Después de ser liberado por los nacionales, este político republicano, educado al calor de la Institución Libre de Enseñanza, comienza un largo exilio del que regresará en 1977 como senador por designación real
Un año y medio después del estallido de la Guerra Civil, Justino de Azcárate y Flórez es excarcelado tras ser canjeado por el líder falangista Raimundo Fernández Cuesta. A pesar de su inequívoca inclinación por el bando republicano, lo primero que hace tras recobrar su libertad es marcharse de España para, "por cuestiones de humanidad", dedicarse a "trabajar en todo lo que sirviera de acercamiento entre los dos bandos", según confiesa él mismo. Sin embargo, más allá del hecho coyuntural, la figura de Justino de Azcárate ya había dejado su huella en la Historia española.
Este abogado y político nacido en Madrid en 1903 estudia el bachillerato entre el Colegio Alemán de Madrid y la Institución Libre de Enseñanza, de acuerdo con la tradición liberal y republicana de su familia -sin ir más lejos, su hermano Pablo será durante la Guerra embajador de la República en Londres-. Estudia Derecho en la Universidad Central de Madrid, donde obtiene el doctorado y durante algún
tiempo ejerce como profesor auxiliar de Derecho Político.
En los años 20 Justino de Azcárate milita en el Partido Reformista de Melquíades Álvarez. Inscrito en sus filas asiste a los movimientos políticos previos a la proclamación de la República en abril de 1931.
Las esperanzas generadas por la posibilidad de un nuevo régimen trajeron consigo una fuerte movilización de los intelectuales y de la vida cultural del país. Muchos fueron los personajes que declararon abiertamente su apoyo a la nonata Segunda República española.
El 9 de febrero de 1931, José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala publican el manifiesto constituyente de la Agrupación al Servicio de la República, una plataforma compuesta en su mayoría por intelectuales, cuyo objetivo principal es lograr la implantación del nuevo régimen en España tras la grave anomalía que supuso la dictadura, auspiciada y apoyada por Alfonso XIII, de Primo de Rivera.
En 1931 el movimiento al Servicio de la República contaba entre sus filas con 16 diputados, entre ellos un joven Justino de Azcárate, elegido diputado a Cortes Constituyentes por la circunscripción de León, y que después será secretario del grupo.
Pronto surgen las diferencias en el seno de la Agrupación entre los que apoyan, como Valle-Inclán o Antonio Machado, la trayectoria del Gobierno izquierdista del primer bienio, y los que optan, como Unamuno, por distanciarse de la acción gubernamental. Finalmente, las tensiones y conflictos internos desembocan en la disolución de la Agrupación en octubre de 1932.
Mientras, Azcárate ha sido nombrado subsecretario del Ministerio de Justicia encabezado por Fernando de los Ríos en el Gobierno provisional presidido por Azaña en 1931. Posteriormente será subsecretario del de Gobernación. Azcárate será una presencia permanente en la escena política española durante los años de la República. Participa activamente en una nueva empresa política: la formación del Partido Nacional Republicano, organización que de cara a las elecciones de febrero de 1936 rechaza integrarse en el pacto del Frente Popular que aglutinaba, en base a un programa mínimo, a todos aquellos grupos de orientación izquierdista. La razón de esta negativa se basa en la participación en el pacto del PCE.
Al estallar la Guerra, el 18 de julio de 1936, Azcárate es reclamado por Diego Martínez Barrio. Antiguo militante del Partido Radical de Leerroux y fundador de Unión Republicana, Martínez Barrio es el elegido por Azaña el mismo 18 de julio para presidir un Gobierno que debía pactar con el general Mola un mandato de concentración, previo compromiso de evitar las represalias por el golpe.
El nuevo Gobierno, que no llega a constituirse, cuenta con Azcárate como ministro de Estado, pero éste ni siquiera llega a tomar posesión del cargo: se encuentra en León, ciudad alineada desde el principio con los sublevados. Pocos días después, es detenido en Burgos por un grupo de falangistas.
Para entonces José Giral, considerado clave, como ministro de Marina, en la detención de la sublevación en la Armada española, había sido ya nombrado jefe de un nuevo Gobierno que, desde su formación, ordena la entrega de armas a las milicias obreras, formadas de manera algo apresurada por socialistas y comunistas con la ayuda de algunos oficiales que permanecieron fieles al Gobierno de la República. Mientras, Azcárate, considerado ya un destacado líder republicano, es trasladado a una cárcel vallisoletana donde permanece, a disposición del general Mola, por espacio de casi un año y medio.
Finalmente, en octubre de 1937, es canjeado por Raimundo Fernández Cuesta, secretario de la Falange presidida por José Antonio Primo de Rivera, puesto de inmediato en libertad.
Afiliado a las JONS desde 1933, Fernández Cuesta era amigo íntimo de José Antonio Primo de Rivera. Había sido detenido antes de la Guerra Civil, el 14 de marzo de 1936, por las autoridades republicanas.
A pesar de que Guillermo Cabanellas explique que "se proyectó como maniobra maquiavélica de Prieto y los suyos, para facilitarle a Falange primeras figuras que pudiesen crearle dificultades de orden político a Franco", Fernández Cuesta es nombrado secretario general de FET y de las JONS y ministro de Agricultura entre 1938 y 1939 y tendrá un papel destacado durante la dictadura franquista.
Azcárate, sin embargo, y a pesar de su compromiso claro con el bando republicano, decide no formar parte, "por razones de principio", de la jerarquía política de la República en guerra. Al recuperar su libertad, en pleno desarrollo del conflicto armado, se marcha de España.
Desde París colabora con el Comité pour la Paix Civile et Religieuse en Espagne, participando en "la promoción de canjes, indultos y conmutaciones de penas de muerte", como él mismo declarará una vez terminada la Guerra. Su hermano Pablo también dirigirá el servicio de ayuda a los republicanos españoles en el exilio.
Entre 1939 y 1977 reside en Venezuela, donde sigue jugando un papel destacado, esta vez como miembro de varias instituciones económicas y sociales del país americano. Regresa a España como senador por designación real durante la legislatura constituyente, y lecto por León en 1979, inscrito en las listas de UCD, hasta 1982. Ese mismo año se convierte en el primer presidente de la recién creada Comisión Española de Ayuda al Refugiado. Participa en la fundación, en 1984, del fallido Partido Reformista Democrático presidido por Miquel Roca. Justino de Azcárate fallece el 18 de mayo de 1989.
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