Adsense

viernes, 28 de noviembre de 2025

Bellido Golferichs, Jesús María (1881–1960): fisiólogo, republicano y exiliado tras la Guerra Civil

 Descubre el compromiso político de Jesús María Bellido durante la Guerra Civil, su labor en la Generalitat y su exilio en Francia. Fisiólogo destacado, republicano y defensor de la cultura catalana.

Jesús María Bellido: entre la ciencia y el compromiso republicano en la Guerra Civil

Jesús María Bellido i Golferichs (1881–1960) no fue solo uno de los fisiólogos más influyentes de la medicina española del siglo XX, sino también una figura clave en el ámbito político y cultural catalán durante la Segunda República y la Guerra Civil Española. Su doble vocación —científica y cívica— lo convirtió en un referente tanto en el laboratorio como en los despachos de gobierno, especialmente en los años convulsos que marcaron el destino de Cataluña y España.

Compromiso político en la Generalitat de Cataluña

Bellido fue un miembro activo de Acció Catalana Republicana, formación política que defendía la autonomía catalana dentro de un marco republicano y democrático. Durante los años previos al estallido de la Guerra Civil, su implicación en la vida pública fue creciente.

Con la proclamación de la Segunda República en 1931, Bellido asumió responsabilidades institucionales dentro de la Generalitat de Cataluña. Su perfil laico pero respetuoso con la fe católica —era católico practicante— lo convirtió en una figura de consenso en momentos de polarización ideológica.

Comisario de Cultos en plena guerra

Uno de los momentos más destacados de su trayectoria política llegó en 1938, en plena Guerra Civil Española. El gobierno republicano, presidido por Juan Negrín, lo nombró Comisario de Cultos, un cargo de gran relevancia en un contexto marcado por la persecución religiosa en ciertas zonas republicanas.

En este rol, Bellido desarrolló una labor integradora y moderadora, protegiendo el ejercicio de la libertad religiosa y mediando entre las autoridades civiles y eclesiásticas. Su actuación fue valorada como un intento de equilibrar los derechos civiles con la necesidad de unidad nacional frente al enemigo franquista.

El exilio y la defensa del legado republicano

Tras la derrota republicana en 1939, Bellido se exilió en Francia, como hicieron miles de republicanos. Tras un periplo por distintas ciudades, se estableció en Toulouse, donde continuó su labor académica en la universidad local, acogido por L. Camil Soula, antiguo colaborador del Instituto de Fisiología de Barcelona.

Durante el exilio, no abandonó su compromiso político. Fue miembro del Consell Ejecutiu d’Acció Catalana Republicana, que celebró su primer congreso en el exilio en 1944. Además, promovió redes de solidaridad entre exiliados catalanes dedicados a la enseñanza, con el objetivo de preservar la cultura y la lengua catalanas en el extranjero.

Su labor fue reconocida por el Gobierno republicano en el exilio, que en 1945 lo nombró Director General de Enseñanza, bajo el ministerio de Miguel Santaló en Instrucción Pública y Bellas Artes.

Legado histórico y científico en el exilio

Aunque su legado científico es vasto —con 129 publicaciones originales y pioneros estudios en electrocardiografía, fisiología renal y farmacología—, su papel durante y después de la Guerra Civil revela un intelectual comprometido con los valores republicanos, la autonomía catalana y la defensa de los derechos civiles.

Su figura simboliza la intersección entre ciencia, ética cívica y compromiso político, en una época en que muchos intelectuales tuvieron que elegir entre el silencio o el exilio. Bellido eligió la segunda, llevando consigo no solo su saber, sino también los ideales de una Cataluña republicana y europeísta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario