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jueves, 14 de febrero de 2013

Juan Beigbeder (1888-1957)


Militar nacional, es el responsable de la estabilidad en la zona marroquí durante la Guerra Civil y del constante flujo de refuerzos africanos hacia territorio peninsular, un logro que Franco reconoce en el Consejo Nacional de FET-JONS

Con las tropas procedentes de Marruecos avanzando sobre toda la Península, uno de los personajes determinantes para comprender la estabilidad marroquí en el conflicto bélico español entra a formar parte del Consejo Nacional de FET de las JONS. Entre noviembre y diciembre de 1937, Juan Beigbeder Atienza se asienta como persona de referencia en el norte de África.

Nacido en Madrid en 1888, cuenta con una férrea vocación militar desde muy joven, entrando como cadete en la Academia de Ingenieros y diplomándose en la Escuela Superior de Guerra. Su primer puesto importante lo desarrolla en Berlín entre los años 1929 y 1933, pero el rasgo que le define como militar es su unión indisociable con Marruecos. Militar africanista atípico, es uno de los pocos españoles que aprende árabe y se interesa por la cultura del Rif, unos aprendizajes que le servirán para las constantes negociaciones de las que se hará cargo a lo largo de la Guerra.

El alzamiento del 18 de julio cuenta en Marruecos con la alianza de distintos coroneles que se encargarán de controlar la zona. En Tetuán, el coronel Asensio, al mando de los regulares que ocupan el aeródromo, se instala en el gabinete telegráfico de la Alta Comisaría, donde también se encuentra Sáenz de Buruaga; el teniente coronel Juan Beigbeder, por su parte, toma la Delegación para Asuntos Indígenas (DAI). El 19 de julio el general Franco aterriza en Tetuán, comenzando así el proceso de control de la zona marroquí. El principal objetivo en este momento para Beigbeder es garantizar el cumplimiento de la orden que pretende diseñar un sistema de reclutamiento que, a la vez de eficaz, sea compatible con la gobernabilidad del territorio, el orden público y las instituciones de gobierno.

Por esta razón, desde el 22 de julio Beigbeder entabla conversaciones con todas las autoridades locales afines para establecer un sistema de reclutamiento -voluntario y forzoso- que nutra a las tropas que habrán de componer el frente de guerra en la Península. Al mismo tiempo, en la tarde del mismo día 22, Beigbeder lleva a cabo un plan de arresto masivo de todos los dirigentes de facciones contrarias a este reclutamiento de marroquíes para la Guerra. De este modo, el 25 de julio Beigbeder manda una carta al líder del movimiento nacionalista marroquí Abdeljalak Torres, que permanece bajo estricta vigilancia del mando español, para pedir su colaboración. Se trata de evitarse complicaciones, y el principal objetivo ahora es que el líder nacionalista no se oponga a que sus hombres se integren en las unidades de guerra que poco a poco va configurando el bando golpista.

"Quiero que estés seguro de que el nuevo régimen español desea cooperar con los nacionalistas, y en primer lugar contigo", comunica Beigbeder a Abdeljalak Torres en una misiva remitida en estas fechas. "El general Franco, quien ya sabes cuanto quiere a Marruecos, desea practicar una política distinta a la de los regímenes monárquico y republicano; política que es un deseo que esté acorde con la que es su propósito seguir con los estados árabes en particular y con los estados musulmanes en general".

El emplazamiento de Beigbeder, confirmado en su cargo de delegado de Asuntos Indígenas el 27 de julio, tiene rápida contestación. El líder nacionalista marroquí escribe el 1 de agosto el texto Actitud de la República española frente a nuestro movimiento, en el que pide a Beigbeder que se reconozcan los derechos de la población marroquí y se permita formar un partido político, una idea a la que Franco dará el visto bueno. La estrategia de Beigbeder parte de tres supuestos: mantener el orden público, prevenirse de invasiones de terceros países y, ante todo, proporcionar a cualquier precio un flujo amplio y constante de tropas marroquíes que mandar hacia territorio peninsular, como explica el historiador Abdelamjid Benjelloun.

El 6 de agosto de 1936 Beigbeder va a ser nombrado secretario general de la Alta Comisaría de Marruecos, al tiempo que mantendrá su cargo al frente de la DAI. Pero en estos momentos el proceso de reclutamiento de tropas, perfectamente diseñado por Beigbeder, sufre un contratiempo, ya que Abdeljalak Torres se opone a la incorporación a filas nacionales de fuerzas vinculadas al espectro religioso, una oposición a la que hay que sumar el hecho de que, a finales de agosto, una lluvia de pasquines empapa Marruecos posicionándose en contra del reclutamiento de sus ciudadanos.

Ante esta situación, el general Orgaz, a la sazón alto comisario en Marruecos, llama a Torres y le amenaza con ser presentado ante un tribunal militar. La actuación de Orgaz pone en pie de guerra al jalifa Mulay el Hasan y al borde de la desestabilización a todo el proceso levantado por Beigbeder. Éste, con firmeza y prometiendo cumplir los requisitos de autonomía, solventa el problema. El general Franco, una vez enterado del incidente, destituirá a Orgaz en marzo del 37 y el 13 de abril situará como alto comisario a Juan Beigbeder.

Tras el verano de 1936 comienza el proceso político prometido para Marruecos. Así, se inauguran la madraza coránica Hasania, el nuevo edificio de la madraza Al Ahlía, se legaliza el Partido Reformista Nacionalista -tras un informe favorable presentado por Beigbeder el 20 de noviembre- y el 1 de febrero de 1937 se legaliza el Partido de la Unidad Marroquí. Durante este periodo también se permiten diversas publicaciones y periódicos, reuniones públicas y distintos centros de estudios árabes. Estas medidas significan -según Beigbeder- un duro golpe a las críticas francesas sobre el autoritarismo hispánico en Marruecos y una buena propaganda ante el mundo árabe y musulmán.

En el año 1938 se consolida un sistema de Gobierno en Marruecos en el que se permite una gran autonomía del sistema educativo y judicial, llegándose incluso a crear Casas de Marruecos en El Cairo, Granada y Madrid. El pacto de reconocimiento al que se llega con las élites de Marruecos permite que el reclutamiento sea sencillo entre una población que quiere escapar del 90% de paro que sufren en aquel momento las cabilas y el 60% de las ciudades, según los datos recogidos por el investigador e historiador Mohammad Ibn Azzuz Hakim. La realidad de esta situación queda reflejada en el total de 62.271 marroquíes reclutados.

La labor de Juan Beigbeder como delegado de Asuntos Indígenas, alto comisario en Marruecos y consejero nacional de FET de las JONS entre 1936 y 1939 tiene su reconocimiento el 9 de agosto de 1939 cuando es nombrado ministro de Asuntos Exteriores, si bien en octubre de 1940 es sustituido por Serrano Suñer. Finalizada su labor, Juan Beigbeder Atienza es ascendido a general, pero queda prácticamente retirado de la vida pública hasta su fallecimiento en el año 1957.

4 comentarios:

  1. Parece más cierto que nació en Cartagena y no en Madrid.

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  2. Parece más cierto que nació en Cartagena y no en Madrid.

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  3. El apoyo marroqui al alzamiento fue importante. casi siempre se habla de Alemania e Italia pero las tropas marroquies que sumaron mas de 60.000 soldados fue superior o equivalente a la ayuda de las brigadas internacionales a la Republica.

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  4. El apoyo marroqui al alzamiento fue importante. casi siempre se habla de Alemania e Italia pero las tropas marroquies que sumaron mas de 60.000 soldados fue superior o equivalente a la ayuda de las brigadas internacionales a la Republica.

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