Descubre el papel de Martí Barrera, líder de Esquerra Republicana de Catalunya, durante la Guerra Civil Española: su labor institucional, exilio y legado político.
Martí Barrera en la Guerra Civil Española: un republicano comprometido
Martí Barrera i Maresma (1889–1972) fue una figura clave del republicanismo catalán cuya trayectoria estuvo profundamente marcada por los acontecimientos de la Guerra Civil Española. Sindicalista, político y miembro de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), su compromiso con la justicia social y la autonomía catalana lo situó en primera línea de los conflictos políticos del siglo XX en España.
Antecedentes: del anarcosindicalismo al gobierno catalán
Antes del estallido de la guerra, Barrera ya había forjado una sólida reputación como activista obrero. En 1920 fue detenido junto a figuras como Lluís Companys y Salvador Seguí por su labor sindicalista, lo que evidencia su temprano compromiso con las causas sociales.
Tras la proclamación de la Segunda República Española, su carrera política se consolidó. En 1932 fue elegido diputado al Parlamento de Cataluña y asumió el cargo de Conseller de Treball i Obres Públiques (Consejero de Trabajo y Obras Públicas) de la Generalitat. En este rol, trabajó activamente por mediar en conflictos laborales y prevenir brotes de violencia en un contexto de creciente tensión social.
La Guerra Civil y el exilio republicano
Con el estallido de la Guerra Civil Española en 1936, Martí Barrera se mantuvo fiel al proyecto republicano y autonómico catalán. Ese mismo año fue elegido diputado en el Congreso de los Diputados por la circunscripción de Barcelona, en las elecciones de febrero que dieron la victoria al Frente Popular.
Durante la guerra, aunque no ocupó un rol militar, su labor institucional fue crucial en la defensa del orden republicano y la cohesión social en Cataluña. Tras la victoria franquista en 1939, como muchos republicanos, se vio obligado al exilio.
Su familia regresó a Barcelona en 1941, pero él no pudo hacerlo hasta 1950, tras obtener autorización del régimen franquista. Aun así, su pasado republicano no quedó olvidado: en 1953 fue condenado a 12 años y un día de prisión, pena que cumplió bajo arresto domiciliario gracias a reducciones.
Legado político y familiar
Martí Barrera fue también miembro de la Masonería, una afiliación común entre muchos intelectuales y políticos republicanos de la época. Su compromiso con los ideales democráticos y la autonomía catalana dejó huella en su descendencia: fue padre de Heribert Barrera, quien llegaría a ser presidente del Parlamento de Cataluña, científico y destacado político de ERC.
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