

La guerra ha terminado. La terminó el Caudillo por arte de su poderosa inteligencia guerrera y por sus dotes indiscutibles de diplomático. Entre la frialdad de unas naciones que no querían reconocer el reinado espiritual de España; contra los, obstáculos de otras que abocaron en nombre de la No intervención, una riada clandestina de armas y municiones; salvando solamente la leal amistad de la Inteligente Alemania, de la valerosa Italia, de la querida-Portugal, del lejano Japón, alentado por éstas, el Caudillo ha impuesto su genio al mundo. Los que reconocen ahora la realidad española, los que mandan ahora sus embajadores, los que ondean banderas rojas y gualdas, no han decidido la guerra, no la han terminado; la guerra la decidió el genio del Caudillo y la terminó su esfuerzo indomable, esfuerzo que ha emulado el de los más grandes generales de que nos habla la Historia. 

Llenos de orgullo español podemos decir y repetir a los treinta y dos puntos de la rosa de los vientos que la victoria que se instaura en la Patria con el final de la guerra, es la victoria de España y de Franco. Porque España es Franco y Franco es España. 

Y ahora, sobre la victoria auténticamente española, cuando «vuelven ya las banderas victoriosas» y el amanecer de la España Nueva tiene claridades deslumbrantes, empieza para nosotros la obra grandiosa, la obra definitiva, la obra de reconstrucción de la Patria. Y para esta obra en la que está concentrado el aliento espiritual del Imperio, el Caudillo nos ha dado un lema en dos palabras: «Deber, Sacrificio». Por tales rutas, camina la Revolución Nacional sindicalista hacia la grandeza de la Patria cifrada en un cielo azul como nuestra era donde el sol de los destinos magníficos tenga luces de perpetuidad. 

La guerra ha terminado y empieza la ascensión maravillosa a las altas y aguileñas cumbres del Imperio que debemos forjar nosotros como lo hemos sido en todos los tiempos:- los Titanes de la Historia. Hay un verse muy conocido que recuerda que nos hemos doblegado únicamente al peso de nuestra gloria. Pero de hoy en adelante, no nos vamos a doblegar ni ante esto: los españoles que servimos a Franco, entrañizados de su aliento ideal, nos sentimos con fuerzas suficientes de levantar y sostener a España tan alto que se pierda en el azul de nuestro cíelo en una emulación eterna de entusiasmos, de fervores y de ilusiones. 

Por algo sentimos en las venas la misma sangre de los héroes del Alcázar de Toledo, del invicto Oviedo, del glorioso «Baleares», que, heridos o moribundos, quizá en el último estertor, simbolizaban su patriotismo al cantar: «Me hallará la muerte, si me lleva, cara al sol» 

Cara al sol, que es cara al triunfo, cara a la gloria, cara a la luz. A esa luz que ya va irradiando por todos los contornos de España en las cinco rosas que son las cinco flechas de la Falange. 

Cara al porvenir, españoles, ¡ARRIBA ESPAÑA! jVIVA FRANCO!

Arriba España : diario nacional sindicalista Año I Número 29 - 1939 Abril 03

jueves, 3 de marzo de 2011

Conducta ejemplar de la fuerza pública

En la hora grave y de peligro, la fuerza pública ha dado un ejemplo de disciplina y amor a la República, que es de justicia resaltar. Contra las insidias de los contratistas del orden, nosotros tuvimos siempre una confianza absoluta en Cuerpos tan afectos al Poder legítimamente constituido como la Guardia civil y la Guardia de Asalto. Los hechos no han defraudado aquella confianza, sino, muy al revés, la robustecen. Los ejemplos de Melilla y Sevilla lo demuestran. La actitud valerosa e inflexible del oficial que mandaba la Guardia civil en Melilla, negándose a quebrantar sus deberes y resistiéndose a la seducción y a la amenaza, quedará como un monumento, ante el que habrán de inclinarse con devoción los amantes de España y de la República. La actitud de las unidades que en Sevilla han mantenido su adhesión al Poder constituido y se han enfrentado contra fuerzas muy superiores en número, entregando el sacrificio de su vida en aras del deber, es otro ejemplo admirable. 

En estos momentos de emoción en que el pueblo, vigilante, aprecia conductas y discierne responsabilidades; en que precisa examinar y estimar el proceder de todos; en que el Gobierno requiere el esfuerzo de los buenos patriotas, deben ponerse muy alto los merecimientos de quienes no han olvidado lo que merecen España y la República. No los han olvidado esos dignos y heroicos servidores del Estado. 

Por fortuna, la fuerza pública, desoyendo a los perturbadores de la paz social, mantiene su adhesión a la República y se ve confortada con la actitud del pueblo, decidido a que los enemigos del régimen tengan el castigo que corresponde a su osadía. 

El Gobierno sabe y puede hundir en la derrota a los sublevados contra la República; pero recuerde y apresúrese a poner en la cumbre del elogio a esas unidades de guardias de Asalto y a esa fuerzas de la Guardia civil, que tienen el deber de defender el régimen. Por nuestra parte, nos apresuramos a cantar nuestro himno de republicanos en loor a esos incorruptibles defensores del régimen, que en Marruecos y en Sevilla, ayer, y mañana, si fuese preciso, en toda la nación. saben probar cómo se sirve a la patria y cómo se hace el sacrificio de la vida por el honor y por la paz de España. 

La Libertad - Año XVIII Número 5086 - 1936 julio 19 (19/07/1936)

miércoles, 2 de marzo de 2011

La U.G.T. se dirige a todas sus Secciones

A las ocho y veinte de la noche fue transmitida oficialmente por radio desde el ministerio da la Gobernación la siguiente nota de la Unión General de Trabajadores: 

La Unión General de Trabajadores, a todas sus Secciones y a los obreros en general: 

Como respuesta a la declaración del estado de guerra por parte de los elementos facciosos que se han levantado en armas contra la República, la Comisión ejecutiva de la Unión General de Trabajadores ordena la inmediata declaración de la huelga general indefinida hasta que el criminal movimiento sedicioso sea completamente aplastado. 

La huelga dará comienzo automáticamente en cuantas localidades se haya declarado ya el estado de guerra, y se extenderá a todas aquellas en que suceda lo propio. 

La Unión General de Trabajadores, leal a sus compromisos con el Frente Popular, hace un llamamiento a todo el proletariado para que, más unido que nunca, replique con toda energía a la infame intentona del fascismo. 

Por la Comisión ejecutiva, Francisco Largo Caballero, secretarlo general; José Díaz Alor, vicepresidente. 

LA HUELGA GENERAL COMENZARA EN DONDE SE HAYA DECLARADO EL ESTADO DE GUERRA POR LOS FACCIOSOS 

Con referencia a la nota transmitida desde el ministerio de la Gobernación por la U. G. T., comunican de dicho departamento ministerial que, para que no sea torcidamente interpretada, es preciso aclarar que la huelga sólo dará comienzo en aquellas localidades en que se haya declarado el estado de guerra por los facciosos.

La Libertad La Libertad - Año XVIII Número 5086 - 1936 julio 19 (19/07/1936)

martes, 1 de marzo de 2011

El Frente Popular al lado de los poderes públicos

¡La vida por la República democrática!

Después de una noche de zozobras, de inquietudes, a las que no fueron ajenas las frecuentes notas divulgadas por la radio, los madrileños reciben en sus desvelados ojos la luz incierta de un nuevo día que les llega entre incertidumbres. ¿Qué es, en estos momentos, lo que esta peligrando en España? ¿La Democracia? Sena inútil pretender arrancar del corazón del pueblo los sentimientos democráticos, porque la Democracia, además de un derecho sagrado, es la propia vida de las masas populares. ¿La Libertad? Seria poner fin a la historia hispana. Porque un pueblo en la esclavitud, es decir, sin dignidad y sin espíritu, mal podría alcanzar los destinos que el porvenir reserva a las naciones que saben hacer honor a sus conquistas de orden moral. ¿Es la República lo que peligra? ¡¡No!! ¡¡Eso, nunca!! La República es el único sistema de gobierno fundado en la razón y el derecho, y sólo en ella vive la ciudadanía fuera de la abnegación y del oprobio. 

Nosotros hemos dicho repetidamente que sólo hay para nosotros, entre los vaivenes de la vida política y las pasiones y las luchas de los partidos y de los hombres, dos valores positivos e inconmovibles: el Pueblo y la República. Si algo se intentase contra el uno y la otra, estaríamos ante un movimiento antipatriótico. 

Por defender y conservar la República hay que ofrecerlo todo, que exponerlo todo, que darlo todo. 

Se ventilan intereses sagrados. Y el Pueblo ha de saber a dónde va en esta hora trágica. No puede ignorar por qué lucha y por qué muere. Tiene el deber ineludible de defender a la República, de sostenerla, de morir por ella. Pero después de la República, nada vale tanto como la vida del Pueblo. 

Vivimos momentos históricos. ¿Pero de qué carácter, de qué índole? Ante la Incógnita, más que de excitación, nuestras palabras queremos que sean de serenidad. 

El Ejército republicano, los militares que sienten los ideales de libertad, serán en estos momentos— estamos seguros— los más decididos defensores de la República frente a quienes pretendan aprovechar estos momentos para atacarla, al margen de ellos o con ellos confundidos.

La Libertad - Año XVIII Número 5086 - 1936 julio 19 (19/07/1936)

domingo, 27 de febrero de 2011

¡MUCHO OJO CON LAS MANIOBRAS FASCISTAS!

Las monedas de plata son acaparadas por gente sin escrúpulos, con el propósito criminal de entorpecer el intercambio de las mercancías

La reacción no renuncia a perder las posiciones privilegiada que han detentado hasta la hora presente. No teniendo coraje para luchar en la calle, recurran a toda clase de ardides.

En el momento actual se dedican a entorpecer la buena marcha de las transacciones comerciales. Aconsejan a los pusilánimes que acaparen la plata. Se da el caso inicuo de que un gran número de ciudadanos se dedican a cambiar loa billetes en monedas de plata y apilan las fracciones divisionarias.

En todos los momentos de mayor o menor pánico, pululan los agentes provocadores, que tienden solamente a acrecentar el malestar. Sabemos de dónde parte la consigna de amontonar las monedas de plata.

No estamos dispuestos a tolerar que prosperen las maniobras de nuestros enemigos. Llegaremos adonde sea. Y a quien le encontremos con abundante cantidad de plata, lo pasaremos por las armas.

Dénse por entendidos nuestros enemigos. Y los tenderos y todos los ciudadanos que tratan con el público, han de mostrarse reacios a que unos cuantos desaprensivos puedan perturbar el nuevo orden revolucionario que patrocina la clase trabajadora.

Por hoy no decimos nada.Pero procederemos con la máxima energía.

Solidaridad obrera (Barcelona). 8/8/1936.

sábado, 26 de febrero de 2011

Entierro del cadáver del teniente de Asalto don José del Castillo

A las cuatro y media de la madrugada fue trasladado desde la Dirección general de Seguridad al cementerio

A las cuatro y media de la madrugada de ayer se procedió a trasladar el cadáver del teniente de Asalto D. José del Castillo, que estaba expuesto en el salón Rojo de la Dirección general de Seguridad, al Depósito del Cementerio del Este. 

La caja fue depositada en un coche estufa, al que seguía otro cargado con las numerosas coronas y ramos de flores recibidas. Rodeaba el coche en el que iban los restos del Sr. Del Castillo oficiales, guardias de Asalto y civiles e individuos de las milicias socialistas y comunistas y muchos obreros. 

Acompañaba el cortejo el director de Seguridad, algunos otros altos jefes, los jefes y oficiales de Seguridad y Asalto y comisarios del Cuerpo de Investigación y Vigilancia, con numerosos agentes. La comitiva, que se componía de unos sesenta coches, llegó al Cementerio Municipal del Este, en la parte denominada antes Civil, donde fue depositado y donde quedaron compañeros del finado y familiares velando el cadáver. 

Durante el traslado se tomaron precauciones para evitar manifestaciones de cualquier índole. 

En el acto del sepelio pronunció un discurso el Sr. Mangada 

Para las diez de la mañana de ayer había quedado fijada la ceremonia del sepelio e inhumación del cadáver del teniente Castillo, asesinado en la calle de Augusto Figueroa el domingo último. 

Desde antes de las nueve de la mañana empezaron a afluir obreros, militares, numerosas mujeres y muchos guardias, formando un núcleo de varios miles de personas. 

A las diez en punto, conforme se había anunciado, se verificó el sepelio, presidido por el subsecretario de Gobernación, Sr. Osorio Tafall, que representaba al ministro; el director general de Seguridad, Sr. Alonso Mallol; el alcalde de Madrid, D. Pedro Rico; concejales, gestores provinciales y bastantes diputados de izquierda; la Junta municipal de Izquierda Republicana, jefes y oficiales del Ejército y de los Cuerpos de Seguridad y Asalto, sargentos y suboficiales, los temporeros de Estadística del Ayuntamiento y numerosísimo público. 

La caja fue envuelta en la bandera del Comité provincial del partidocomunista, y ante ella desfilaron las milicias unificadas. 

La comitiva recorrió unos veinte metros hasta la sepultura, y una vez allí, antes de dar tierra al cadáver, el teniente coronel D. Julio Mangada pronunció un emocionante discurso. 

Terminado éste se verificó el desfile, retirándose la comitiva y asistentes con el mayor orden, sin que se registrara el menor incidente. 

Un grupo de francmasones rindió los honores fúnebres al cadáver del teniente Castillo.


El teniente de Asalto don José del Castillo fue muerto en la calle Augusto Figueroa

La noticia oficial 

El subsecretario de Gobernación, Sr. Osorio Tafall, recibió a última hora de la noche del domingo a los periodistas, a quienes dio la versión oficial del suceso ocurrido en la calle de Augusto Figueroa, en el trozo que hay entre las calles de Fuencarral y Hortaleza. 

El subsecretario dijo que a las diez y cinco minutos, en la calle de Augusto Figueroa, donde vivía el teniente de Asalto D. José del Castillo, perteneciente al segundo grupo, -que tiene su alojamiento en el cuartel de Pontejos, esperaba un grupo, al parecer de cuatro individuos. A esa hora el señor Castillo salió de su domicilio para tomar el servicio, que empezaba a prestar a las diez. 

Un testigo ha dedlarado que pudo escuchar cómo uno de los cuatro individuos dijo: «Ese, ése es», señalando al teniente Castillo. Al acabar de oír esto cayó al suelo, a efectos de un fuerte empujón, y simultáneamente sonaron varios disparos. Se repuso rápidamente este testigo, a tiempo de recibir al Sr. Castillo al desplomarse. 

Ayudado por otro vecino de la misma calle trasladaron al señor Castillo a un automóvil y se dirigieron al Equipo Quirúrgico. 

El teniente falleció en el camino. 

Terminó diciendo el Sr. Tafall que se habían practicado algunas detenciones. 

Cómo cuenta un testigo presencial el atentado 

Ampliando la noticia oficial facilitada en el ministerio de la Gobernación, uno de nuestros compañeros en la Prensa se entrevistó con unos de los testigos presenciales del doloroso atentado que costó la vida al teniente de Asalto Sr. Castillo. 

Este testigo, que se llama Fernán Cruz, dijo: 

«Serían aproximadamente las nueve y media de la noche cuando subí en la glorieta de Quevedo a un tranvía del disco número 18, que, por cierto, tardó bastante en llegar a la esquina de la calle de Augusto Figueroa, en la de Fuencarral, en cuyo lugar hube de apearme del coche. 

Al pasar junto a la capilla que allí existe, me descubrí y me quedé mirando fijamente a un viejo, cuya actitud me extrañó, pues haciendo unos gestos grotescos estaba santiguándose arrodillado ante la ermita. 

En aquel instante, al entrar en la calle de Augusto Figueroa, volviendo la esquina de la capilla, vi venir hacia mí a un teniente de Asalto que dejaba la acera de enfrente, sin duda para entrar en la calle de Fuencarral, por la opuesta. No habría llegado al centro de la calle cuando, tras él, irrumpieron cuatro o cinco individuos-no puedo determinar el número exactamente-, a uno de los cuales le oí gritar: 

«Ese es, ése es; tírale.» 

Acto continuo se produjo un terrible tiroteo, cuyas balas alcanzaron al oficial de Asalto que, dando traspiés, vino a caer sobre mi cuerpo, derribándome en tierra, lo que me produjo una lesión en el codo que acaba de serme curada por los médicos de este establecimiento. 

Intenté levantarme, lo que conseguí difícilmente, y al notar que había perdido las gafas, las busqué, encontrando unas junto al cadáver. Al fijarmelas ante los ojos observó que no veía, lo cual atribuí a mi estado de mareo y nervosidad causado por el horror que me produjo el suceso. Instantes después un individuo me entregaba unas gafas que eran las mías, y entonces comprendí por qué se me nublaba la vista. 

En aquel momento se me acercó un joven, D. Félix Terán, y con su ayuda colocamos el cuerpo de la víctima en un automóvil, que a la sazón pasaba por aquel sitio, y le trajimos al Equipo Quirúrgico. 

Recuerdo exactamente las últimas palabras que pronunció el desventurado teniente: «Lléveme con mi mujer, que ha poco se ha separado de mí.» 

Nuestro compañero pregunta al Sr. Fernán Cruz si podría recordar la fisonomía y el aspecto de los agresores. Este señor contesta rápido: 

-Imposible. Era tal mi estado de nervosidad y tal la confusión y circunstancias en que el suceso se produjo, que no podría decir cómo iban vestidos, y mucho menos sus señas personales, lo cual lamento con toda mi alma, porque la muerte del Sr, Castillo ha sido una verdadera iniquidad. La visión de esta tragedia no se borrará fácilmente de mi memoria. 

En el Equipo Quirúrgico 

El teniente de Asalto D. José del Castillo, después del atentado fue conducido en un «taxi» rápidamente al Equipo Quirúrgico por los testigos presenciales del hecho Sres. Fernán Cruz y Terán. En el camino, como se dice en la referencia oficial, falleció el señor Castillo. 

No obstante, por si aún podía hacer algo la ciencia, los doctores de guardia, Sres. Moreno Butragueño y Tainames, auxiliados por el ayudante Sr. Mateo, reconocieron a la víctima, a la que apreciaron una herida de arma de fuego con orificio de entrada por la cara posterior del brazo izquierdo, tercio interior, y salida por la cara anterior, con fractura conminuta del húmero, y otra, también de arma de fuego, en la región precordial, con entrada por el quinto espacio intercostal y sin orificio de salida, mortal de necesidad. 

Esta última herida, según loa facultativos, fue la que le ocasionó la muerte. 

También fue atendido por los médicos de guardia el testigo presencial del suceso Sr. Fernán Cruz, quien resultó herido a consecuencia de una caída que sufrió al oir las dentonaciones. 

No habían terminado los facultativos de curar a este señor cuando llegó en una ambulancia el joven de dieciocho años José Luis Alvarez, habitante en La calle de Malasaña, número 29, y dependiente de una farmacia, el cual fue alcanzado por uno de los disparos hechos por los agresores del Sr. Castillo y presentaba una herida de arma de fuego en la cara posterior del muslo izquierdo, con fractura conminuta del fémur, sin orificio de salida. El estado de este herido es grave. 

La esposa del Sr. Castillo acude al Equipo Quirúrgico 

Poco antes de que los médicos hubiesen terminado el reconocimiento del cadáver se presentaron en el Equipo Quirúrgico el director general de Seguridad, Sr. Alonso Mallol; el coronel Sánche Plaza, jefe de las fuerzas de Asalto; varios jefes y oficiales compañeros de la victima, el comisario D. Antonio Lino y gran número de agentes de Policía, quienes inquirieron la forma en que se habla realizado el suceso. 

Momentos después llegaba al centro benéfico la esposa del teniente Castillo, que habla recibido aviso de algo anormal ocurrido a su esposo. Las personas que se hallaban presentes trataron de disuadirla de que viera el cadáver, para evitar tristes escenas, y lograron que se ausentara, convenciéndola de que su esposo 
estaba herido, pero no muerto, como ella suponía. De todas formas, la escena fue desgarradora, pues la infeliz señora se resistía a creer a los que, al fin, consiguieron que se marchase de allí. 

El cadáver del teniente es conducido a la Dirección general de Seguridad.- Se instala la capilla ardiente 

Por disposición del director general de Seguridad, poco después de las once de la noche fue llevado a la Dirección de Seguridad, en una ambulancia, el cadáver del infortunado Sr. Castillo. 

El cadáver fue depositado en el despacho del teniente coronel de las fuerzas de Asalto, mientras se ultimaba la instalación de la capilla ardiente en el salón rojo. 

Terminada ésta, el cadáver fue encerrado en una caja de caoba y expuesto en dicho salón. 

Al llegar a la Dirección de Seguridad los restos del teniente Castillo fueron recibidos por el director, el subdirector y los jefes de Seguridad y Asalto. 

En este departamento se congregaron rápidamente la viuda del Sr. Castillo, los hermanos del mismo y sus padres políticos. En el despacho del teniente coronel le fue puesta al cadáver la guerrera, de que había sido despojado en el Equipo Quirúrgico. 

Una vez amortajado y puesto en el túmulo, la viuda y demás familiares, acompañados del señor Alonso Mallol, pasaron a ver el cadáver. La escena fue hondamente dramática. El teniente Castillo había contraído matrimonio hace un mes. 

También acudió a la Dirección de Seguridad desde los primeros momentos el subsecretario de Gobernación, Sr. Ossorio Tafall, quien dio el pésame al director y a los jefes del Cuerpo. 

Asimismo acudió a dicho centro oficial, con el mismo objeto, un ayudante del presidente del Consejo y ministro de la Guerra, Sr. Casares Quiroga. 

Se reciben las primeras coronas 

A la Dirección general de Seguridad llegaron, a poco de instalarse la capilla ardiente, coronas del Ayuntamiento, Cuerpo de suboficiales, agentes de la Brigada de Investigación Criminal, el Cuerpo de Seguridad y Asalto y Parque Móvil. 

Millares de personas desfilan ante el cadáver del Sr. Castillo 

Ante el cadáver del teniente de Asalto Sr. Castillo han desfilado ayer millares de personas, entre las que vimos muchos jefes y oficiales del Ejército. 

Estuvieron también en la Dirección diputados socialistas, comunistas y republicanos y el gobernador civil. 

Al lado del cadáver, velándolo, se encontraban los familiares de la víctima. Entre ellos estaba Carlos Castillo, abogado del S. R. I. y primo del finado, con su esposa, Carmen Manso; la mujer de la víctima, Consuelo Morales; los hermanos del muerto, Pedro, Francisco, Grisaldo, Atocha y Dolores. 

Por la tarde se formaron a la puerta de la Dirección general de Seguridad largas colas para desfilar ante el cadáver del teniente de Asalto muerto en el atentado de la calle de Augusto Figueroa. 

Llega a Madrid la madre del teniente Castillo 

Ayer por la tarde, a última hora, llegó a Madrid, trasladándose a la Dirección general de Seguridad, la madre del teniente de Asalto don José del Castillo, que se encontraba, al producirse el suceso del que ha resultado muerto su hijo, en Alcalá la Real (Jaén). 

Ante el Juzgado número 3 declara la viuda 

Ante el Juzgado número 3, que instruye el sumario, ha declarado ayer la viuda del teniente señor Castillo. 

Según informes particulares, la viuda refirió que su esposo habla sido objeto de amenazas por parte de elementos falangistas, de las que tenían conocimiento los compañeros del teniente Castillo, algunos de los cuales han sido también amenazados por los mismos elementos. 

El entierro será hoy, a las nueve 

El entierro del cadáver del teniente Castillo se verificará en la mañana de hoy, a las nueve. 

Para instruir el sumarlo por la muerte del Sr. Castillo 

Para instruir el sumarlo por la muerte del teniente Sr. Castillo ha sido designado el magistrado del Supremo Sr. Orbeta.

La Libertad La Libertad - Año XVIII Número 5081 - 1936 julio 14 (14/07/1936)

viernes, 25 de febrero de 2011

El asesinato de don José Calvo Sotelo

Estamos en presencia de un suceso que lleva al límite de lo máximo el estado anárquico de esta España del Frente Popular. Queremos que se lea así porque, desgraciadamente para todos, así es. El atentado que ha arrancado la vida a la personalidad insigne de don José Calvo Sotelo no es causa, ni mucho menos, de un hecho aislado; tiene su origen en esa descomposición interna que se ha venido denunciando, día tras día, sin encontrar el remedio necesario en los hombres encargados del Gobierno de la Nación. Se ha tenido que llegar a un golpe de esta naturaleza para que todo haya aparecido tal como es, en su monstruosidad y su repugnancia. 

Ha sido preciso que el señor Calvo Sotelo haya subrayado con su muerte cuanto se atrevía a denunciar, con firme valor y doble patriotismo en el Parlamento, para que sé aprecie sin meticulosidades el mal que él tan magistralmente señalaba. Es la anarquía, apoderada de un pueblo, que lo carcome todo hasta sus pilares más básicos. Cuantas veces se ha querido llamar la atención de nuestros Gobiernos sobre la verdad de nuestra España sangrante, se ha contestado con discursos demagógicos y hasta incitaciones al crimen por elementos de la mayoría qué alguna vez tuvieron por blanco esta insigne figura malograda. 

Hoy, todas las conciencias honradas sienten su repugnancia hacia estos crímenes y todas las miradas van hacia el mismo sitio. Hacia aquellos que, estando obligados a hacerlo, no supieron evitarlos. Hacia los que un día y otro se les percataba del peligro cada vez más potente y no quisieron oír las quejas porque se lo impedía una política de debilidades y claudicaciones al servicio de partidos que ostentan la revolución como meta final de sus aspiraciones. Es ahora cuando se habla de medidas enérgicas y urgentes. Cuando se dice, sin rodeos, que éstos sucesos son impropios de países civilizados y qué para terminar con ellos se pondrán en juego todos los resortes del Poder. Lamentamos la hora de la decisión. Llega tarde en este caso. A los males se les ataja cuando están latentes, no cuando se han consumado. Nuestro temor por la suerte de España parte de la enseñanza que proporciona este mismo caso. Continuamente se está señalando el peligro, no se esperará también que no haya solución para empleara fondo el remedio. Sería un sarcasmo. 

El señor Calvo Sotelo ha muerto víctima de su amor a España. Ese era su sello y por eso se ha fraguado sobre él una ruin venganza. Representaba la bandera enhiesta de nuestras tradiciones y de nuestra fortaleza de raza, de nuestra civilización occidental frente a la invasión asiática que amenaza el porvenir de España con el signo bárbaro del puño cerrado. Aquello representaba, don José Calvo Sotelo y de esa manera deja sellado su patriotismo, tan vilmente menoscabado por esa prensa cobarde que hace la revolución en España tratando de ridiculizar a quienes llegan hasta dar su vida por esos sentimientos que nadie consiguió desenraizarle. En España, en esa España que volverá a ser Genio y Estado, Calvo Sotelo tendrá un recuerdo benemérito.

Y ahora a esperar. Esperar esa obra que anuncian nuestros gobernantes. De todos modos, bueno será que vivamos alerta. Sabemos que el enemigo no se detiene y nos causa risa -entiéndalo bien la prensa que tanto los emplean- esa serie de tópicos, de frases hechas y líricas con que los republicanos de izquierdas quisieran sostener nuestro país. Hoy día no hay más que una verdad cruda y que está en el corazón de todos: o acabamos con la anarquía o la anarquía acabará con nosotros. Desgraciadamente ya es tarde para la apreciada vida de uno de los hombres más privilegiados de España.

Labor Año III Número 168 - 1936 julio 16

Se agudiza el problema del campo español

Es muy explicable el malestar que existe en todos los sectores de la actividad nacional, por las criticas circunstancias de indisciplina, de insubordinación, de desasosiego que estamos atravesando. Pero es en el campo español dónde los problemas se agudizan, en dónde la insubordinación llega a adquirir caracteres alarmantes y en dónde la vida se hace más difícil por momentos. Y para que ese malestar explicable desaparezca en el campo, se precisa otra manera de gobernar y de proceder.

Las últimas intervenciones ministeriales en las Cortes, alrededor de estos problemas, no dan luz, desgraciadamente y lógicamente, en el asuntó. Antes al contrario, se persiste en hacer de las leyes de carácter agrario un instrumento de persecución al servicio de la política del Frente Popular. Es explicable el malestar del campo español por cualquier lado que se le mire. Y explicable, también, el aumento del paro forzoso en la clase obrera y en la que, pasando como propietaria, por que tiene unas parcelas de terreno que cultivar, lucha con dificultades insuperables.

En la declaración ministerial del anterior jefe del Gobierno, se dijo que hacer del trabajo una función de beneficencia es contrario a todo principio económico. Pues bien, esa política que condenaba el actual Presidente de la República es la que se viene siguiendo, con evidente ceguera, para remediar el paro obrero. Hay que estudiar una solución de conjunto, un plan orgánico en el que estén encuadrados todos los factores del problema. Pues, a la verdad, hasta ahora nada se ha hecho, si no es obstinarse en unos asentamientos peligrosos e ineficaces por sí mismos.

Lo que salta a las realidades españolas de estos momentos, es la carencia de una visión acertada, por nacional, del problema del campo. Todo esto y mucho más hace que el problema del paro rural aumente y que el malestar de propietarios y no propietarios avance con grave riesgo de la seguridad personal y colectiva y con el gravísimo de un colapso definitivo de la economía patria.

La Gaceta de Tenerife : diario católico de información Año 8580 Número - 1936 julio 16

jueves, 24 de febrero de 2011

"Si la reacción sueña con un golpe de Estado incruento, se equivoca" Indalecio Prieto

 BILBAO. — «El Liberal» publica un artículo de Indalecio Prieto que titula «Apostillas a unos sucesos sangrientos» y que dice así: 

«El dia 14 de Abril, una traca que estalló al pié mismo de la tribuna presidencial y varios disparos hechos a lo largo del paseo de la Castellana perturbaron el desfile militar con que se festejaba el aniversario de la República. ¿Era sólo esta perturbación lo que se buscaba? Probablemente se perseguían finalidades más hondas y dramáticas. Pero eso no es cosa de examinarlo ahora. Si nos referimos a aquellos sucesos es para recordar que durante ellos cayó mortalmente herido un alférez de la Guardia Civil que, vestido de paisano, apareció envuelto en uno de los tumultos. Lo que acaeció con ocasión del entierro del referido alférez lo narré y lo comenté en estas columnas, atribuyéndole extraordinaria importancia. 

No voy a repetir ahora la narración ni el comentario. Solo he de decir que en contraste con la lenidad qué caracterizó la conducía de algunas autoridades superiores con motivo de los bochornosos incidentes ocurridos durante la conducción del cadáver, hubo, otras autoridades subalternas que procedieron con energia. Una de esas autoridades subalternas fue el teniente de asalto don José Castillo. Desde entonces se hallaba éste amenazado, lloviendo a diario en su casa los anónimos, y desde aquel día precisamente, Madrid viene siendo escenario de constantes crímenes políticos, entre los cuales descolló el asesinato del capitán Farundo, significado por su devoción a las ideas socialistas. 

Mas, por no hacer larga y penosa la enumeración, me referiré sólo a los atentados de estos días, a los que constituyen el último rosario sangriento. Noches atrás, se detuvo un automóvil frente a la terraza de un bar de la calle de Torrijos, se apearon del vehículo varios sujetos y con pístolas ametralladoras hicieron fuego, matando a uno de los circunstantes, al parecer fascista, e hirieron a otras personas. En el bar, según informes policíacos, solían reunirse algunos individuos afiliados al fascismo y pertenecientes a dos Cuerpos armados. A la noche Siguiente, cuando salían de sus respectivas asambleas en la Casa del Pueblo los dependientes de vaquerías y los tranviarios, hízóse fuego desde un automóvil contra varios grupos pacíficos de trabajadores, resultando muertos 4 obreros. Anoche, cuando salía de su domicilio, en la calle de Augusto Figueroa, el teniente de Asaltó don José Castillo, algunos sujetos que le acechaban le acribillaron a balazos. Horas después, varias personas, unas uniformadas y otras no; se presentaron en casa del señor Calvo Sotelo y se llevaron preso al diputado monárquico, cuyo cadáver transportaron después al Cementerio del Éste. 

Bien claramente se advierte el emparejamiento de estos sucesos. A una agresión sigue otra con intervalo de escasas horas, la réplica sangrienta. 

No he de escribir palabras que estimo ociosas para condenar semejantes procedimientos de lucha. Digo simplemente que, por honor de todos, esto no puede continuar. En tan lamentabilísimos episodios descubro yo señales que patentizan la existencia de aquellos peligros que vengo denunciando reiteradisimamente. Cada uno dé tales sucesos produce exasperaciones frenéticas. 

Hoy se dijo que la trágica muerte del señor Calvo Sotelo serviría para provocar el alzamiento de que tanto se viene hablando. Bastó este anuncio para que, en una reunión que solo duró diez minutos, el Partido Socialista, el Partido Comunista, la Unión General de Trabajadores, la Federación Nacional de Juventudes Socialistas y la Casa del Pueblo quedaran de acuerdo respecto a lo que habrá de ser su acción común- si el movimiento subversivo estalla al fin. Todas las discordias quedaron ahogadas. Frente al enemigo, la unión. 

Si la reacción sueña con un golpe de Estado incruento, como el del 23, se equivoca de medio a medio. Si supone que encontrará al régimen indefenso, se engaña. Para vencer habrá de saltar por encima del valladar humano que le opondrán las masas proletarias. Será, lo tengo dicho muchas veces, una batalla a muerte, porque cada uno de los bandos sabe que el adversario, si triunfa, no le dará cuartel. Aun habiendo de ocurrir así, sería preferible un combate decisivo a esta continua sangría.»

La Tarde : diario de izquierdas Año IV Número 671 - 1936 julio 16

En la madrugada del lunes fue secuestrado y muerto el señor Calvo Sotelo

Es detenido el señor Calvo Sotelo en su domicilio 

MADRID.— Sobre las tres de la madrugada, una camioneta de guardias de Asalto paró en la puerta del domicilio del diputado de Renovacion Española don José Calvo Soíelo, -bajando de ella unos individuos que penetraron en la casa. El señor Calvo Sotelo bajó de su domicilio, y acompañado montó en la camioneta, desapareciendo desde este momento. 

Se desmiente la noticia de la detención por las autoridades 

Después de salir de su domicilio el señor Calvo Sotelo, sus familiares llamaron ala Dirección , General de Seguridad para conocer el .motivo de la detención del diputado a Cortes por Orense. En la Dirección no les dieron contestación concreta, manifestándoles además que no procedía de dicho Centro policíaco la orden para detener al señor Calvo Sotelo. 

Gestiones para hallar al señor Calvo Sotelo 

Después de detenido el señor Calvo Sotelo en su domicilio, su familia,  aprimera hora de la mañana de ayer, comunicó la noticia a diversos diputados de derecha y a otros amigos del señor Calvo Sotelo. Estos, junto con la familia, hicieron numerosísimas y activas gestiones cerca de las autoridades y se vieron sorprendidos con que ni en la Dirección General de Seguridad, ni en el ministerio de la Gobernación se sabía nada del desaparecido. 

Las gestiones en su busca continuaron durante toda la mañana de ayer. 

EL cadáver aparece en el Cementerio 

A las dos menos cuarto de la tarde se recibió la noticia de que había sido hallado el cadáver del señor Calvo Sotelo en el depósito de cadáveres del Cementerio del Este. 

Esta noticia fue confirmada poco más tarde por el ministro de la Gobernación. 

Actúan las autoridades 

Inmediatamente comenzaron las actuaciones judiciales, personándose en el Cementerio el Juzgado correspondiente. 

Las heridas que presenta el cadáver 

Según noticias oficiales, parece que las heridas que tiene el señor Calvo Sotelo no son producidas por machetazos, sino por arma de fuego. 

Según algunas personas que han podido ver el cadáver, éste tiene la cara completamente destrozada. Parece que uno de los disparos penetró por la régión occipital y le salió por 
un ojo.  

Según las noticias que se han obtenido, en el informe dado por los forenses que han examinado el cadáver del señor Calvo Sotelo, se afirma que éste sólo tiene una herida en la cabeza, de arma de fuego. La bala penetra por el ojo izquierdo y tiene su salida por la masa encefálica. 

Este informe desvirtúa los primeros rumores que han circulado, acerca de las heridas que presentaba el señor Calvo Sotelo, 

Dos detenciones 

El comisario superior de Policía, don Pedro Aparicio, ha ordenado la detención de los dos guardas del Cementerio del Este que se hicieron cargo del cadáver del señor Calvo Sotelo. 

Declara el portero de la casa del señor Calvo Sotelo 

El portero de la casa número 89 de la callé de Velázquez, domicilio del señor Calvo Sotelo, llamado Agustín García, ha prestado declaración ante el juez de guardia. Parece que ha declarado que a las once de la noche, como todos los días, entornó la puerta de la calle, ya que no la cerraba porque había una pareja de guardias, acostándose seguidamente, sin que haya sabido más después que lo que dicen los rumores y noticias oficiales que conocía. 

Se convoca a una reunión a los jefes de minoría 

El señor Martínez Barrio al tener conocimiento de lo ocurrido convocó ayer tarde en su domicilio una reunión de jefes de las diversas minorías parlamentarias para tratar del momento político. 

No se atreve al traslado del cadáver 

A última hora de la tarde recibió el señor Martínez Barrio a los periodistas, a los que dijo que aún no había terminado sus gestiones, pues le faltaba hablar con los señores Gil Robles, Domínguez Arévalo y don Miguel Maura. 

Después habló el señor Martínez Barrio por telefono con; el señor Marañón y éste le dijo que había conferenciado telefónicamente con el jefe del Gobierno, el cual le había participado que no podía acceder al traslado del cadáver a la Academia de Jurisprudencia, por considerarlo peligroso en estos momentos, y que en este sentido se seguía el mismo criterio que con el cadáver del teniente Castillo. 

Nombramiento de jueces especíales 

Ya dadas las once y cuarto de la noche, el juez de guardia dio por terminadas las diligencias que quedaron ordenadas para hacer hoy, a primera hora de la mañana, entrega de las mismas a los jueces especiales nombrados al efecto. 

Al salir, los periodistas, trataron de conseguir, aunque inútilmente, del señor Pérez Carbajo, alguna noticia. Éste, muy amable y deferente con los reporteros, se negó a decir ni una sola palabra de todo lo que había realizado. 

Media hora más tarde, y en diferentes coches, fueron trasladados a la Cárcel Modelo el conductor de la camioneta y los dos empleados del Cementerio. 


Los mandamientos son de prisión e incomunicación. 

A última hora de la noche, los reporteros supieron que para seguir el sumario, por el asesinato del teniente señor Castillo, había sido nombrado juez especial, el magistrado del Supremo, señor Orbeta, y para el del señor Calvo Sotelo, al también magistrado del Alto Tribunal, señor Iglesias Portal. 

Ambos jueces han anunciado a sus respectivos secretarios, que comenzarán a trabajar a las siete en punto de la mañana. 

No se deja ver el cadáver 

Los periodistas intentaron ver el cadáver del señor Calvo Sotelo, pero las autoridades han dado órdenes terminantes de que no entre nadie en el depósito de cadáveres. 

Se prohibe terminantemente la entrada a periodistas y fotógrafos. 

Clausura de centros y detenciones 

En la reunión de por la tarde el Gobierno fijó las medidas que de acuerdo con los preceptos de la ley de Orden público en estado de alarma se han de aplicar con todo rigor. Se acordó que el ministro de la Gobernación redacte y fije un bando recordando dichos preceptos de la ley de Orden público y exigiendo su cumplimiento. Entre otras medidas se acordó clausurar todos los centros de Falange Española, Renovación y Confédéracion Nacional del Trabajo. También se ha dispuésto la detención 
de numerosos afiliados a Falange y a la C.N.T., cuyo número se eleva por la tarde a 175. 

Ante los. temores como consecuencia de la muerte del señor Calvo Sotelo, se adoptaron también medidas de precaución para cortar en el acto cualquier intento de subversión que se produjese. 

Prieto con una comisión representando a los partidos obreros se ofrece al Gobierno 

A las doce de la noche se entrevistaron en el ministerio de la Gobernación, con el presidente del Consejo, las representaciones de los partidos Socialista, Comunista, U.G.T. y Comisión Administrativa de la Casa 
del Pueblo. 

El camarada Prieto, que figuraba a la cabeza de la Comisión, expuso al señor Casares Quiroga el objeto de 
la visita, que era el ponerse a la completa disposición del Gobierno para cooperar con la fuerza armada, en caso de un intento revolucionario de derechas o cualquier otro intento que pudiera atacar al régimen republicano. 

El señor Casares Quiroga contestó que agradecía el ofrecimiento, pero que no le había sorprendido, pues sabía que los partidos que integran el Frente Popular están siempre al lado del Gobierno cuando peligra el régimen, por quien tanto han luchado las Organizacionés Obreras. 

Terminó la reunión con grandes muestras de adhesión al Gobierno por parte de los comisionados y agradecimiento por parte del señor Casares Quiroga.

La Tarde : diario de izquierdas Año IV Número 669 - 1936 julio 14

De la muerte del teniente de Asalto don José Castillo

Noticias oficiales 

MADRID. — El subsecretario de Gobernación recibió a última hora de la noche del domingo a los. periodistas, a quienes dío cuenta del suceso ocurrido en la calle de Augusto Figueroa,  entre las de Hortaleza y Fuencarral. 

El subsecretario manifestó que a las diez y cinco, en la calle de Augusto  Figueroa, donde vivía el teniente de Asalto don José del Castillo, perteneciente al segundo grupo, que tiene su alojamiento en el cuartel de Pontejos, esperaba un grupo, al parecer de cuatro individuos. A esa hora el señor Castillo salió de su domicilio para tomar el servicio, que empezaba a prestar a las diez. 

Un testigo ha declarado que pudo escuchar cómo uno de los cuatro individuos dijo: «Ese, ése es», señalando al teniente Castillo. Al acabar de oír esto cayó al suelo, a efectos de un fuerte empujón, y simultáneamente sonaron varios disparos, se repuso rápidamente este testigo, al tiempo de recibir al señor Castillo al desplomarse. 

Ayudado por otro vecino de la misma calle trasladaron al señor Castillo a un automóvil y se dirigieron al Equipo Quirúrgico. 

El teniente falleció en el camino. 

Añadió el subsecretario que se habían practicado algunas detenciones. 

En el Equipo Quirúrgico 

A las diez aproximadamente de la noche fue conducido al Equipo Quirúrgico, en un automóvil, el cadáver del teniente de Asalto don José del Castillo. Asimismo fueron conducidos a dicho centro los señores Fernán 
Cruz, testigo presencial del suceso, que también resultó herido a causa de una caída, y don Félix Terán. 

Inmediatamente los facultativos de guardia reconocieron a la víctima, a la que apreciaron una herida de arma de fuego, con orificio de entrada por la cara posterior del brazo izquierdo, con fractura conminuta del húmero y otra, también de arma de fuego, en la región precordial, con entrada por el quinto espacio intercostal y sin orificio de salida-, mortal de necesidad. 

Antes de que los médicos hubieran terminado el reconocimiento del cadáver, hicieron acto de presencia , en el Equipo Quirúrgico el director general de Seguridad, señor Alonso Mallol; el coronel Sánchez Plaza, jefe de las fuerzas de Asalto, varios jefes y oficiales compañeros de la víctima, el comisario don Antonio Lino y gran número de agentes de Policía, quienes inquirieron la forma en que se había realizado el suceso. 

Mas heridos 

Los médicos atendieron también al señor Fernán Cruz, quien, como decimos antes, resultó herido a consecuencia de una caída que sufrió al oir las primeras detonaciones, presentaba una lesión de pronóstico reservado en el brazo y una extensa excitación nerviosa. 

Cuando los facultativos terminaban la curación del indicado lesionado, llegó en una ambulancia el joven de 18 años José Luis Alvarez, habitante en la calle de Malasaña, número 29 y dependiente de una farmacia, el cual fue alcanzado por uno de los disparos hechos por los agresores del señor Castillo y presentaba una herida de arma de fuego en la cara posterior del musió izquierdo;- con fractura conminuta del fémur, sin orificio de salida. El estado de este herido es grave. 

Lo que dice un testigo presencial del suceso 

El señor Fernán Cruz, hizo un extenso y detallado relato del suceso tal como él lo había visto, ya que en 
él tomó parte involuntariamente. 

Serían las nueve de la noche— dice el señor Fernán Cruz— cuando subí en la glorieta de Quevedo al tranvía de la línea número 18, que por cierto, tardó bastante en llegar a la esquina de las calles de Augusto Figueroa y Fuencarral, en cuyo sitio hube de apearme. 

Al pasar junto a la capilla que allí existe me descubrí y me quedé mirando fijamente a un viejo, cuya actitud me extrañó, pues haciendo unos gestos grotescos estaba santiguándose arrodillado ante la ermita. 

En aquel instante, al entrar en la calle de Augusto Figueroa, volviendo la esquina de la capilla, vi venir hacia mí a un teniente de Asalto que dejaba la acera de enfrente, sin duda para entrar en la calle de Fuencarral, por la opuesta. No habría llegado al centro de la calle cuando, tras él, irrumpieron cuatro o cinco, individuos—no puedo determinaa el número exactamente — , a uno d e los cuales le oí gritar: 

«Ese es, ése es; tírale». 

Acto continuo se produjo, un terrible tiroteo, cuyas balas alcanzaron al oficial de Asalto que, dando traspiés, vino a caer sobre mi cuerpo, derribándome en tierra, lo que me produjo una lesión en el codo que acaba de serme curada por los médicos de este establecimiento. 

Intenté levantarme, lo que conseguí difícilmente, y al notar que había perdido las gafas, las busqué, encontrando unas junto al cadáver. Al fijármelas ante los ojos observé que no veía, lo que atribuí a mi estado de mareo y nerviosidad causado por el horror que me produjo el suceso. Instantes después, un individuo me entregaba unas gafas que eran las mías y entonces comprendí por qué se me nublaba la vista. 

En aquel momento se me acercó un joven, don Félix Terán, y con su ayuda colocamos el .cuerpo de la víctima en un automóvil, que a la sazón pasaba por aquel sitio, y le trajimos al Equipo Quirúrgico. 

Se traslado el cadáver a la Dirección de Seguridad 

A las once y cuarto de la noche, por disposición del director general de Seguridad, fue llevado a la Dirección el cadáver del desventurado oficial en una ambulancia. 

El cadáver fue depositado en el despacho del teniente coronel de las fuerzas de Asalto, mientras se ultimaba 
la instalación de la capilla ardiente en el salón rojo. Terminada ésta, el cadáver fue encerrado en una caja de caoba y expuesto en dicho salón. 

En la Dirección de Seguridad, se congregaron rápidamente la viuda del señor Castillo, los hermanos del mismo y sus padres políticos. En el despacho del teniente coronel le fue puesta al cadáver la guerrera, de que había sido despojado en el Equipo Quirúrgico. 

Una vez amortajado y puesto en el túmulo, la viuda y demás familiares, acompañados del señor Alonso Mallol, pasaron a ver el cadáver. La escena fue hondamente dramática. El teniente Castillo había contraído matrimonio hace un mes. 

En la capilla ardiente, se montó una guardia de miembros de los Cuerpos de Asalto y Seguridad. Sobre la caja de caoba se depositaron flores y banderas. 

Esta mañana desfilaron por la Dirección General de Seguridad muchas mujeres, obreros, marinos, soldados 
y jefes y oficiales de la Guardia civil y del Ejército. 

También estuvieron en la Direcrción General de Seguridad numerosos soldados que habían servido a las órdenes del teniente Castillo en el Ejército. 

Durante la tarde la aglomeración de gente, compuesta en su mayoría por clase obrera, que acude a la Dirección de Seguridad para desfilar ante el cadáver del teniente Castillo, ha sido enorme. Estacionadas frente al edificio de la Dirección había, a las seis de la tarde, unas cuatro mil personas. 

La Tarde : diario de izquierdas Año IV Número 669 - 1936 julio 14

viernes, 18 de febrero de 2011

A LA DEVOCIÓN DE LA LEY

A LA DEVOCIÓN DE LA LEY

Con voluntad de defensa, el pueblo es invencible

La insurrección militar iniciada el jueves en el norte de Africa se ha extendido a la Península, donde tiene algunos focos de distinta intensidad. Los momentos son altamente delicados, sin que haya motivo para desconfiar de la victoria de la República, cuyo Gobierno, sobre disponer de buen número de recursos eficaces, cuenta con la ayuda de la clase trabajadora, que, en el momento en que escribimos, está a la espera de la orden precisa para entrar en juego. No necesitamos encarecer el valor de esa adhesión popular. Preparada para toda emergencia, la clase obrera se encuentra decidida a intervenir en la contienda, tan pronto como se le ordene, con la energía que el trance reclama. No hayá la menor duda al respecto. A los seis meses de una victoria legal, proclamada por las urnas, resulta un sueño de dementes pensar que la clase obrera acceda a dejársela arrebatar por unos insurgentes que, para serlo, han necesitado hacer traición a su propia palabra. Frente al traidor en armas, toda violencia puede ser corta. Pero ni de ella será menester usar. Será suficiente con que el Estado, tan pronto como se haga dueño de la situación, y ello debe suceder en el plazo más breve posible, haga recaer el peso de la ley sobre los actores e instigadores de la criminal agresión. De momento, todo cuanto interesa es rescatar la normalidad, alterada y ensangrentada por la insania de quienes, desde el 16 de febrero, mostraron su voluntad de invalidar, por artes de violencia, la victoria del Frente popular. Ninguna consideración de las llamadas "patrióticas" ha servido para disuadirlos de sus proyectos. En vías de obra los tienen. Lo que no consiguieron legalmente, intentan lograrlo ilegalmente. El error en que incurren no puede ser más voluminoso, y si no nos correspondiese condolernos de la sangre que haya de costar, lo celebraríamos, porque servirá para dejar constancia de que nada es tan imposible como derrotar y humillar a un pueblo cuando éste se encuentra decidido a defenderse. Esa disposición, exaltada hasta el paroxismo, llevada a alturas de sacrificio, es visible, bien visible, en la clase trabajadora. El barrunto del más liviano peligro la pone en pie y la sostiene noche y día, incansablemente, en guardia cerrada y vigilante. Nadie dude de que los efectivos obreros, estimulados por un espíritu de elevada moral, garantizan a la República su victoria. Si entran en juego, y ello depende exclusivamente, volvemos a repetirlo, de que lo entienda necesario el Gobierno, serán el alud que destruya toda posibilidad de resistencia de los insurrectos. Sobriamente, como cumple al momento,  el Frente popular, con todas sus inmensas posibilidades, se ha ofrecido al Gobierno. Este es el que lleva la dirección del momento, y a él obedece, a cierra ojos, el Frente popular.

Para que se difundan en los lugares donde el proletariado atiende las órdenes que hayan de dársele, conviene escribir tinas palabras más. Las precisas. Que se sepa que estamos a la devoción de la Ley. Supuesto que necesitemos entrar en juego, entramos en él como una fuerza más del Estado. Quien se nos enfrente es un insurrecto, un ilegal, un adversario del Estado. Su destrucción es no sólo necesaria, sino legítima. Medítese sobre la ventaja moral de ese hecho, absolutamente nuevo en la acción obrera. Si llega el instante de intervenir en la liza, nadie olvide que es un leal al Gobierno y a la ley. Un leal al que la ley impone, además de su propio instinto vital, la necesidad de no retroceder y de aniquilar a quien se le enfrente como adversario. Si se nos reclama el concurso, ello ocurrirá porque la situación se ha hecho más difícil, y en tal caso, toda la dureza será poca para derrotar de modo definitivo a los insurgentes.

Doble moral para los combatientes obreros: la suya propia y la de la ley. Doble, pues, la energía. Convocados a las armas por la República, que nadie vacile en sacarla victoriosa de la prueba presente. Camaradas : ¡Atención a las órdenes!

El Socialista, 19/07/1936