El general a quien la Reúpblica perdonó su primera traición venía a España para ponerse otra vez frente al pueblo
Antes de partir comió con varios políticos cobardes refugiados en Portugal
Se reciben noticias del accidente en que perdió la vida el general Sanjurjo, cuando iba a ponerse al frente de los rebeldes de Sevilla, entre los cuales, según parece, no existe entusiasmo alguno por los talentos militares de Queipo de Llano.
El viaje hubo de prepararse con precipitación, pues se quería que Sanjurjo entrase en España por Extremadura y convenientemente disfrazado; pero fracasó este plan por haber sido capturados en Extremadura los fascistas que habían de intervenir en el logro del mismo. Debido a esto, vino a Portugal, de noche, la avioneta de Ansaldo, que quedó oculta en terrenos de unos individuos simpatizantes con el fascismo.
El general Sanjurjo salió de su residencia con el pretexto de dar un paseo en automóvil, y en las inmediaciones de Estoril, donde estaba la avioneta, pudo emprender el vuelo hacia España. A lo que parece, antes del viaje el general Sanjurjo y Ansaldo comieron con varios políticos españoles refugiados en Portugal, y conmemoraron por anticipado el buen éxito de la excursión. Se cree que con este motivo el aviador Ansaldo omitió la revisión acostumbrada al emprender un vuelo de aeroplano, y se dice que ya el despegue se hizo con alguna dificultad.
Aun se desconoce con exactitud la causa de haberse incendiado la avioneta. Lo cierto es que ello fue rapidísimo y que a los campesinos que lo presenciaban les dio la sensación de ser un vivísimo relámpago. El aparato cayó a tierra con velocidad espantosa, y allí siguió ardiendo. Cuando acudió gente a prestar socorro, el avión era un informe montón de hierro chamuscado.
Se comenta mucho que el general Sanjurjo no pudiera soltarse de la correa con que iba sujeto a su asiento. El cuerpo del general constituía una masa informe carbonizada.
El aviador Ansaldo está grave, pues sus heridas y quemaduras son muchas y graves.
El accidente sucedió entre Monte Estéril y Cascaes.
Entre los políticos españoles refugiados en Portugal ha producido profundísima consternación la muerte del que iba a ser caudillo de la sedición fascista.
El Socialista (22/7/36)
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