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martes, 16 de septiembre de 2014

Educación nacional (Diario: Imperio, diario de la Falange de Zamora)

Es ya una frase que corre de boca en boca, como tópico obligado en tertulias, paseos, cafés y lo que es peor aún en determinados centros más o menos oficiales «Hay que barrer al Magisterio». Poco a poco señores; no se puede negar que en el elemento joven se encuentran maestras que, olvidándose 
de sus sacratísimos deberes de forjadores de patriotas y cristianos, han hecho una labor destructora de los sanos principios de la moral y de la patria: pero razonemos en honor de la verdad y de la justicia. 

Integran hoy el escalafón del Magisterio nacional hasta cincuenta mil maestros de ambos sexos; dentro de este número, los que rebasan la edad de treinta años casi en su totalidad han permanecido fieles a sus sanos conocimientos y soló los jóvenes, en un porcentaje tal vez un tanto elevado han claudicado en dichos principios: ¿por qué? allá van dos razones poderosas: Primera, que muchos de esos desgraciados han salido ya envenenados de las Normales por las doctrinas racionalistas que profesores sin Dios y sin Patria sembraron en sus conciencias. Segunda, que otros maestros cayeron en zonas en donde imperaron inspectores sectarios que unas veces valiéndose de la coacción y otras con halagüeñas y falsas promesas los excitaron a seguir peligrosos derroteros hasta dar en la sima del deshonor y de la antipatria. Pero ¿quién que sea observador y justo en sus juicios, puede negar que la; entidad Magisterio en inmensa mayoría ha observado con absoluta fidelidad, ya no sólo por convencimiento, sino hasta por sentimiento arraigado en el fondo de su alma, el entrañable amor a la Patria en la escuela y en su vida particular si este sentimiento con el de la Religión forman parte integrante de su ser. 

¿Por qué, pues, sólo se habla del mal maestro y no de aquel que en todo momento, aun exponiéndose a cada instante a perder su carrera, su tranquilidad y hasta su vida, hizo frente al peligro y defendió con tesón y entusiasmo a la Patria y a la Religión? 

Ha habido malos maestros, sí, pero ¿es que la célula comunista no invadió también otros Cuerpos, entidades y Corporaciones e infiltró su corrosiva ponzoña hasta en gloriosas Instituciones, cuyo único patrimonio es el honor puesto siempre al servicio de España, salvaguardia y baluarte el más firme de la unidad nacional? 

Seamos justos y acusemos y castiguemos a nuestro mal patriota; pero no generalicemos, puesto que esa consecuencia, además de ser falsa, es calumniosa e injuriosa y de la que protestamos con toda energía. 

¡ARRIBA ESPAÑA!

Imperio : Diario de Zamora de Falange Española de las J.O.N.S. Año I Número 3 - 1936 Octubre 31

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