Ingresó, en 1906, en la Academia de Ingenieros de Guadalajara, terminando sus estudios, en 1910, y entonces pasó destinado al Tercer Regimiento Mixto de Ingenieros, donde permaneció hasta 1912, y después prestó sus servicios en el Primer Regimiento Mixto de Ingenieros con sede en Larache (Marruecos).
En 1911 le concedieron la Cruz de Primera Clase del Mérito Militar con distintivo rojo, por sus servicios en campaña.
En 1913 fue destinado al Tercer Regimiento de Zapadores, Grupo Mixto de Ingenieros de Larache.
Solicitó, en 1915, el curso de piloto de aeroplano. Y fue aceptado siendo entonces capitán de Ingenieros. Se incorporó al aeródromo de Cuatro Vientos el 1 de septiembre de 1915 y, posteriormente, al de Alcalá de Henares, obteniendo los títulos de 2.ª y 1.ª categorías, formando parte de la quinta promoción de pilotos de aeroplano.
En 1919 se encontraba disponible en la Primera Región Militar y en comisión de servicio en el Servicio de Aeronáutica Militar.
En diciembre de 1920 el Real Aeroclub de España estableció el Premio Fernández Duro para los aviadores que estableciesen marcas mundiales y nacionales.
La marca nacional de altitud estaba en 5.750 metros se conquistó el 19 de agosto de 1919.
El día 16 de marzo de 1921, el piloto aviador Álvarez de Rementería, a las 15.58 horas, despegó del aeródromo de Cuatro Vientos, con pasajero, pilotando un aeroplano DH con motor HS 300, y alcanzó una altitud de 6.210 metros. Batió la marca española, siendo certificada por el Comisario Deportivo de la FAI, Emilio Herrera.
Asistió en Barcelona a las pruebas de los aviones SPAD fabricados por la empresa Loring, Pujol y Comabella y en la fábrica Hispano, a las de recepción de ocho motores españoles HS de 200CV.
En el año 1921 fue destinado a la Jefatura del Aeródromo de Tablada en Sevilla.
Fue nombrado, en 1926, comisario de la Exposición Nacional de Aeronáutica, organizada por el Real Aeroclub de España. En 1927 figuró como jefe de los Talleres Aeronáuticos de Cuatro Vientos de la Aviación Militar, siendo además jefe de grupo.
En 1929 era profesor eventual en la Escuela Superior Aerotécnica de Madrid de la asignatura Tecnología y Trabajos Manuales, tras ser nombrado en la Gaceta de Madrid el 31 de octubre de 1929. En el año 1930 presenta su dimisión, siendo aceptada.
En 1932 aparece destinado en el Batallón de Zapadores Minadores n.º 1. Se hace miembro activo de la Unión Militar Española (UME) y como tal participó en la organización del golpe militar que se preparaba.
Al estallar la Guerra Civil, ya como teniente coronel, se hallaba en Madrid en situación de disponible, el cual, por orden del general Mola, se encargó en nombre de éste, junto con los coroneles Agustín Muñoz Grandes y Luis Pérez Santamaría y el teniente coronel Joaquín Ortiz de Zárate, de coordinar los hilos de la conspiración que condujo al levantamiento militar. Tras la muerte del teniente coronel del mismo arma Ernesto Carratalá Cernuda, jefe del Batallón de Minadores n.° 1 con sede en Carabanchel (Madrid), se hizo cargo del mando de dicha unidad. Las tropas republicanas cercaron el cuartel y en la lucha murió el 20 de julio en la puerta del mismo cuando defendía dicho campamento. Fue ascendido a coronel por méritos de guerra.
El comportamiento de este teniente coronel en los días iniciales del alzamiento ha dado lugar a no pocas especulaciones entre los historiadores, pues, al parecer, cumpliendo órdenes del citado Mola —que, de ante mano, consideraba fracasado el golpe en la capital de España—, hizo todo lo posible para que la guarnición de Madrid, comprometida en la sublevación, permaneciese encerrada en sus respectivos cuarteles, en actitud aparentemente neutral, a la espera de los refuerzos que, en un par de jornadas, debían llegar a la citada capital procedentes del norte de España, posición considerada por algunos como absolutamente incomprensible y a consecuencia de la cual la derrota de los sublevados se hizo inevitable.
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