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lunes, 10 de diciembre de 2012

Julián 'Gorkín' (1901-1987)

Tras desengañarse del proyecto soviético y destacar como líder del POUM durante la Guerra, este antiguo hombre de la Komintern se dedica durante el exilio a la literatura, con obras como 'Así asesinaron a Trotski'

Julián Gómez nace en 1901, poco después de que sus padres, Pascual y Consuelo, llegaran a Benifairó de les Valls (Valencia) procedentes de Aragón. Su educación escolar se complementa con la lectura de la prensa política, como solía ser habitual en los círculos republicanos de la época. A ello, Gómez añade motu proprio la lectura de los autores clásicos franceses del siglo XIX, por lo que no es de extrañar que ya durante su adolescencia se involucre en la militancia política y que a los 17 años sea secretario general de las Juventudes Socialistas Valencianas.

La revolución bolchevique le conmociona tan profundamente que llega a cambiar su apellido por una combinación entre el de su admirado escritor, Máximo Gorki, y el pseudónimo del líder revolucionario ruso, Lenin. Julián Gorkin se identifica tanto con la causa soviética que abandona las Juventudes del PSOE valenciano por su reticencia a entrar en la Internacional Comunista.

En 1921 crea la Federación Comunista de Levante -asociada al Partido Comunista Español (PCE)- y dirige Acción Sindicalista, un semanario que financia la Tercera Internacional. Este nuevo proyecto se ve interrumpido por su llamada a filas para acudir a la Guerra de Marruecos, donde nunca llegará, tomando una postura acorde con la de su partido. Esta deserción le lleva a su primer exilio en París, donde se convierte en un revolucionario profesional de la Komintern encargado principalmente de labores propagandísticas y organizativas. Adquiere entonces un completo conocimiento de su funcionamiento, que es lo que finalmente acaba decepcionándole. En su Testimonio de un hombre de acción, Gorkin recoge que, una vez que observa que el pensamiento dirigido, la disciplina y la burocracia son el eje principal de la expansión de la revolución, comienzan sus reticencias, que llegan al límite con la expulsión de Trotski de la Unión Soviética.

Poco después es apartado de su cargo, algo que le marca durante el resto de su vida: "Inmediatamente después de mi exclusión de la Internacional, me sentí solo, angustiado y en un mundo, al parecer, sin sentido. Diríase que me habían arrebatado la razón del vivir: presa del escepticismo y en una especie de vacío, sin fe en el hombre y convencido de que no podría creer ya nunca en nada ni en nadie". A partir de aquí, la aversión hacia el estalinismo y su estrategia para expandir el movimiento guiarán su línea ideológica.

Perdida su fuente de ingresos, éstos provienen a partir de ahora de la creación literaria, que comienza con obras de teatro social como Una familia-que será estrenada en París- o La corriente, y continúa con ensayos políticos como Capitalismo y Comunismo.

Cuando cae el régimen de Primo de Rivera, Gorkin vuelve a España y se involucra en diferentes organizaciones del comunismo disidente, hasta acabar integrándose en el Bloque Obrero y Campesino (BOC) de Joaquín Maurín y dirigiendo su periódico, La Batalla. Pero cuando su activismo está de nuevo en marcha se produce la Revolución de Octubre de 1934, y decide volver a refugiarse en París.

A su vuelta, el BOC y la Izquierda Comunista de Andreu Nin se unifican como Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) para tener así un mayor apoyo de cara a las elecciones de 1936. A los comicios el nuevo partido acudirá dentro del victorioso pacto del Frente Popular, pero sin Gorkin en sus listas electorales.

Tras la sublevación de julio de 1936, el PCE emprende una estrategia basada en la persecución de los oponentes a la Internacional; se llega así a los enfrentamientos de mayo de 1937 en Barcelona, que se convierten en la excusa perfecta para apartar a los miembros del POUM de la escena política. En octubre de 1938 Julián Gorkin -que en estos momentos ocupa la Secretaría Internacional del Partido- y sus compañeros Juan Andrade, Enric Androher y Pedro Bonet son condenados a 15 años de cárcel por un delito de rebelión.

Pero con la caída de Cataluña y la confusión de los acontecimientos, Gorkin consigue escapar a Francia después de 18 meses de encierro. En 1940 se traslada de París a México, donde colabora en diferentes cabeceras políticas y funda varias editoriales junto al también poumista Bertomeu Costa-Amic. Estrecha entonces relaciones con numerosos exiliados, en especial con el escritor ruso-belga-francés Víctor Serge. Entablan una profunda amistad. Gorkin define a Serge como"un hombre que, durante toda su vida, había protestado contra las injusticias humanas". A estos años pertenecen los ensayos Caníbales políticos (Hitler y Stalin en España) y Europa ante el socialismo o ante la muerte, así como la obra que le da prestigio internacional, Así asesinaron a Trotski.

Durante esta década, su oposición al estalinismo va en aumento, hasta llegar a afirmar que prefiere cualquier democracia burguesa a totalitarismos como el soviético. La Guerra Fría es ya una incipiente realidad, por lo que semejantes declaraciones, unidas a su obsesiva actividad anticomunista y a un nuevo viaje a París, provocan sospechas sobre una presunta colaboración con la CIA, algo que Gorkin niega taxativamente, pero que le perseguirá durante el resto de su vida.

En la capital francesa dirige un nuevo proyecto periodístico: la revista Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura, en la que colaborarán personajes de la talla de Salvador de Madariaga, Américo Castro o Camilo José Cela. En cuanto a su producción literaria, en 1951 obtiene un nuevo éxito con el relato de la fuga desde su confinamiento en Siberia del popular líder comunista español Valentín González, conocido como el Campesino. La obra se tradujo a 13 idiomas y le llevó a una gira por diferentes países.

A pesar de los rumores de su posible colaboración con los norteamericanos, sigue implicado en la política nacional y, de hecho, aprovecha sus contactos de Cuadernos para organizar la conferencia española de Munich de 1962, donde confluirían todas las tendencias opositoras tanto del interior de España como del exilio.

Poco después se dedicará por completo a su producción literaria, pero no conseguirá ningún éxito editorial hasta que una película, El asesinato de Trotski, basada en su libro, propicie su reedición, vuelva a ser traducido a distintos idiomas y le valga ser galardonado con el premio Voltaire en 1970. Esto le incentiva para escribir sus memorias, pero una ceguera progresiva hace que sólo consiga terminar un primer volumen que termina con la represión sufrida por del POUM durante la Guerra Civil. Finalmente retorna a París, donde fallece en 1987.

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