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domingo, 16 de noviembre de 2025

Basulto Jiménez, Manuel (1869-1936): el obispo mártir de la Guerra Civil Española

Descubre la historia del obispo Manuel Basulto Jiménez, asesinado en 1936 durante la Guerra Civil Española. Víctima de la represión religiosa, fue beatificado en 2013 como mártir católico.

El obispo asesinado en el “Tren de la Muerte”: la historia de Manuel Basulto en la Guerra Civil 

El 12 de agosto de 1936, apenas un mes después del estallido de la Guerra Civil Española, el obispo de Jaén Manuel Basulto Jiménez fue ejecutado junto a más de 190 personas en las afueras de Madrid. Su crimen, fruto de la persecución religiosa en la zona republicana, lo convirtió en uno de los trece obispos españoles asesinados durante el conflicto. En 2013, la Iglesia Católica lo proclamó beato mártir.

¿Quién era Manuel Basulto Jiménez?

Nacido en Adanero (Ávila) en 1869, Basulto tuvo una trayectoria eclesiástica ejemplar:

  • Ordenado sacerdote en 1893
  • Obispo de Lugo (1910–1919)
  • Obispo de Jaén desde 1920 hasta su muerte en 1936
  • Senador por designación en 1916

Licenciado en Sagrada Teología y Derecho, fue profesor en varios seminarios y catedralicios. Su lema episcopal —“Quien a Dios tiene, nada le falta”— reflejaba su profunda fe, que lo acompañaría hasta sus últimos momentos.

Detención y traslado a Madrid

Tras el golpe de Estado del 17 de julio de 1936, la represión contra figuras religiosas y conservadoras se intensificó en la zona republicana. El 2 de agosto, Basulto fue detenido en el palacio episcopal de Jaén junto a su hermana Teresa, su cuñado Mariano Martín y el deán Félix Pérez Portela.

Las cárceles de Jaén se saturaron rápidamente. Ante el riesgo de “sacas” (ejecuciones extrajudiciales), el gobernador civil organizó el traslado de presos a la cárcel de Alcalá de Henares. Así, el 12 de agosto, Basulto subió a un tren con 245 reclusos.

La masacre del Pozo del Tío Raimundo

Al llegar a la estación de Santa Catalina-Vallecas (Madrid), milicianos anarquistas detuvieron el convoy. A pesar de la presencia de la Guardia Civil, el director general de Seguridad, Manuel Muñoz Martínez, autorizó su retirada ante la imposibilidad de controlar la situación.

Los milicianos, armados con ametralladoras, ejecutaron a 193 presos en grupos de 25. Testigos relataron que Basulto, al ser sacado del tren, se arrodilló y comenzó a rezar antes de ser fusilado. Su hermana también fue asesinada, presuntamente por una miliciana conocida como “La Pecosa”.

Este episodio, conocido como el “Tren de la Muerte”, es uno de los episodios más oscuros de la represión republicana durante la Guerra Civil Española.

Beatificación y legado histórico

La Iglesia Católica reconoció el carácter martirial de su muerte en 2010. El 13 de octubre de 2013, el papa Francisco lo beatificó junto a otros 254 mártires de la persecución religiosa en España (1931–1939).

Hoy, sus restos descansan en la cripta de la Iglesia del Sagrario de la Catedral de Jaén, y su figura simboliza tanto el sufrimiento del clero durante la guerra como la compleja relación entre Iglesia, política y violencia en la España del siglo XX.



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