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lunes, 24 de marzo de 2014

En el amanecer, la camisa azul os vigila

Reflexionad, cuantos vestís camisa azul. No es un detalle cualquiera del vestido. La camisa azul es como bandera del espíritu español, que flamea por ondas de carne. Piel tostada y recia de los hombres; rosada y fina en las mujeres; clara y temprana en los flechas.

Esa bandera, esa camisa azul, es también advertencia, guia y vigilante.
Obrad como si el azul os dirigiera penetrantes miradas. Es azul porque el azul es color fuerte y es grito entre los colores. Escuchad un instante a lo que os obliga la camisa azul.

Principalmente y ante todo, la camisa azul es un imperativo ineludible de disciplina. Quien la viste ha de reconocer que ha concluido de obrar por cuenta propia; es ya miembro de un cuerpo poderoso: La Falange y no ha de moverse sino en virtud de la orden que reciba. No admitas dudas ni titubeos entre la orden que se te dá y tu parecer. Tu opinión no importa. Mejor será que no te tomes la molestia de andar indagando por cuenta propia. A la orden del jefe, procede un estudio, una competencia, una mayor autoridad. Nuestro reglamento lo dice: lo aconseja: lo manda:

«El militante nunca deberá actuar por iniciativa propia;.las órdenes emanadas de los jefes llegados al mando por méritos contrastados son siempre buenos; y desde luego, mejor que las ocurrencias personales».

Quien viste la camisa azul debe producirse en las conversaciones con corrección, sin groserías. El azul es valor pero es también elegancia. La plebeyez debe considerarse abolida, con la caída del rojo. En un camisa azul el vocablo soez, la blasfemia, el escándalo, en fin, de palabra es una mancha que la ensucia.

No se rodee de espectacular importancia el vestir camisa azul. Los actos meritorios tendrán nás relieve y honrarán más a Falange, si se realizan de una manera natural, como diciendo: Todo esto en Falange, no es un hacer extraordinario.

Esto manda la Falange:
«El valor de una cualidad tan imprescindible y propia de todo militante, como la honradez y la lealtad. Sólo alardean de valientes aquellos que no lo son. Ningún militante, por lo tanto, exibirá muestras de valor».

La camisa azul, no poblará el burdel ni pisará las tabernas. A cuantos sufran tentaciones viciosas, sírvales el azul de impedimento. La camisa azul, no debe ser nunca testigo de sus caídas. Esta calla pero habla y avergüenza a la carne, con el grito fuerte de su azul.

Procura vencerte: insiste en el propósito de no rebajarla; intenta de nuevo hacerte digno de ella. Pero si vences la tentación, camarada, abandónala al menos y entra en el burdel o pisa la taberna con la camisa blanca o de otro color, sin yugo y sin flechas. Esto es una de las más rigurosas existencias de Falange. No lo pide sólo nuestro reglamento: lo imponen desde la celeste guardia, nuestros camaradas muertos. El color de la camisa que ellos llevan al morir, es igual, azul.

Solamente debes vestir esta camisa azul, cuando te eleves. Si no puedes evitar la caída, despójate al menos de ella, eleva más alta la cabeza, para que no la salpique el fango

Fortaleza y alegría; esto predica el azul, ceñido al pecho. Nuestro Reglamento lo define así:

«Se abstendrá de toda conversación que demuestre la tibieza o desagrado en el servicio, duda de los Jefes o sentimiento de la fatiga que exige lo que voluntariamente aceptó».

Entenderá que rodea la camisa azul su pecho, para pública y probada promesa y deber de ofrecer a España, sin reservas, condiciones ni ambición. En ningún instante la utilizarás como medio para satisfacer tus deseos. Al vestirla sí algo deja de existir es él; si algo cobra mayor vida, España.

Recordarle siempre, puesto que decidisteis vestirla; la camisa azul os vigila. No es testigo mudo; os reprochará vuestras caídas con el pregón de su azul magnifico. Sois con ella el blanco de todas las miradas. Una camisa azul no pasa nunca desapercibida. Por exigírselo todo, no se perdona nada a un camisa azul.

Cuando desfallezca vuestro valor, antes que profanarla, despojaos de ella. Solamente la debéis vestir valientes, rectos y justos. En instantes de desfallecimiento, de sinuosidades, de sin tazón, haceos hombres cualquiera. Pero cuando la vistáis no olvidéis -por Falange, por Dios por la Patria-. que formáis entre los elegidos.....

(Servicio de Prensa y Propaganda)

Imperio : Diario de Zamora de Falange Española de las J.O.N.S. Año I Número 21 - 1936 Noviembre 21

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