Campaña de Asturias.—Ofensiva sobre Zaragoza.
Centro y Sur.—Sin novedad.
Norte.—Frente Oriental: En la jornada de ayer, previa intensa preparación artillera, los rebeldes conquistaron algunas alturas y la loma al noroeste de Peña Verde. Después de varios ataques avanzaron hasta Benotio y presionaron sobre Sierra Escarpada, donde fueron enérgicamente rechazados por tres veces, pero la nutrida y persistente concentración de fuegos enemigos obligó a nuestras tropas a abandonar esta última Sierra y Monte Igüedo. La aviación facciosa actuó con gran número de aparatos sobre las vías de comunicación y pueblos de retaguardia. Bombardeó y ametralló Gijón y Villaviciosa.
Frente Sur: Hoy consiguió el enemigo, después de reiterados ataques, ocupar una altura y la Cantora de Peña Sastro, pero fracasó en sus propósitos de infiltrarse por los Valles de Requejo y Cimera hasta la carretera del Puerto de San Isidro.
Sur del Tajo.—El enemigo repitió sus cañoneos sobre Burguillo, Covisa y Nambroca. En otros sectores ligero tiroteo.
Levante.—Fuego de fusil y ametralladora en diversos sectores, preferentemente sobre nuestras posiciones de Puntal Lázaro y El Navazo.
Este.—En el Alto Aragón continúa el avance de nuestras tropas, habiendo ocupado las posiciones enemigas de la cota 972, la cota 920, de las tres planas al pueblo de Papún, la ermita de Santa Agueda y coronas de Ailúo. Nuestra artillería ha actuado intensamente contra las posiciones enemigas de Punta Selva. Un intento rebelde de infiltración al oeste de Ibor ha fracasado rotundamente, retirándose las fuerzas facciosas en desordenada fuga. La artillería republicana ha cañoneado con gran eficacia la línea enemiga hacia Valseca y Loma de Enmedio. En los demás sectores no ha habido noticias de interés.
Ejército del Aire
La aviación republicana bombardeó Sabiñánigo y Senegue. En el primer pueblo lo hizo sobre la fábrica de productos químicos, cayendo las bombas entre los pabellones del edificio. La del norte persiguió a los aparatos facciosos, uno de los cuales parece que fue derribado. En los nuestros registramos una baja cuando nuestros pilotos hacían frente a un número crecido de aviones enemigos, en cuyo combate perdimos un aparato. Al bombardear Gijón los facciosos, después de arrojar las bombas persiguieron por las calles con el fuego de sus ametralladoras a las gentes que intentaban refugiarse.
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