Sacerdote vasco nacido en Villabona (Guipuzcoa), tras su formación en el seminario de Vitoria fue nombrado párroco de Arechavaleta y, posteriormente, párroco de San Juan de Mondragón durante 25 años.
Asesor del obispo de Vitoria, Mateo Múgica, apoyó la preservación y difusión de la cultura vasca (gracias a su ayuda, se creó la primera ikastola de Mondragón) junto a la labor de los padres Guridi y Markiegi, en la investigación filológica del euskera y su docencia.
Antes de su detención Arín sufrió un incidente protagonizado por la líder tradicionalista María Rosa Urraca Pastor, que había llegado a Mondragón para dar un mitín. Urraca Pastor reconoció al párroco en la calle y le increpó para que gritara tres veces "¡Viva España!". La humillación fue rematada con una amenaza de muerte.
Tras la ocupación de Guipúzcoa por las tropas que mandaba el general Mola fue hecho prisionero por éstas, siendo entonces acusado de separatista, por lo que fue recluido en la prisión de Ondarreta (San Sebastián), de donde fue sacado poco tiempo después y fusilado sin formación de causa, en unión de otros sacerdotes y seglares (José Markiegi Olazabal vicario de Mondragón, Leonardo Guridi y del seglar Joseba Ceciaga, miembro del PNV). Los cuatro fueron fusilados la noche del 24 al 25 de octubre de 1936 a la entrada del cementerio de Oyarzun.
En opinión del obispo de Vitoria, Mateo Múgica, «mejor habrían hecho Franco y sus soldados besando los pies de este venerable sacerdote que fusilándolo».
No hay comentarios:
Publicar un comentario