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martes, 13 de diciembre de 2022

Argelés-sur-Mer (campo de concentración)

Municipio francés de los Pirineos Orientales situado en el Rosellón, a 2 km aproximadamente de la costa mediterránea. 

A principios de 1939 el Gobierno francés instaló en unas dunas próximas a la playa de dicha localidad un campo destinado a parte de los 550.000 refugiados que traspasaron la frontera, huyendo de España tras el fin de la Guerra Civil Española. . El mencionado campo permaneció abierto hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, habiendo albergado en sus casi seis años de existencia a unas 
100.000 personas. 

Con la caída de Barcelona, último reducto importante republicano en la zona norte de España, en enero de 1939, se produjo un éxodo de medio millón de refugiados buscaron la huida a Francia como única salvación ante el avance nacionalista. Ante la presión de la opinión pública internacional, el jefe del gobierno francés, Édouard Daladier, autorizó el 5 de febrero el paso a territorio francés de los refugiados. La huida se realizó principalmente a través de los pasos fronterizos de La Junquera y Portbou, por donde salieron cientos de miles de refugiados, los restos del gobierno republicano y de la 130ª Brigada Mixta del Ejército Popular Español. Hasta el 15 de febrero de 1939 ingresaron oficialmente en el departamento francés de Pirineos Orientales (que entonces contaba con unos 230.000 habitantes), un total de 353.107 personas, sobre todo a pie: familias enteras, soldados republicanos que habían combatido en el Frente del Ebro y miembros de las Brigadas Internacionales que, por motivos políticos, no podían volver a su país de origen. Cuando las autoridades francesas comprobaron la magnitud del éxodo, la catástrofe humanitaria era ya inevitable; pocas semanas antes del fin de la guerra, el "informe Valière", realizado a petición del Gobierno francés, estimaba, a 9 de marzo de 1939, la presencia de unos 440.000 refugiados en Francia, de los cuales 170.000 eran mujeres, niños y ancianos, 220.000 soldados y milicianos, 40.000 inválidos y 10.000 heridos.

Los primeros meses en Argèles fueron los más duros para los exiliados españoles; el frío del invierno  aún duraba y enfermedades como la disentería y el tifus comenzaron a hacer mella en unos contingentes ya debilitados por el hambre y la sed. El Vaticano, por su parte, se había pronunciado calificando a los republicanos españoles como "demoníacos", negando la sepultura en los cementerios franceses a los exiliados fallecidos. Finalmente un vecino de Argèles donó desinteresadamente un terreno para este fin.

Seis meses  después de abrirse, estalló la Segunda Guerra Mundial, y en junio de 1940, cuando los alemanes invadieron Francia, los refugiados españoles abandonaron el campo de Argelès, cuyo destino fue diverso; algunos se alistaron en el Ejército francés para luchar contra la invasión nazi, otros se trasladaron al continente americano, especialmente a México y Puerto Rico, donde las condiciones eran más favorables y los menos se establecieron en Francia de manera permanente. 

Tras el desalojo, el campo fue reutilizado como campo de concentración de prisioneros de guerra por el gobierno pro-nazi de la Francia de Vichy. Se desmanteló al finalizar la II Guerra Mundial. En las cercanías de la playa Norte del Campo de Argèles, se erigió un monolito en homenaje a los españoles internados allí con la siguiente inscripción: "A la memoria de los 100.000 republicanos españoles, internados en el campo de Argelès, tras la RETIRADA de febrero de 1939. Su desgracia: haber luchado para defender la Democracia y la República contra el fascismo en España de 1936 a 1939. Hombre libre, acuérdate."

V. campos de concentración.

 

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