¡La vida por la República democrática!
Después de una noche de zozobras, de inquietudes, a las que no fueron ajenas las frecuentes notas divulgadas por la radio, los madrileños reciben en sus desvelados ojos la luz incierta de un nuevo día que les llega entre incertidumbres. ¿Qué es, en estos momentos, lo que esta peligrando en España? ¿La Democracia? Sena inútil pretender arrancar del corazón del pueblo los sentimientos democráticos, porque la Democracia, además de un derecho sagrado, es la propia vida de las masas populares. ¿La Libertad? Seria poner fin a la historia hispana. Porque un pueblo en la esclavitud, es decir, sin dignidad y sin espíritu, mal podría alcanzar los destinos que el porvenir reserva a las naciones que saben hacer honor a sus conquistas de orden moral. ¿Es la República lo que peligra? ¡¡No!! ¡¡Eso, nunca!! La República es el único sistema de gobierno fundado en la razón y el derecho, y sólo en ella vive la ciudadanía fuera de la abnegación y del oprobio.
Nosotros hemos dicho repetidamente que sólo hay para nosotros, entre los vaivenes de la vida política y las pasiones y las luchas de los partidos y de los hombres, dos valores positivos e inconmovibles: el Pueblo y la República. Si algo se intentase contra el uno y la otra, estaríamos ante un movimiento antipatriótico.
Por defender y conservar la República hay que ofrecerlo todo, que exponerlo todo, que darlo todo.
Se ventilan intereses sagrados. Y el Pueblo ha de saber a dónde va en esta hora trágica. No puede ignorar por qué lucha y por qué muere. Tiene el deber ineludible de defender a la República, de sostenerla, de morir por ella. Pero después de la República, nada vale tanto como la vida del Pueblo.
Vivimos momentos históricos. ¿Pero de qué carácter, de qué índole? Ante la Incógnita, más que de excitación, nuestras palabras queremos que sean de serenidad.
El Ejército republicano, los militares que sienten los ideales de libertad, serán en estos momentos— estamos seguros— los más decididos defensores de la República frente a quienes pretendan aprovechar estos momentos para atacarla, al margen de ellos o con ellos confundidos.
La Libertad - Año XVIII Número 5086 - 1936 julio 19 (19/07/1936)
No hay comentarios:
Publicar un comentario