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viernes, 7 de febrero de 2014

Burnett Bolloten (1909-1987)

Testigo, como periodista de United Press, de la Guerra, dedicará el resto de su vida a desentrañar el deterioro de la democracia en la zona leal e investigar el alcance de la injerencia soviética en el Gobierno republicano

Corresponsal de United Press durante la Guerra Civil española, Burnett Bolloten dedicó 50 años de su vida a descubrir la verdad sobre lo sucedido en la retaguardia republicana. Su obra puso de manifiesto por primera vez la trama de los comunistas por hacerse con los resortes del poder de la España republicana.

Bolloten fue el hijo inquieto de un matrimonio judío de Liverpool. Siendo un adolescente se dio cuenta de que lo suyo no eran los negocios sino el periodismo, y comenzó a trabajar para la agencia de noticias United Press. El destino le llevó a elegir Barcelona para pasar sus vacaciones estivales de 1936. Cuando estalla la sublevación, se ofrece como corresponsal; así comienza su devoción por España, que marcará el resto de su vida.

Como él mismo confiesa, aunque no era marxista, en aquel momento simpatizaba con el Partido Comunista. Su trabajo en España se reduce, muy a pesar suyo, a transmitir los comunicados oficiales y los escritos revisados por la censura de prensa extranjera. En seguida siente una gran atracción por un conflicto tan característico, y comienza a recopilar documentación para escribir un pequeño libro. Al dejar España en 1937, sigue la pista los líderes republicanos que van llegando a Francia, México o Argentina. Entrevista a casi todos ellos, personalmente o por carta. Las misivas que les envía comienzan siempre así: "Salí de España pensando escribir un librito sobre la Guerra Civil, varios años después veo muy lejano el día de poder terminarlo". Ante semejante reclamo, personalidades destacadas de todas las tendencias le ofrecen su apoyo, aunque las preguntas de Bolloten sean en ocasiones tan complejas que resultan imposibles de contestar. Lo que Bolloten trata de descubrir es la verdad, por oculta que ésta estuviera. Cabe poner como ejemplo la correspondencia que mantiene con la ex ministra anarquista Federica Montseny, quien deja de contestarle cuando recibe un cuestionario de 20 folios repletos de preguntas complicadísimas. Tal obsesión por su cometido le lleva a tener problemas económicos y de salud. "Un agotamiento nervioso y cansancio cerebral muy agudo le han obligado a suspender todo trabajo", informaba su esposa Gladys en uno de esos periodos críticos. 

Como buen periodista e historiador, se ve obligado a modificar su tesis inicial al darse cuenta de que el papel de los comunistas en la evolución política de la zona republicana escondía una trama fraguada desde Moscú y puesta en práctica por el PCE. Esta convicción hace evolucionar a Bolloten hacia el anticomunismo. Su ayudante y amigo, George Eisenweín, profesor hoy de la Universidad de Florida, señala que "a pesar de su punto de vista conservador, Bolloten nunca fue un ideólogo de la izquierda o de la derecha. Llevó a cabo visiones políticas, pero nunca permitió que sus opiniones políticas dictaran sus juicios históricos". Su investigación reveló además el camuflaje emprendido por las autoridades republicanas de cara al exterior para esconder la revolución y presentar a la zona leal a la República como una democracia popular respetuosa con el poder surgido el 16 de febrero de 1936.

Concluye su libro, titulado The Grand Camouflage, en 1952; pero no se publica hasta 1961, al parecer por no obedecer a los parámetros historiográficos del momento. Las tesis revolucionarias de su obra quedaron ensombrecidas por el éxito de The Spanísh Civil War, de Hugh Thomas, que aparece ese mismo año y es más del gusto del prorrepublicanismo internacional. Como explicó en 1967 Hugh Trevor Roper, profesor de la Universidad de Oxford, Bolloten "es un hereje porque su obra no apoya la ortodoxia de la izquierda ni de la derecha [...]. Los primeros no desean oír que la República ya había caído en julio de 1936 y que el régimen posterior (...) se había convertido en la fachada de una organización estalinista. A los últimos, aunque aprueben algunas de sus conclusiones, no puede satisfacerles la parte que les afecta, pues Bolloten descarta completamente la doctrina oficial de la amenaza comunista en 1936 y de la cruzada nacional emprendida para combatirla".

Sin embargo, a las autoridades franquistas les gusta el libro de Bolloten. Por fin un autor extranjero les daba parte de razón. Los derechos del libro son inmediatamente adquiridos por el editor falangista Luis de Caralt y es publicado en España con prólogo de Manuel Fraga Iribarne. La traducción no fue fiel, modificando entre otras cosas el término republicanos por rojos. La edición es desautorizada por Bolloten, que envía varias misivas manifestando su descontento, también al prologuista. Según cuenta su amigo Ronald Hilton, profesor de la Universidad de Stanford, Fraga le contestó que "debería considerarse afortunado de que su libro hubiera sido honrado con un prólogo de tan importante funcionario". Hilton ha relatado el episodio en el que el embajador de España en EE.UU., Antonio Garrigues, asistió a una reunión con hispanistas en Stanford y abrazó a Bolloten exclamando: "¡Tú eres el autor de un libro espléndido! ¡Nosotros siempre lo recomendamos a los americanos que nos preguntan la verdad sobre la Guerra Civil:!". Hilton añade: "Dudo que Burnett durmiera esa noche".

No obstante, Caralt lo reedita en 1967 teniendo en cuenta las exigencias del autor, y éste autoriza públicamente la nueva versión. Llama la atención que las autoridades franquistas no recalaran más en los aspectos del libro que les desacreditan y sí lo hicieran con otros autores. Herbert R. Southworth ha admitido que "es el libro más prorrepublicano que se haya publicado legalmente en la España de Franco".

En los años 70 y 80, Bollotem se dedica desde su casa de San Diego a completar su obra mientras gana algún dinero con trabajos temporales. En 1977, The Grand Camouflage se traduce al francés de la mano de Ruedo Ibérico; en 1979, el prestigioso hispanista Raymond Carr prologa su reedición en inglés con el título de La Revolución Española: la izquierda y la lucha por el poder, traducida en España por Grijalbo con prefacio de Gabriel Jackson; finalmente, en 1989 la obra revisada y ampliada la publica en Madrid la editorial Alianza con el título La Guerra Civil Española: Revolución y Contrarrevolución, con prólogo de Stanley G. Payne.

Bolloten muere mientras revisaba los últimos capítulos de su obra definitiva, en 1987. Su legado es una de las obras más minuciosas y documentadas de las miles publicadas sobre el tema, y un archivo, legado a la Universidad de Stanford, que, como acertadamente asegura Payne, "se ha convertido en una de las dos o tres fuentes más importantes del mundo para el estudio de la Guerra Civil española". 

4 comentarios:

  1. Que un agente inmobiliario aficionado a los bailes de salón escribiera una obra tan colosal como documentada es algo que los historiadores académicos no podían aceptar y trataron de desprestigiarla. Afortunadamente no pudieron. Hoy esa obra es una fuente en la que beben los historiadores que se proponen ofrecer al mundo la verdad de una guerra compleja como pocas que hay que desmitificar tanto contra la izquierda como contra la derecha.

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    1. si tal cual un conservador que estaba de paso , por algo lo apoyo el franquismo

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  2. Si lo apoyan minimamente los franquistas es fachoso a rabiar. Debe ser apoyado por los frentepopulistas Preston, Viñas, Tusell y demás apesebrados sociatas para se inmaculadamente neutral ¡Faltaría más!

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    1. Evidentemente, si lo apoyan los franquistas, demócratas convencidos y españoles dignos, seguramente será la verdad.

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