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domingo, 21 de febrero de 2021

Amado y Reygondaud de Villebardet, Andrés (1886-1964)

Nació en la ciudad de Alicante en diciembre de 1886 en el seno de una familia de la burguesía mercantil. Se licenció en Derecho y, al aprobar la correspondiente oposición, entró a formar parte del cuerpo de Abogados del Estado, siendo destinado en Sevilla.

Durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, con José Calvo Sotelo en el Ministerio de Hacienda —3 de diciembre de 1925 – 21 de enero de 1930—, ocupó la Dirección General del Timbre, formó parte de la comisión negociadora del concierto con las provincias vascas y fue, aseguró en una ocasión el propio ministro, el "verdadero animador" de la creación del Monopolio de Petróleos.

Miembro de la Asamblea Nacional Consultiva de la dictadura,​ una vez entrada la Segunda República figuró en el círculo de íntimos amigos de Calvo Sotelo, junto con Jorge Vigón, Pedro Sainz Rodríguez o José Ignacio Escobar. De hecho, el líder de la extrema derecha monárquica le llevó a las Cortes en 1933 y 1936 por la provincia de Orense, donde tenía su feudo electoral, primero por Renovación Española y después por el Bloque Nacional. Además, Amado defendió en el Parlamento republicano la gestión de Calvo Sotelo, en la Dictadura de Primo de Rivera, y contendió con Indalecio Prieto sobre temas financieros. Sin duda, su estrecha relación con el mártir monárquico pesó tanto en su designación como su especialización financiera. En los meses previos a la contienda fue un estrecho colaborador del general Mola en los preparativos del levantamiento del 18 de julio.

Por su vinculación política siguió desempeñando diversas actividades en la vida pública. Se puede decir que fue el primer encargado de la Hacienda Pública de la zona “nacional”, formando parte desde el 24 de julio de 1936 de la denominada Junta de Defensa Nacional, que presidió el general Cabanellas. Al ser nombrado el general Franco jefe de Estado, el 29 de septiembre de 1936, se disolvió esta Junta y en su lugar se constituyó la denominada Junta Técnica del Estado. Ésta, cuya sede estaba el Burgos, se ocupaba de administrar la gobernabilidad de los territorios ocupados, estaba formada por diversas comisiones, una de las cuales fue la de Hacienda, que estuvo a cargo de Andrés Amado desde octubre de 1936.

Continuaría después en primer Gobierno de Francisco Franco, constituido el 30 de enero de 1938. De hecho, fue el único superviviente de la Junta Técnica que siguió en el ejecutivo. Amado colaboró con Ramón Serrano Suñer, hombre fuerte de la situación, en la redacción del decreto que establecía la nueva organización administrativa estatal en febrero de 1938. Años después, Serrano Suñer recordaría cómo abogó ante Franco por Amado, y que debido a la "independencia de carácter" del candidato la propuesta no gustó al dictador, quien "opuso gran resistencia". En defensa de Amado, Serrano alegó los servicios en la Junta Técnica del Estado -era el único de sus integrantes cuya gestión salvaba, pues consideraba al resto como "personas sin relieve ni mérito"-, su competencia "bien probada en el Parlamento republicano", así como "su acrisolada honradez". Amado, en efecto, demostró cierta independencia de criterio.

A mediados de 1938, pese a su militancia monárquica y conservadora, se opuso a que los bienes incautados por la República a los jesuitas les fueran devueltos antes del fin de la guerra; al fin y al cabo, la labor del ministro de Hacienda en plena crisis bélica era allegar recursos al Estado, no desprenderse de ellos. Cuando en agosto de 1939 Franco cambió de Gobierno, Amado ya no podía convivir debido a su adscripción política con aquel que había sido su mentor en el Gobierno, Serrano Suñer, cuyo poder en Falange iba creciendo.  
 
Tras la Guerra Civil se retiró de la política activa y abrió un despacho de abogados en la capital hispalense.

 V. Cortes Republicanas; Junta Técnica del Estado (zona nacionalista).

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