No basta la camisa azul y en ella, trenzados en rojo, el yugo y el haz de flechas simbólicas. No basta.
Ha de ser en el azul claro, transparente de las almas en el que han de ser grabados con el rojo de la abnegación y del sacrificio constantes las flechas sagradas del IDEAL y el yugo fraterno de la aspiración única, flechas prestar a partir hacia los horizontes altos, marcando el rumbo nuevo de la nueva España.
No basta la camisa azul sí, bajo ella, no vibra, en ritmo de afanes hacia un más allá, pleno de grandezas, un corazón que, como roja flor de todos los renunciamientos, viva y palpite, con reciedumbre heroica, al cálido contacto de la Patria, mártir hay, alegre y grande mañana.
Nada de aparatosas exhibiciones. La Falange no quiere en sus cuadros «muñecos uniformados», sino hombres recios, fuertes de cuerpo y alma, que sean brotes vigorosos del tronco regenerado de la raza.
Quiere -lo dice nuestro Credo de lucha- «que el Militante tenga siempre presente, que la prisión, las heridas y hasta la misma muerte, sean consideradas como meros actos de servicio».
Y quiere austeridad, limpieza de intenciones, diafanidad de conducta. Y, ante todo, que todos sepan sentir, sin tibiezas ni desmayos, -incompatibles con el espíritu de la Falange- la propia responsabilidad de esta hora decisiva, que lo es de dolor y de esperanzada alegría: de dolor, por el que España sufre; de alegría, por que en el fondo de ese dolor, se cuajan los esplendores de su futuro, ya que, sin dolores previos, no hay alegrías posibles, del mismo modo que sin la cerrazón de la noche no gozaríamos de la claridad de los amaneceres.
No basta la camisa azul, sépanlo así los que en la hora fácil se acercan a nosotros en busca del cobijo de Nuestra Bandera.
No basta si no se la sabe llevar con la elegancia espiritual, con la gallardía viril de una bandera santa; con el orgullo fervoroso de una reliquia. Y, para ello, hay que hacer de ese simbólico azul dosel de un corazón, de este, un altar... Y colocada en él la imagen siempre enaltecida de España, ofrecerla la oración de nuestros amores todos en el silencio austero del recogimiento abnegado, heroico.
Imperio : Diario de Zamora de Falange Española de las J.O.N.S. Año I Número 6 - 1936 Noviembre 04
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