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sábado, 28 de enero de 2023

Arrarás Iribarren, Joaquín (1899-1975)

Periodista e historiador navarro inició su carrera en Burgos, dirigiendo con tan solo 18 años el periódico El Castellano ,trasladándose más tarde a Barcelona, donde fue corresponsal del diario católico madrileño El Debate. Más tarde sería enviado especial del mismo periódico a diferentes países, entre ellos Marruecos donde conocería a Francisco Franco. En 1925 comenzó a dirigir El Diario Montañés de Santander, cubriendo la actualidad política, social y religiosa desde una línea editorial conservadora.

Durante la Segunda República Arrarás colaboró en la revista Acción Española, que aglutinaba a la intelectualidad conservadora con actividad anti-republicana. Además fue cofundador, jefe de redacción y miembro del consejo editorial del Ya, en nuevo periódico de la Editorial Católica, y  fue editorialista del monárquico ABC

El 4 de agosto de 1936, tras el comienzo de la Guerra Civil,  recibió el encargo del general Emilio Mola de que, junto con Juan Pujol, organizase los servicios de Prensa y Propaganda de la Junta golpista ubicados en Burgos. En 1937 Joaquín Arrarás sería nombrado director general de Prensa.

Escribió la primera crónica de guerra leída en las radios de la España "nacional". Su crónica La última noche del Alcázar, referida a la liberación del Alcázar de Toledo sitiado por las tropas republicanas, tuvo resonancia mundial. Posteriormente publicó el libro La epopeya del Alcázar de Toledo, en colaboración con Luis Jordana de Pozas, que incluía el diario de operaciones del coronel Moscardó.

Encargado por el general Franco de comentar dos cuadernos manuscritos de las Memorias de Manuel Azaña, sustraídos en Ginebra a Cipriano Rivas Cherif (cónsul de la República española), para poder utilizarlos como arma de guerra, comentarios que se publicaron en el ABC de Sevilla  a finales de 1937 y, posteriormente, en forma de libro.  Durante la Guerra Civil publicó el libro encomiástico titulado Franco —la primera biografía que se escribió sobre dicho general—, del que se hicieron diversas ediciones en Valladolid durante la guerra. Pero su obra más conocida es la Historia de la Cruzada Española, obra canónica de la propaganda franquista sobre la Guerra Civil, de la que fue director literario. La obra contó con la colaboración de José María Pemán e ilustrada por el dibujante y pintor carlista Carlos Sáenz de Tejada.

Estos textos y otros expuestos por Arrarás en periódicos, revistas y diversos medios de comunicación del régimen franquista se caracterizaban por el elogio del régimen y sus principios y su frontal oposición a la democracia liberal y al comunismo. A partir de 1944 y hasta 1946, participó de la propaganda de RNE contra el mundo anglosajón y el comunismo soviético, entonces llamados "enemigos exteriores de España".

Joaquín Arrarás es también autor de los cuatro tomos de Historia de la Segunda República en los que plasmó la evolución política de España, del ambiente internacional y de la gran influencia que ejercía el comunismo ruso. Por el primer tomo obtuvo el Premio Nacional de literatura Francisco Franco en 1956.


jueves, 26 de enero de 2023

Arranz Monasterio, Francisco (1897-1957)

Militar español que ingresó en la Academia de Artillería de Segovia en 1912 y fue nombrado teniente en 1917. Desarrolló su vida militar en el arma de artillería, hasta que en 1920 ingresó en el XI Curso de Observadores de Aeroplano y finaliza el año como observador en la escuadrilla de Tetuán, en la que siguió hasta su incorporación al curso de piloto, ya como capitán de Artillería.

Al no existir en España una escuela en la que seguir los estudios de ingeniería aeronáutica, se trasladó a Francia y obtuvo en París, en 1925, el título de ingeniero aeronáutico y, al año siguiente, se incorpora al Grupo Expedicionario a Marruecos, mandado por el comandante León Trejo. Por su participación en la Guerra de Marruecos recibió en 1929 se le concede la Cruz del Mérito Militar.

Durante la década de los treinta realizó diversos trabajos: profesor auxiliar de la Escuela Superior Aerotécnica, estuvo destinado en el Servicio de Instrucción y Material y en las Fuerzas Aéreas de África, en las que prestaba sus servicios en julio de 1936.

Al estallar la Guerra Civil se hallaba en Marruecos; el día 23 el general Franco le encomendó en Tetuán (Marruecos) la misión de llevara Alemania una carta dirigida a Adolf Hitler en la que solicitaba ayuda inmediata, sobre todo de aviones, para coronar el alzamiento armado contra la República, cometido que Arranz cumplió acompañado de los ciudadanos alemanes Adolf Langenheim, jefe de la organización exterior del Partido Nacionalsocialista en Tetuán, y Johannes Bemhardt, comerciante de la firma Wilmer, residente en dicha ciudad y miembro también del indicado partido. 

Esta solicitud dio como resultado que Hitler autorizara el envío de 20 aviones de transporte Junkers (JU-52), con los cuales el citado general pudo organizar el primer puente aéreo de la historia, trasladando tropas desde el Protectorado de Marruecos hasta el aeropuerto de Sevilla; además se envió seis cazas Heinkel He 51.  Arranz volvió a Tetuán en el mismo avión en que se había desplazado a Alemania, en un vuelo directo desde Stuttgart, el día 28 de julio, de once horas de duración. Pasó a la Península junto a Kindelán, en cuyo entorno estuvo en los años 1936, 1937 y 1938. 

En septiembre de 1938 recibió el mando de la 6.ª Escuadra, recién creada y dotada de pequeños bimotores Caproni Ca-310. Formada la 2.ª Brigada Aérea unos meses después, al comandante Arranz se le asigna el mando de la 2.ª Escuadra, equipada con los magníficos trimotores Savoia S-79, a cuyo frente actúa en la campaña de Cataluña. El 27 de marzo de 1939 fue ascendido a teniente coronel y por su participación en la Guerra Civil fue condecorado con la Medalla de la Campaña y una Cruz Roja del Mérito Militar.

Al finalizar la guerra quedó destinado en la Dirección General de Industria y Material hasta fin de dicho año y en la Región Aérea del Estrecho en 1941, pasando a situación de supernumerario hasta  noviembre de 1945. Ese mismo año fue nombrado coronel jefe de la Maestranza Aérea de Cuatro Vientos, en marzo de 1946 pasó a la Dirección General de Industria y Material, y en 1947 fue designado vocal del Patronato del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). En octubre de 1950 pasó a ser jefe de la Maestranza de León y en mayo de 1951, de la de Cuatro Vientos, puesto que retuvo hasta su muerte.

lunes, 23 de enero de 2023

Armuro (buque mercante)

Buque mercante español al servicio del Gobierno republicano que fue hundido el 19 de agosto de 1937 en el estrecho de los Dardanelos por un submarino desconocido, probablemente italiano.


lunes, 16 de enero de 2023

Armentía Palacios, Gerardo (1890-1939)

Comandante del Arma de Artillería con destino en la Base naval de Cartagena, al frente del Regimiento de Artillería de Costa 3, que al producirse el alzamiento militar de julio de 1936 permaneció fiel al Gobierno republicano. En agosto se trasladó con sus fuerzas a Andalucía y participó en la Ofensiva de Córdoba organizada por el general Miaja, que resultó en un  fracaso estrepitoso.

En el ataque contra la capital cordobesa, Armentia llegó a mandar una de las columnas republicanas. Durante el resto de la contienda mandó la artillería adscrita al Ejército de Andalucía. El 5 de mayo de 1938 ascendió al rango de Coronel.

En los últimos días de la guerra se hallaba otra vez en Cartagena al frente del Parque de Artillería de la base naval, donde conspiraba en contra del gobierno de Negrín. Consideraba la guerra perdida y deseaba se llegara a una negociación o compromiso entre antiguos compañeros de armas que paliara las consecuencias de la derrota. Por ello, tomó parte en la sublevación de Cartagena, aunque tras esto fue detenido brevemente por los militares que también se habían sublevado pero eran partidarios del bando nacionalista. Murió al amanecer del 7 de marzo, durante el asalto de la 206.ª Brigada Mixta contra las fuerzas sublevadas en el Parque de Artillería; sus restos reposan en el cementerio de Nuestra Señora de los Remedios.

V. Cartagena (sublevación).


miércoles, 11 de enero de 2023

Arman, Paul, "Greisser"(1903-1943)

Paul Arman, cuyo nombre oficial era Pauls Tiltiņš, también  -conocido también por el apodo de Major Greiss—,fue un oficial soviético, de origen letón, especialista en carros de combate, que intervino en la Guerra Civil española al mando de unidades de dicho tipo pertenecientes al bando republicano. 

Arman mandó una compañía de 15 carros T-26 (los primeros 50 llegaron a Cartagena el 15 de octubre y entrenados en Archena) que participó en la ofensiva de Seseña el 29 de octubre de 1936. Esta columna blindada contaba con el apoyo de la 1.ª Brigada Mixta del mayor de milicias Enrique Líster y las Columnas de milicias de Burillo y Uribarri. También contaban con el apoyo de la nueva aviación soviética que empezaba a hacer acto de presencia.  De esta manera se pretendía usar la táctica de "guerra relámpago" (Blitzkrieg), pero basándose posiblemente  en las ideas de Basil Liddell Hart, quien defendía la ruptura de las líneas contrarias mediante vehículos.

Los blindados de "Greisser" se lanzaron contra Seseña y causaron estragos, pero sin el apoyo de la 1ª Brigada Mixta de Lister, por falta de coordinación pues Arman se adelanto, incluso a la aviación. A pesar de ello, no les hizo falta pues el poderío de las ametralladoras y cañones causaron grandes bajas a la caballería mora de José Monasterio Ituarte, dándose una batalla entre carros y jinetes. 

De poco sirvió el ataque, pues los carros de Arman se vieron obligados a retroceder por la misma brecha que habían abierto debido a la presión de La Legión y las fuerzas marroquíes. El resultado fue la pérdida del 20% de los carros (perdió tres carros más dos averiados que pudo remolcar y perdió) y no se alcanzaron los objetivos de tomar Seseña y avanzar las líneas.  Por esta batalla recibió, el 31 de diciembre de 1936 el título de Héroe de la Unión Soviética.

En enero de 1937 regresó a la URSS, fue ascendido a comandante y se le dio el mando de una 5º Bigada Mecanizada. El 5 de febrero de 1937 participó en una conferencia en el Kremlin, dedicada a la experiencia de la Guerra Civil española, dando un discurso sobre las lecciones del uso de tanques soviéticos. Poco después, durante las purgas de Stalin, Armans fue arrestado y acusado de espionaje,  fue encarcelado hasta el 21 de junio de 1939, cuando se retiraron todos los cargos en su contra. 

Durante la Segunda Guerra Mundial fue comandante de la 11ª Brigada de Tanques, y más tarde se convirtió en el comandante de las tropas blindadas y mecanizadas del 4º Ejército . En 1943 se convirtió en comandante de la 122ª Brigada de Tanques.  Fue asesinado por un francotirador el 7 de agosto de 1943, durante los combates cerca del pueblo de Porechye, Distrito de Kirovsky , Óblast de Leningrado , durante la Ofensiva Mga  o Tercera Batalla del Lago Ladoga.

sábado, 7 de enero de 2023

El buque pirata "Galerna" apresado (La Rioja: diario político, 17-10-1936)

SAN SEBASTIAN —El mando del servicio de vigilancia de nuestra costa, tuvo conocimiento de que existía un tráfico entre Bilbao y los puertos franceses de este litoral, tráfico que estaba encomendado especialmente a los barcos de la P. Y, S. B. B. “Galerna” y “Vendaval”, que los rojos se llevaron a la capital vizcaína al caer San Sebastián y todos los puertos guipuzcoanos en poder de las fuerzas nacionales. 

Se había dispuesto que nuestros barcos artillados salieran a alta mar para apresar alguno de esos barcos rojos, pero se esperaba una ocasión propicia para que el servicio se realizara con las máximas garantías éxito.
 
Ayer, jueves; se supo que uno esos barcos se disponía a cruzar el Cantábrico con dirección a Bilbao, y el Mando dispuso su apresamiento, para lo cual se adoptaron las medidas oportunas y se dieron las instrucciones convenientes. En efecto, se hicieron al mar nuestros barcos artillados “Virgen de Iciar”, tripulado por requetés, “Alcázar de Toledo", cuya tripulación está formada por falangistas y el “Denis” y el “Virgen del Carmen”, llegados de Galicia con tripulaciones  formadas por voluntarios. 

Las cuatro embarcaciones salieron del puerto de Pasajes a las cuatro de la tarde. El “Virgen de Iciar” tomó rumbo Este y los otros tres rumbo Norte. Ya a 17 millas, y después de un buen rato de observación fuedivisado el barco rojo cuyo apresamiento se preparaba. Este barco era el “Galerna” de 1.200 toneladas. Al descubrirlo, el “Virgen del Carmen” se le acercó por la proa y los otros tres lo hicieron por la popa. El “Galerna” trató de huir forzando la máquina, pero dos cañonazos del “Denis” y otros cuatro del “Alcázar de Toledo” fueron suficientes para que el barco rojo se diera por perdido y se detuviera. 

Nuestros barcos se le acercaron con las habituales precauciones, e inmediatamente hicieron transbordar a cuantas personas viajaban en el “Galerna”. Eran 28 marineros, tripulantes del  barco, y unos 50 pasajeros que desde Francia se dirigían a Bilbao. Solo quedaron a bordo del “Galerna” los tripulantes precisos para conducirlo a Pasajes. 

Antes del apresamiento, nuestros marineros tuvieron momentos de verdadero peligro, pues, por lo visto, el “Galerna” se dio cuenta de la presencia de las cuatro embarcaciones nacionales y dio conocimiento de ello a Bilbao, y cuando ya estaba a punto de caer en nuestro poder, apareció un 
destroyer rojo. Nuestros marineros apagaron las luces de los cinco barcos que ya formaban grupo, y a toda máquina ganaron el puerto de Pasajes. 

Ya en Pasajes, fueron desembarcados los tripulantes y pasajeros del “Galerna",- comprobándose que la principal carga que llevaba era correspondencia. Esta era considerable. En  una de las cabinas había más de 150 sacas. No sabemos si en las bodegas y las demás cabinas habrá otra clase de carga, pues hasta por la mañana no se hará un nuevo reconocimiento. 

Cuando llegamos a Pasajes nos enteramos de que todas las personas que estaban a bordo del “Galerna" iban a ser trasladadas inmediatamente a San Sebastián. 

Nos trasladamos a la Comandancia de Pasajes para recoger algunos datos, aparte de los ya detallados, y en aquel momento oímos la voz de ¡hombre al agua!. Era que uno de los maquinistas del “Galerna" se había arrojado al agua. Se supuso que trataba de escaparse, pero se comprobó que se cayó al tratar de auxiliar a un requeté que dio un tropezón sobre cubierta. 

Logramos hablar con tres tripulantes del barco apresado. Eran tres gallegos de Trincherpe. Nos dijeron que ni ellos ni sus compañeros han tenido participación directa en el movimiento y que prestan servicio oblígados por los rojos. Para intentar demostrar la veracidad de sus manifestaciones dijeron que la tripulación del barco era la misma que tenía antes del movimiento. Lo mismo podían decir de la tripulación del “Vendaval". 

Les pedimos algunos detalles acerca de la situación en Bilbao, y nos dijeron que es sumamente difícil, especialmente por la falta de pan y víveres que escasean de manera alarmante. No hay harina y el pan que se fabrica — como pudimos comprobarlo por un trozo que nos dieron —, es escaso y de pésima calidad. Es negro y de lo más ordinario. 

Después de la breve conversación mantenida con los tres mencionados gallegos de Trincherpe, tratamos de averiguar los nombres de todos los tripulantes y pasajeros, pero ello no nos fue posible porque todos fueron trasladados inmediatamente a San Sebastián para ser puestos a disposición de la autoridad competente. Sólo pudimos saber que entre les pasajeros detenidos figuraban el médico de esta ciudad Francisco Saizar, el pelotari Jurico, el conocido nacionalista vasco Landin, también donostiarra, el presidente del Socorro Rojo de S. S. Cerdán y el sacerdote señor Ariztimuño conocidísimo propagandista del separatismo vasco que en sus trabajos; periodísticos solía emplear el seudónimo “Aitzól”. Otro de los pasajeros es un aviador francés que por se dirigía a Bilbao para ponerse al servicio de los rojos. 

En cuanto a los restantes se supone, no con fundamento, que son milicianos rojos, la mayor parte de ellos de San Sebastián. 
 

miércoles, 4 de enero de 2023

Ariztimuño Olaso, José, "Aitzol", (1896-1936)

José Ariztimuño, también conocido por el seudónimo de "Aitzol" (apócope de sus apellidos), nació en Tolosa en 1896, a los trece años ingresó en el seminario de Comillas (Santander) y después realizó sus estudios en Vitoria hasta que en 1922 fue ordenado sacerdote. Perteneció al cuadro intelectual del PNV y participó asiduamente en varias revistas y periódicos como en Gure Maxiolaria/Revista de la Unión Misional del Clero o Nuestro Misionero o el El Día, además de fundador de la revista Yakintza. En 1930 fue nombrado director de la sociedad Euskaltzaleak y se entrega al renacimiento de la cultura vasca animando y organizando certámenes literarios en euskera.

Con el estallido de la Guerra Civil se declaró partidario de la causa republicana y del nacionalismo vasco, vivía en San Sebastián, marcho al exilio junto a José María Benegas. Más tarde, se trasladó a Baiona para cruzar hasta Bilbao y trabajar a las órdenes del Gobierno vasco. A mediados de octubre tomó el buque, Galerna, junto a un centenar de personas, pero fue denunciado por el capitán, José Posadillo, y detenido a las altura de Pasaia por el crucero Alcazar, cuyo comandante era Javier SaldañaFue conducido a la prisión de Ondarreta y, poco después, juzgado por un consejo de guerra, condenado a muerte y fusilado, entre el 17 y 18 de octubre, junto a la tapia del cementerio de Hernani.

Sus obras más destacadas fueron La muerte del Euskera y La democracia en Euzkadi (1935).

Periódicos:
. El buque pirata "Galerna" apresado (La Rioja: diario político 17/10/1936)

lunes, 2 de enero de 2023

Juan Negrín y su desesperado intento por pactar con Franco

El presidente del Gobierno y ministro de Defensa clamó por la firmeza de la República y por alcanzar un acuerdo con los sublevados en la sesión de las Cortes que se celebró en el monasterio de Sant Cugat del Vallès en septiembre de 1938


El 30 de septiembre de 1938, mientras la República se hundía, ante el avance de las tropas franquistas que ya habían lanzado su contraofensiva en el frente del Ebro, Juan Negrín, presidente del Gobierno y ministro de Defensa de la España republicana, comparecía ante las Cortes en una sesión celebrada en el monasterio de Sant Cugat del Vallès, entonces Pins del Vallès. 

La apuesta de la República por retirar las Brigadas Internacionales para mostrar al mundo que las injerencias internacionales estaban exclusivamente del lado franquista resultaba también en vano después de que Inglaterra y Francia cediesen en su política de apaciguamiento ante la Alemania nazi.

Aun así, a Negrín no le quedaba más remedio que defender lo poco que le quedaba por defender a su Gobierno pidiendo la confianza de las Cortes. La estrategia por tanto, no era otra que volver a ofrecer a los sublevados la oferta de los Trece Puntos que el propio Negrín había presentado en abril de ese mismo año, en una situación mucho más ventajosa, para acabar con la guerra a través de un armisticio y de asegurar que su Gobierno no se rendiría en ningún caso ni capitularía ante el enemigo.

Los Trece Puntos no eran sino unas condiciones de mínimos que apelaban a la independencia del país frente a las potencias extranjeras que colaboraban con los sublevados, exigían un plebiscito para determinar la estructuración jurídica y social del Estado, siendo la República el único modelo de gobierno contemplado y trataban de blindar de alguna manera la reforma agraria, el autogobierno de Catalunya y Euskadi y los avances sociales de los bienios progresistas, además de una amplia e indefinida amnistía. Unas condiciones que Franco no podía aceptar, y mucho menos en una clara situación de superioridad militar, pese al elevado coste que todavía suponía tomar Madrid, Barcelona y Valencia. 

Nadie podía creer que las palabras de Juan Negrín asegurando que la guerra se podía y se debía ganar pese a la derrota militar,  era una absoluta contradicción. Y menos cuando iniciada ya la sesión en una nave central de la iglesia del monasterio transformada para la ocasión, el motor de un avión acalló las primeras intervenciones. El desenlace de la guerra estaba marcado y las palabras de Negrín no sirvieron más que para que el Ejecutivo obtuviese la confianza por aclamación de unas Cortes que se reunieron por penúltima vez. La última sería ya en Figueres para ratificar la derrota.

El discurso:

“Señores diputados, la única ocasión en mi vida en que he demandado, en que con mi autoridad de jefe de Gobierno he exigido asumir la responsabilidad de la dirección de la guerra desde el Ministerio de Defensa fue la noche del 29 al 30 de marzo en que en mí se produjo una crisis íntima. ¿Para qué evocar el recuerdo de aquellos lúgubres instantes?

”Deshecho el frente, sin frente, en desbandada y presa de pánico gran parte de nuestro ejército, desmoronada la moral de nuestra retaguardia, creí yo entonces, señores diputados, que a quien incumbió la responsabilidad de la política del país no podía rehuir en esos instantes de asumir la máxima responsabilidad, cual era la dirección de la guerra; no se podría gritar y exigir una política de resistencia si al mismo tiempo en el terreno de las realidades, en el terreno de las luchas no se asumía también la responsabilidad de la dirección.

Por eso, señores diputados, se produjo el cambio con las modificaciones de Gobierno que entonces introduje. He tenido yo siempre la convicción, la sigo teniendo, de que el factor dominante en la lucha es la fe y que sin fe en la victoria no puede haber triunfo, no puede haber decisión.

Simplemente, en estas palabras: en fe, en seguridad, en convicción, que había de llevarse al ánimo de todo el mundo, quería yo cifrar y basar en aquellos instantes una política de resistencia que había de ser una política de resistencia constructiva. Y ahora, señores diputados, vamos a llegar al fin de la guerra.

¿Puede ganarse la guerra? ¿Ha de ganarse la guerra? Claro que puede y ha de ganarse la guerra. Lo podemos decir nosotros que hemos sobrevivido los tristes meses que hay de mayo a octubre. ¡Qué duda cabe! ¿Se ganará militarmente la guerra, que es la pregunta que hacen muchos? Ante la superioridad en material del enemigo, ante la superioridad en medios y recursos del enemigo, ¿podremos nosotros triunfar militarmente?

Señores diputados, ¿quieren ustedes decirme qué guerra se ha ganado militarmente? Yo quiero recordar con otras palabras lo que ya dije en Madrid. La guerra se pierde cuando da uno la guerra por perdida. El vencedor lo proclama el vencido; no es él quien se erige en vencedor. Y mientras haya espíritu de resistencia, hay posibilidad de triunfo. Y no es el triunfo exclusivamente militar: muchas veces se ha producido el fracaso militar por un desmoronamiento en el espíritu de resistencia y en la moral del enemigo.

¿Dónde está hoy la moral, señores diputados? ¿De parte de nuestros enemigos o de parte nuestra? ¿Por qué está de nuestra parte? Porque sabemos que no tenemos más remedio; defendemos nuestra vida, defendemos nuestros intereses y defendemos algo que yo quiero creer que para nosotros está por encima de todo eso: defendemos a nuestra España.

Por eso triunfaremos, y podremos triunfar; con los éxitos militares y sin ellos, pero con un aumento de nuestro espíritu de resistencia y de nuestra moral y con un decaimiento, que ya se ha iniciado hace mucho tiempo que cada vez se acentúa más por parte de nuestros enemigos y que, a medida que su ficción y su cegamiento se borren y se den cuenta de que luchan en contra de los intereses permanentes de España, será mayor y les llevará al hundimiento pleno y total.

La guerra se puede ganar y se ha de ganar. Y, ¿cómo vamos a ganar la guerra? ¿Pactos, componendas, arreglos? Sí; podría terminarse con pactos, arreglos o componendas. Pero con este Gobierno, no. Este Gobierno no va a pactos, ni componendas, ni arreglos, porque los enormes sacrificios que ha hecho nuestro país serían estériles si nosotros fuéramos a algo que nos habría de llevar irremediablemente al nuevo sistema de dirección del país, al mismo sistema de dirección que se instauró en España después de la Restauración. Para eso no valía la pena ninguna de las vidas que se han sacrificado ni ninguna de las gotas de sangre que se han derramado en nuestro suelo.

¿Mediación? La hemos pedido siempre. La única mediación que cabe: la mediación con esos países que han invadido a España; mediación que hemos reclamado porque tenemos derecho a que medien, a que intervengan, a que les obliguen a que salgan, o si no que se pongan de nuestro lado los países que están ligados a este compromiso en virtud de un pacto. Pero, ¿mediación con los españoles? ¡Ah! Pero, ¿es que vamos a convertirnos nosotros en un país de capitulaciones? Eso es completamente inaceptable. Liquídese el problema de los extranjeros en España, y entonces nuestro problema se resolverá como tiene que resolverse, como debe resolverse.

Yo, midiendo perfectamente el alcance de mis palabras y la responsabilidad de lo que digo, me dirijo desde aquí a los españoles del otro lado e invoco su patriotismo; no a nuestros amigos perseguidos, ocultos o enmascarados, que hay muchos amigos nuestros, ni a los indiferentes, materia deleznable e inerte que a nosotros políticamente y desde el punto de vista de Gobierno, ni aquí allí nos interesan; yo me dirijo a nuestros enemigos y les digo: ‘¿Hasta cuándo y hasta dónde tiene que durar esto? ¿No os dais cuenta de que estáis sacrificando y estáis destrozando completamente a España? Pactos, arreglos, componendas, no. Pero os ofrecemos una legalidad que está definida en los trece puntos de fines de guerra del Gobierno’.

¿Es que hay aquí algún punto que no puedan suscribir los españoles que se sientan españoles por encima de todo y que quieran convivir con los demás aunque piensen de distinta manera y discrepen de ellos? ¿Es que no estamos todos conformes en que hay que asegurar la independencia de España, librarla de la invasión extranjera?

¿Es que, señores diputados, somos opuestos a una España vigorosa, con la forma republicana, que es la legal y que nosotros pedimos, pues la monarquía fracasó en España? No voy a discutir el principio monárquico; admito que teóricamente se pueda sostener el principio monárquico como conveniente, pero la monarquía fracasó y no hay sentimiento monárquico en España como en otros países.

Nosotros hemos aprendido mucho de la guerra y hemos querido corregir y corregimos nuestros errores, y yo les digo a esos españoles de enfrente si es que ellos no han aprendido nada y su obcecación, su vanidad, su soberbia puede consentir que llegue al exterminio de nuestra patria y a la división de zonas de influencia.

Porque eso sí quiero advertirlo. El Gobierno, la España leal no consentirá eso nunca y bajo ningún pretexto; antes lo que sea, antes lo que sea que España pueda dividirse en zonas o repartirse entre tendencias políticas diferentes; antes lo que sea, con todas sus consecuencias. Creo en el porvenir de España. Lo he dicho siempre. Quizá si no creyera en el porvenir de España no tendría fuerzas para representar la República y ocupar el cargo que ocupo.

Estoy plenamente convencido de ello. España es rica, España tiene la labor de sus hijos, tiene para sostener a todos sus hijos, cosa que ya es bastante riqueza; militarmente, geográficamente, una posición sin par en Europa. En cuanto a riqueza natural, no es comparable con ningún país. Dentro de un régimen de autarquía, quizá sea España el único país de Europa que pueda llevarlo sin quebranto de sus economía y bienestar.

España tiene y puede tener un gran porvenir. Tengo fe absoluta en la reparación económica de España. Es precisamente para eso que los gobiernos a quienes esto incumba puedan gobernar y se les deje gobernar, y se sientan apoyados y sostenidos en su función de gobierno; pero sólo así, en estas condiciones, se podrá hacer una España a base de una reconciliación que es necesaria; una España; la de los españoles, después de este bautismo de sangre que nos ha depurado y redimido de todas las faltas y errores que podamos haber cometido; una España a la que tenemos derecho.

Yo aseguro, señores diputados, que las perspectivas son halagüeñas aun después de tantas tristezas. Es más; que si se llega a que los españoles se den cuenta de cuáles son sus obligaciones como tales españoles, prescindiendo de discrepancias y de posiciones políticas, y cumplen con su deber como tales españoles, todos los sacrificios que se han hecho, todas las pérdidas en vidas y las pérdidas materiales no habrán sido inútiles ni estériles, y España resurgirá y estará como no ha estado nunca; eso es lo que yo anhelo, y con nuestros esfuerzos hemos de lograrlo todos.”


Arín Prado, Ernesto (1875-1937)

Antes dela guerra alcanzó el rango de coronel del Arma de Infantería, y durante la Segunda República se afilió a la Unión Militar Republicana Antifascista (UMRA).​ A pesar de que estaba retirado, con el estallido de la Guerra Civil apoyó al bando republicano y presidió el Comité Ejecutivo Popular de Valencia conjunto entre la Unión General de Trabajadores (UGT) y Confederación Nacional del Trabajo (CNT) que, con independencia del poder central, se hizo cargo del gobierno de la provincia. En lo militar, tres militares dirigían las actividades del Frente Popular, el citado Arín Prado, que era jefe del Centro de Movilización y Reclutamiento de Valencia, el teniente de Artillería José Benedito Lleó, nombrado delegado de guerra y en el que recaía el mando militar y, el capitán de la Guardia Civil Manuel Uribarry Barutell; todo ello según el general Salas Larrazabal en su libro Historia del Ejército Popular de la república

Arín organizó la resistencia contra los nacionalistas en Valencia, al tiempo que se encargaba de organizar las primeras columnas militares que se dirigieron a la defensa de Madrid.​ 

Entre agosto y septiembre de 1936 fue gobernador civil interino de la provincia de Valencia​ y en abril de 1937 fue destinado a la IV División Orgánica del Ejército Popular de la República.