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viernes, 23 de noviembre de 2018

EL MADRID HEROICO: Tropas leales, milicias y aviación

Madrid no sólo ha vencido al enemigo interior, sino que ha derrotado, en la mañana de ayer, a los que amenazan con ponerle cerco. Aquellos cuarteles de las inmediaciones de la capital que salieron en ayuda de los rebeldes pensando en comprometer la seguridad de Madrid, han sido fácilmente reducidos. Estas victorias, obtenidas gracias al denuedo con que pelean las fuerzas afectas al Gobierno y las milicias populares, han levantado el entusiasmo de todos los combatientes, dándoles una moral difícil de superar: han adquirido la convicción, para nosotros justificada, de que son invencibles. Lo son, en efecto; cuando se dispone de las reservas de heroísmo con que cuentan las fuerzas leales, las victorias, si no fáciles, son seguras. Por eso, cuando los rebeldes, desde las estaciones de radio de Sevilla o Valladolid, dan noticia de que movilizan columnas militares contra Madrid, Madrid, en armas, se autoriza a sonreír. No sonríe inconscientemente. Sabe que, si tales noticias se confirman, precisará hacen un nuevo alarde de valor; pero sabe igualmente que la prueba le será, una vez más, favorable. Confía en su denuedo y en su arrojo, bien probados en estos días que la traición y la deslealtad han hecho sangrientos. Damos en creer que los rebeldes, para quienes no es desconocida la gravedad de su situación, piensan, más que en atacar, en defenderse. Saben que han perdido la contienda y que su causa no tiene salvación; a todo cuanto su moral alcanza es a simular ante los aparatos de la radio unas victorias imaginarias que a nadie engañan. El 'tono de voz los delata. Y, por si ello no fuese suficiente, las noticias que difunde la radio de Madrid aleccionan al país, que está inequívocamente al lado de la República. A ejemplo de Madrid, los pueblos se ponen en pie y empuñan las armas. Esa resistencia de los pueblos, traducida en actos de naturaleza distinta, asfixia a los rebeldes. No hay salida para su desesperada situación. No tardaremos mucho en comprobar cómo se rinden y buscan atenuaciones y disculpas para su traición, buscando eludir con ellas la terrible sanción legal que les aguarda en relación con el delito que han cometido.

Madrid y Barcelona han hecho cara a los insurgentes con un valor sereno y ejemplar. En un período de tiempo brevísimo han despejado la situación, poniéndose en condiciones de ir en ayuda de cuantos la necesiten. Todo da ocasión para hacer el elogio de las milicias y de las fuerzas leales a la República. Entre éstas hay que hacer un lugar destacado a Ja aviación, que está rindiendo a España unos servicios inmejorables. Su sola presencia en los lugares donde se combate hace que los rebeldes se entreguen a discreción, como ha ocurrido en Alcalá. Madrid, pues, está en condiciones de recibir a las columnas que los sublevados se dispongan a enviarle. Dispone, además de las tropas cuyo heroísmo queda encomiado, de un plantel de aviadores por demás admirable,, que no se concede Vacación ni descanso. Cubren todos los frentes, y en todos ellos alcanzan el objetivo propuesto. Y, además, la marina de guerra, reconquistada para la República por sus bravas dotaciones de especialidades y marinería, que han reducido, no sin lucha, a los jefes desleales, ha venido a sumarse al empeño heroico.

¿Columnas sobre Madrid? Quizá lleguemos a conocerlas; pero los soldados que lleguen en ellas vendrán a reforzar las filas de los defensores del régimen, aprovechando la primer coyuntura que se les depare para escapar de las filas rebeldes. Eso es lo que hasta ahora viene sucediendo y lo que con mayor frecuencia sucederá en adelante. Que deserten los soldados al conocer el engaño de que han sido víctimas, es del todo natural; lo que no resulta tan natural es que huyan los oficiales cuando ven el peligro... de Madrid, es decir, cuando dan vista a las tropas leales, a las milicias y a la aviación.

El Socialista (22/7/36)

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