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miércoles, 14 de noviembre de 2012

Annibale Bergonzoli (1884-1973)

General del Ejército italiano conocido como 'Barba eléttrica', se convierte en el salvador de los voluntarios italianos que combaten en las filas nacionales al dirigir su repliegue tras la derrota en Guadalajara


"Tierra, te queremos dominar; / mar, te queremos navegar; / ¡La Littorio regresa, señal / de fuerza, de civilización!". Este himno, cantado por una de las divisiones -la Littorio— de las legiones italianas que combaten en la Guerra Civil, refleja la peripecia vital de su jefe, el general italiano Annibale Bergonzoli, también conocido como Barba eléttrica, que pasa la primera mitad del siglo XX de campo en campo de batalla, luchando en todas las guerras en las que su país interviene.

Bergonzoli desembarca en el puerto de Cádiz a finales de 1936, al mando de la División Littorio, una formación que pertenece al Ejército regular italiano, comandada por oficiales regulares pero constituida por reclutas voluntarios, concentrados en la población italiana de Littoria. En marzo de 1937, esta División, integrada en el Cuerpo de Tropas Voluntarias (CTV) -Corpo Truppe Volontarie, en italiano- es llamada para combatir en Guadalajara.

El 10 de marzo, Bergonzoli y sus tropas avanzan hacia el pueblo de Brihuega en la retaguardia de las fuerzas del CTV. Estos hombres, trabajadores y campesinos sin experiencia, como los describe Hugh Thomas, que habían deseado ir a Abisinia -actual Etiopía- en el mejor de los casos o que, en el peor, no tenían muy claro a dónde iban -algo razonable teniendo en cuenta que se había empleado a la División como extras en la película Escipión el africano-, se enfrentan en la Batalla de Guadalajara con sus compatriotas del Batallón Garibaldi -compuesto por brigadistas internacionales italianos fogueados en las batallas de Madrid y el Jarama. Italianos de los dos bandos se enfrentan en las cercanías de Brihuega, en torno al palacio de Ibarra, donde los miembros de las Brigadas Internacionales ametrallan a los del CTV al grito de: "Noi siamo italia ni di Garibaldi- Nosotros somos italianos del Garibaldi-".

Este choque entre italianos concluye con el triunfo del Batallón Garibaldi, que toma el palacio de Ibarra y llega hasta Brihuega. Con la toma de la población, el flanco de la División Littorio queda al descubierto, y Bergonzoli dirige un repliegue ordenado que hace que el descalabro del CTV no sea catastrófico.


Según recoge Alcofar Nassaes, el general es considerado como el verdadero salvador del CTV en Guadalajara, al desplegar adecuadamente a sus hombres en una línea de contención, enviando únicamente a la vanguardia algunas unidades de su división para apoyar el repliegue de las que están siendo derrotadas. En esta batalla, Bergonzoli conduce personalmente a sus hombres en algunos contraataques, aunque con escaso éxito.

Esta audacia no es nueva para Barba eléttrica, llamado así por su barba blanca, de la que en momentos de nerviosismo -según algunos testimonios- parecía que saltaban chispas. De hecho, García Serrano lo describe como "un manojo de nervios en alta tensión".

En 1906 es nombrado subteniente de Infantería. Con este grado participa como voluntario en la guerra italo-turca de 1911. Ascendido a capitán, lucha en la Primera Guerra Mundial, en el Frente trientino y, posteriormente, en el de Macedonia, actuando como jefe de operaciones de una división. Durante este conflicto es condecorado con dos Medallas de Plata y una de Bronce al Valor.

Al acabar la Guerra ya es teniente coronel y dirige una división de Asalto, con la que opera al año siguiente contra algunas partidas rebeldes en Cirenaica (Libia). Su ascenso continúa y, ya como coronel, en 1928 manda el 56 Regimiento de Infantería y después el 78 Regimiento de Toscana, apodado los Lobos de Toscana. En 1935, asciende a general de Brigada y actúa como comandante de la 2ª Brigada Celere en Etiopía -antigua Abisinia-, donde manda la vanguardia de Graziani en la Batalla de Neghelli, y resulta herido. De esta campaña vuelve con una nueva condecoración, en este caso la insignia de la Orden Militar de Sauria.

En Guadalajara, y a pesar del fracaso italiano, la fama de Barba eléttrica no se ve desmerecida, y Bergonzoli continúa al frente de la Littorio. Tal vez por esta fama de jefe audaz y entendido, tal vez por la leyenda en torno a su mote, que según algunos no le es impuesto en España, sino por el propio Mussolini, el general es uno de los blancos predilectos de la propaganda del bando republicano, que, según A. Santamaría, prometía una recompensa de 10.000 pesetas por su cabeza.

A mediados de agosto del 37, Bergonzoli toma parte en la conquista de Santander, donde obtiene la Medalla de Oro al Valor Militar, máxima condecoración militar italiana. Junto a los otros cuatro jefes italianos en España, Bergonzoli empieza a ser calificado de héroe de la nueva Italia. En el verano de 1938, participa en la campaña de Aragón y en el intento por alcanzar el mar Mediterráneo. Durante esta campaña es herido en Alcoriza, y en el avance hacia Valencia resulta tocado nuevamente. Cuando Mussolini ordena retirar de España 10.000 soldados, Bergonzoli deja el mando de la División Littorio a Gastone Gambara y regresa a Italia en octubre de 1938. Gracias a sus acciones en España, es condecorado con la Medalla Militar Individual y ascendido a general de División.

No acaban aquí sus batallas. En 1940, Italia entra en la Segunda Guerra Mundial y Barba eléttrica manda el 23 Cuerpo del Ejército desde sus primeras batallas en el Norte de África, concretamente en Libia. Interviene en la campaña de Marmarica, y durante la ofensiva británica de finales de 1940 defiende la fortaleza de Bardia, cuyo cerco logra romper con un grupo de hombres, retirándose luchando hasta Tobruk. Al perderse esta ciudad, y siempre combatiendo, retrocede a Bengasi, donde finalmente es capturado en enero de 1941 por el Ejército inglés. Como prisionero de guerra, es internado en un campo de concentración en la India, y posteriormente en América del Norte, donde, según Alcofar Nassaes, sufre malos tratos.

Tras la destitución de Mussolini como jefe del Gobierno italiano -25 de abril de 1943-, Bergonzoli rehúsa colaborar con los aliados. Una vez finalizada la Guerra, retorna a Italia -marzo de 1946-y reingresa en el Ejército, pasando a la reserva.

Bergonzoli fue presidente de la Asociación Nacional de ex combatientes Italianos en España y vivió el resto de sus días en su casa de Cannobio, sobre el Lago Maggiore. Muere en Roma en 1973.

Annibale Bergonzoli no perteneció nunca al Partido Fascista italiano y sus soldados decían que en sus discursos y proclamas jamás hacía referencia ni al Partido ni al Duce, sino únicamente a Italia.

1 comentario:

  1. Siempre me ha ineresado este militar italiano,la primera vez que leí su nombre fue noviembre de 1941,cuando la ofensiva inglesa en Sidi Barrani.Me extraña su nombre Anibale (Anibal) enemigo cartagines de los romanos.

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