El relato de un evadido de la capital andaluza confirma el asesinato de Federico García Lorca
Fue fusilado por llevar encima una carta de su paisano y amigo Fernando de los Ríos, y con sus obras hicieron un auto de fe. — Los facciosos dominan en la capital; pero sólo son dueños del terreno que pisan
Hemos tenido ocasión de hablar con un catalán procedente de Granada. Nos cuenta la odisea sufrida, las grandes fatigas y penalidades por que ha pasado durante su estancia en la capital andaluza, dominada por las turbas fascistas, hasta que logró huir de allí.
Nos interesan sus andanzas, queremos saber datos concretos de lo ocurrido en la bella ciudad, y preguntamos:
SER CATALAN ERA UN PELIGRO
— ¿Qué vida hacían en Granada durante las semanas de dominación fascistas?
— No lo quieran saber. El ser catalán allí era un estigma que le exponía a uno a toda clase de peligros. Y si, además, tenia sentimiento izquierdista deseando una mejor justicia mundial, el peligro era inminente. Yo he visto cómo eran destrozados mis libros y mis muebles. He perdido todo cuanto poseía. Pero he conseguido salvar la vida.
COMO ESTALLO LA REVOLUCION
— ¿Cómo se inició la sublevación ?
— El lunes, día 21, se lanzaron a la calle los componentes de Falange Española reforzados por los militares de la guarnición. El gobernador civil cometió la lamentable equivocación de no querer armar a la población civil, y por ello los sublevados se hicieron dueños de la ciudad, después de tres o cuatro horas de tirotear a los grupos de paisanos inermes que trataban de oponerse a los sublevados.
— ¿Ninguna autoridad se opuso a los facciosos ?
— Sí. El gobernador militar general Campis, que había recibido instrucciones del Gobierno de Madrid, visitó dos veces gobernador civil exhortándole a cumplir con su deber. Nada hizo el gobernador civil. Y un coronel proclamó el estado de sitio el lunes y puso en los lugares estratégicos los ciento ochenta soldados de que disponía. Apenas encontraron resistencia. En algunos barrios obreros, como el Albaícin la gente se desesperaba al verse sin armas. Los rebeldes ge apoderaron de la fábrica de fusiles, armaron a todos los fascistas de la población, y así improvisaron un ejército haciendo sentir su fuerza sobre toda Granada. Aún recibieron ayuda de unos 600 legionarios: la guarnición, pues, se componía de unos 4.000 hombres armados, la mayoría requetés, falangistas, etc. Granada quedo dividida virtualmente en dos partes. Por un lado, el centro, con la Alhambra, en manos de los fascistas. Y del otro los barrrios obreros del Albaicín, Sacro Monte y Barranco del Abogado. Los fascistas, sin el menor respeto a la maravilla artística de la Alhambra, instalaron allí cañones, que enfilaron contra el barrio del Albaicín. También colocaron focos eléctricos en el cuartel de la Guardia Civil para vigilar los otros barrios obreros. La resistencia por parte del pueblo fue verdaderamente heroica, pero también fue duro y cruel el castigo. Ni las mujeres ni las criaturas quedaron a cubierto de los atropellos. En cuanto a los hombres, a los que no pudieron coger, viendo que no podían seguir luchando, se retiraron a la serranía, donde se han procurado elementos para seguir la lucha.
ORGANIZACION MILITAR
—¿Cómo organizaron la población dominada?
— Los facciosos militarizaron en seguida todos loa oficios y gremios, convirtiendo la ciudad en un verdadero cuartel.
MALOS TRATOS
— ¿Qué trato dieron a las gentes de izquierda?
— Todos sabemos que Granada era y es una ciudad de sentimientos liberales, teniendo allí acogida muchas organizaciones obreristas. Puede usted suponer, por tanto, la ferocidad que los sublevados desplegaron contra los adversarios del fascismo.
DESTACADAS PERSONALIDADES FUSILADAS
— ¿Fueron muchas las personas fusiladas?
— Muchas, entre ellas la Redacción entera de «El Defensor de Granada»; el ingeniero jefe de Obras públicas, Juan Santacruz autor de la carretera de Sierra Nevada — la más elevada de Europa — , y diputado que fue en las Cortes Constituyentes; el presidente de la Diputación, señor Castilla; el líder sindicalista Alcántara; el compañero Rey, presidente de la Casa del Pueblo; el señor Dalmases, catalán, establecido en Granada, y el diputado, ex gobernador de Huelva. En cuanto al general Campins, fue trasladado a Sevilla y allí fusilado después de someterlo a un Consejo de guerra sumarisimo.
DIFICULTADES PARA APROVISIONARSE
— ¿Cómo vivían los que no erar, afectos a los fascistas?
— Con muchísimas dificultades para adquirir lo necesario, no sólo porque escaseaba, sino porque tampoco se les quería vender, viéndose obligados a acudir a los barrios obreros, donde conseguían comprar algo a escondida.
IMAGENES Y BANDERAS MONARQUICAS DE PEGA
— Tolos los facciosos ostentaban en la solapa la bandera monárquica, la imagen del Sagrado Corazón y una medalla que habían hecho reglamentaria.
Por cierto que el fabricante de los escapularios les jugó una broma bastante pesada. El Sagrado Corazón era la figura de Lenin, y los obreros, para reconocerse, ponían un dedo sobre las llamas que coronaban la efigie. Al notarse la cosa, fueron retiradas las imágenes y fusilado el fabricante. Lo mismo ocurría con las banderolas monárquicas. Leídas al trasluz, se podía ver: «Viva el comunismo» No es preciso decir la rabia de los elementos facciosos que se habían hecho dueños de la situación.
LA MUERTE DE GARCIA LORCA. UN AUTO DE FE CON SUS OBRAS
— ¿Qué nos dice usted de García Lorca? ¿Vive?
— Desgraciadamente, no.
— ¿Podría darnos algún detalle de sus últimos días ?
— Parece que se refugió en casa de un comerciante llamado González, que tenia dos hijos fascistas. Descubierto su paradero a causa de una denuncia, fue detenido en mala forma y condenado a muerte por haberle encontrado en su poder una carta de Fernando de los Ríos. Esto ocurrió del 10 al 15 de agosto. Nadie se atrevió a interceder cerca de los militares. Y el pueblo, pudo contemplar cómo ardían en la plaza del Carmen las obras de Garcia Lorca, con las que se hizo un verdadero auto de fe.
OTROS AUTOS DE FE. MASONES FUSILADOS
También se realizaron autos de fe con los masones pertenecientes a las logias masónicas, que fueron asaltadas por los facciosos. Estos se apoderaron de las listas de adeptos, y todos fueron fusilados inmediatamente.
LOS FASCISTAS GRANADINOS SOLO SON DUEÑOS DEL TERRENO QUE PISAN
—¿Se sublevaron también las poblaciones de los alrededor de Granada?
— No. Estas permanecieron fieles al Gobierno republicano. Pero como no tienen armas, se han defendido como les ha sido posible.
A veces, los que se han hecho dueños de Granada organizan un paseo militar y llegan a una población distante veinte o veinticinco kilómetros. A nadie apresan allí, porque al saber su llegada los hombres se refugian, en la Sierra. Entonces nombran unas autoridades fascistas a basa de una veintena de vecinos de los que ocupan la mejor posición, y después se vuelven a Grarada. Al día siguiente bajan de la sierra unos centenares de hombres echan abajo el castillo de naipes montado por la columna expedicionaria y continúa la vida de la población, controlada por las gentes de izquierda. En resumen en las tierras granadinas los fascistas sólo son años exclusivamente del terreno que pisan.
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