Luis Bagaría Bou (Barcelona, 1882 – La Habana, 1940) fue uno de los caricaturistas más influyentes de la España del siglo XX. Su trazo sintético y mordaz no solo renovó el género de la caricatura política, sino que se convirtió en una voz crítica y combativa durante la Guerra Civil Española.
De Madrid a Barcelona: el regreso al frente republicano
Antes del estallido de la guerra, Bagaría ya era una figura destacada en la prensa madrileña, colaborando en medios como El Sol, La Tribuna, Crisol y Luz. Al iniciarse el conflicto en julio de 1936, regresó a Barcelona para alinearse con el bando republicano. Allí continuó su labor en el diario La Vanguardia, utilizando la sátira gráfica para denunciar al fascismo y movilizar a la opinión pública.
Compromiso político y cultural antifascista
Bagaría no se limitó a dibujar: en 1933 cofundó la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, una iniciativa que reflejaba su simpatía por las causas progresistas y su rechazo al discurso anticomunista dominante en la derecha española. Durante la guerra, su obra se convirtió en un instrumento de propaganda republicana, combinando humor, crítica social y defensa de los valores democráticos.
Exilio y muerte en el destierro
Tras la derrota republicana en 1939, Bagaría se exilió primero en París y luego en La Habana, donde falleció en junio de 1940, apenas unos meses después de su llegada. Su exilio fue facilitado por la escritora Flora Díaz Parrado, en un gesto de solidaridad intelectual típico de la diáspora republicana.
Aunque su vida en el exilio fue breve, su legado como caricaturista comprometido perdura. Sus dibujos son hoy una fuente histórica valiosa para entender la cultura política y el clima ideológico de la Segunda República y la Guerra Civil.
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