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domingo, 28 de julio de 2013

Parte de Guerra Republicano (28 de julio 1936)

Combates en la Sierra de Madrid.—Campaña de Guipúzcoa.
—Ocupación de Aragón.—Socorro a Oviedo—Operaciones en Andalucía

Como ampliación a nuestras noticias ya conocidas sobre la rendición de los sediciosos que se habían hecho fuertes en el cuartel de Loyola, en San Sebastián, diremos que las milicias populares y demás fuerzas leales de dicha población se han hecho cargo de todo el material de guerra que habla en el mismo, luego de la rendición, efectuada esta mañana

El material incautado es todo el que disponían los Regimientos de Artillería y de Ingenieros que se alojaban en el cuartel referido. Contra las presunciones de que hubiese sido inutilizado el material, éste se halla en perfectísimo estado, sin que haya un solo fusil ni una sola ametralladora que no pueda funcionar. Únicamente aparecen con deterioros algunas piezas de artillería.

Según manifestaciones de los soldados que se hallaban dentro del cuartel, esas piezas las inutilizaron ellos mismos durante la rebeldía, con objeto de que no pudieran hacer fuego con las mismas los jefes y oficiales.

Las armas y municiones incautadas en el cuartel de Loyola se distribuyen entre las milicias populares.

En Bilbao ha sido recibida con gran júbilo la noticia de haber apagado definitivamente el foco de rebeldía que subsistía en San Sebastián y que estaba exclusivamente circunscrito al cuartel de Loyola.

Respecto a la marcha de los acontecimientos en el resto de España, la situación sigue siendo cada vez más favorable a la causa de la libertad y de la República. En el frente de la Sierra, en Madrid, la aviación ha actuado hoy eficazmente, despejando ventajosas posiciones que los rebeldes habían logrado obtener. Las bajas y estragos causados a los facciosos en este frente son de consideración. También los aviones leales del Gobierno han bombardeado las ciudades de Sevilla, Zaragoza y Córdoba. El cerco de las fuerzas terrestres al servicio de la República se ciñe en dichas plazas. Por igual, la situación es difícil en todas partes para los desleales. Las columnas salidas de Cataluña asedian la ciudad de los Sitios. Está próximo a entrar en Córdoba el general Miaja. Por lo que se refiere a Sevilla, donde las poblaciones que circundan la capital están en armas en favor del Gobierno, el faccioso Queipo de Llano resulta ya impotente para sostener, por un lado, las deserciones de los soldados, a los que logró engañar, y de otro, el empuje arrollador de las fuerzas republicanas y masas populares que se disponen a sofocar el movimiento en la ciudad del Betis.

A las siete de la tarde

El Gobierno se complace en comunicar a toda España, por medio del Gabinete de Información del Ministerio de la Gobernación, que la perspectiva general en el día de hoy en todos los frentes de lucha contra los facciosos supone un avance considerable hacia la total dominación del movimiento subversivo. Son por demás halagüeñas las operaciones efectuadas en el frente de Somosierra y Madrid, así como los avances y movimientos de tropas que sobre Zaragoza y las capitales andaluzas, todavía bajo la dominación de los traidores, se efectúan.

La aviación militar y civil al servicio de la República ha realizado vuelos de bombardeo y exploración sobre las ciudades en que se han atrincherado los facciosos, tanto en la Península como del Protectorado en Marruecos.

Es inminente la rendición de Granada, que ocupan los facciosos. La estación de radio al servicio de éstos está lanzando esta tarde continuas y apremiantes llamadas de socorro a Sevilla y Zaragoza. Dicen que la situación es ya para ellos insostenible y que si no se les presta ayuda rápidamente tendrán que entregarse a las fuerzas republicanas.

Desde Sevilla el ex diputado monárquico y ex almirante de la Armada, Ramón de Carranza, ha dirigido un radio al comandante militar de Tenerife, en el que se dice que procure efectuar gestiones cerca de una casa importadora de patatas y plátanos llamada Betancourt, para que con toda urgencia sea remitido un cargamento de patatas a la población, sometida a la ya débil tiranía de Queipo de Llano, pues la falta de artículos alimenticios tiene preocupado al Estado Mayor.

Navegan por el Estrecho de Gibraltar, haciendo imposible todo intento de arribo a la Península a la tropa y aviación al servicio de los rebeldes en África, los barcos de la Armada, en su totalidad fieles al Gobierno de la República. Los aprovisionamientos de estos barcos se efectúan con toda normalidad, pues los puertos del Mediterráneo están todos ellos bajo control del Poder republicano.

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