Porque nuestras vidas crecen sobre una Patria y nos sentimos fuertes y protegidos por Caudillo, seremos incapaces de imaginar siquiera el panorama agrio, caótico, anárquico de la España rusa. La misma diferencia honda que hay entre la salud y la enfermedad e imposibilita al sano para comprender y casi compadecer el dolor del enfermo, existe también por nuestra parte sí nos comparamos con la maldad y la incertidumbre rojas. Cuanto es claro, sencillo, razonable dentro de la atmósfera patriótica y exacta de la España de Franco y por ser vitalmente han equilibrado justo nos parece consustancial a todos; en cambio, no lo encontraríamos nunca en la lucha de enfrente, donde todo se muestra teratolóígico, excepcional, monstruoso. Sí no hubiera sido por la superchería de su propaganda judáica-soviética, hace bastante tiempo que las contradiciones intestinas de la tiranía roja hubieran descubierto su faz deforme y entonces nuestra victoria rotunda y final estaría presente.
Sin embargo, hay síntomas tales de descomposición, de crisis de la ficción revolucionaria, de la patraña urdida en torno de la República, de la Democracia y del Liberalismo, que nos aseguran la proximidad de un derrumbamiento vertical total en todo el frente rojo. Hasta la fecha han especulado los partidos del Frente Popular con la soflama de que defendían la República del 11 de Abril democrático-liberal-parlamentario-burguesa, mientras las bandas anarquistas y comunistas se sacrificaban en provecho de aquellos dogmas arcangélicos, cuya excelsitud nativa perfumaba como el incienso o la mirra. Pero en la realidad, ocurría precisamente lo contrario: esto es que la F.A.I. y el Komitem se aprovechaban de la estupidez de los republicanos del 11 de Abril, desplazándolos en Madrid, en Cataluña y en Valencia, aunque sin prescindir de sus principios, para robar, asesinar, estuprar y destruir en su nombre. Los imbéciles y malvados republicanos del 14 de Abril servían de proxenetas o de cimbel para engañar al mundo bobo. Fuera de esta función poco decente, enmudecieron y acataron la hegemonía marxista y libertaria. Ahora, más decididos ante el fracaso rojo, se atrevan ya a reivindicar su estirpe, su primogenitura republicana, que no vendieron por un plato de lentejas, sino tiraron a la calle. Asistimos hoy a las demandas de menor cuantía, o al interdicto de recobrar presentado por la Esquerra de Cataluña, o por el boticario Giral o Giner de los Ríos solicitando la devolución de lo suyo; es decir, del control y gobierno de la República y del Estado demoliberal y tartufo. La respuesta revolucionaria ha sido tan enérgica y rápida como la palabra de Cambronne. Este NO NOS DA LA GANA, ha podido venir acompañado de una interrogación. ¿Cuál República reclamáis, majaderos?, porque la República del 14 de Abril terminó en Casas Viejas, y la República fratricida del mes de Febrero, concluyó trágicamente la madrugada que asesinasteis a Calvo Sotelo. Desde entonces pertenece a la F.A.I. y a la Internacional Comunista el supremo dominio de la España irredenta. Vosotros, cuantos tratáis de rebullir ahora, sólo proporcionasteis la coartada liberal, democrática, jurídica, con que justificar tantos crímenes. Eran el nexo de las grandes DEMOCRACIAS OCCIDENTALES —según la nomenclatura propia—que protegían con halagos y a veces con municiones y aviones la subversión y su celestinaje.
En pésima ocasión se manifiesta la estúpida demagogia republicana, cuando la F.A.I. y el Komitern desconfían y llaman traidoras a esas grandes DEMOCRACIAS OCCIDENTALES, cuyos comisionistas o agentes do España eran los mismos que ahora piden su puesto. Todas las contradiciones y falacias de la Revolución han entrado en fricción y en una contradanza macabra. Si nuestras gloriosas tropas no se apresuran a intervenir justicieramente, la Revolución acabará pronto y por sí misma ametrallándose los unos a los otros.
El Adelanto : Diario político de Salamanca: Año 53 Número 16175 - 1937 enero 19
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