Este.—Ha proseguido la ofensiva enemiga iniciada ayer, combatiéndose con extraordinaria intensidad en todos los sectores donde se desarrollaba el ataque.
Nuestras fuerzas se han visto obligadas a evacuar Puebla de Albortón, Cortes de Aragón, Muniesa y la ermita de San Gregorio. En el sector de esta última posición la lucha adquirió caracteres de gran dureza.
En diversos contraataques que realizaron las tropas republicanas se causó enorme quebranto al enemigo. Fueron capturados gran número de prisioneros, entre los cuales figuraban bastantes italianos pertenecientes a las Divisiones de esta nacionalidad que participan en la ofensiva.
Hubo gran actividad aérea, originándose dos combates. El primero de ellos se libró a las siete de la mañana y el segundo a la una y media de la tarde. El enemigo perdió tres bimotores, la tripulación de uno de los cuales quedó prisionera; dos aparatos de caza «Meisserschdt» y dos «Fiat»; total, siete aparatos. Nosotros perdimos seis aviones de caza.
En los demás Ejércitos, sin novedad.
Ministerio de Marina y Aire
Anoche fueron bombardeados en la provincia de Castellón los pueblos de Benicarló, Torreblanca y Oropesa.
Esta mañana, a las 6,35, fue objeto de un nuevo ataque aéreo Reus, resultando algunas víctimas.
A las 11,20 la aviación facciosa realizó otro bombardeo en Tarragona, donde quedaron destruidos algunos edificios. Las cifras de víctimas son 19 muertos y 47 heridos.
Informaciones recogidas en Gibraltar, adonde, como es sabido, arribaron los destructores ingleses «Kompelfeld» y «Borea», que recogiendo a los supervivientes del crucero faccioso «Baleares», dicen que éste, según declaración de los propios náufragos, fue alcanzado por más de un torpedo. El primero, al hacer explosión le destrozó la proa. Seguidamente otro le rompió los depósitos de aceite. El «Baleares» enarbolaba la insignia de buque almirante. Muchos de sus tripulantes perecieron entre el aceite inflamado.
Las víctimas que hubo a bordo del «Borea», un marino muerto y varios heridos después de ser torpedeado el «Baleares», se produjeron como consecuencia de un ataque de la aviación leal contra el crucero «Canarias», cuando se aproximaba a éste el destructor inglés para transbordarle los supervivientes recogidos.
Los buques británicos, en vista de haberse alejado los cruceros «Canarias» y «Almirante Cervera», hubieron de conducir a Palma de Mallorca a la mayor parte de los salvados, que en total fueron unos doscientos, entre ellos cuatro oficiales, pasando el número de víctimas de seiscientas.
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