Nació en Hacinas, Burgos, en 1871 donde frecuentó la escuela hasta que en el otoño de 1891 ingresó en el oblatorio de la cercana abadía benedictina de Santo Domingo de Silos (Burgos). Destacó pronto por su inteligencia y cursando estudios filosóficos y teológicos en el propio monasterio y fue ordenado sacerdote el 31 de agosto de 1902. Para entonces dominaba perfectamente el latín, el griego, lenguas en las que compuso varios poemas, y el francés, además de entender correctamente el hebreo, el italiano, el inglés y el alemán, llegando incluso a tener nociones de polaco y ruso. Fue bibliotecario de la abadía, director y colaborador de la Revista Eclesiástica y, sobre todo, persona de confianza de su abad, don Ildefonso Guépin.
En 1919 fue nombrado superior de la residencia que Silos había abierto en Madrid en 1914. En 1922 consiguió para la pequeña comunidad una parte del antiguo monasterio de Montserrat, en la calle de San Bernardo, y en 1928 pudo hacerse con toda la iglesia; en 1935 el Estado cedió a los monjes el resto de los edificios monasteriales, convertidos entonces en cárcel de mujeres, pero tal entrega no pudo hacerse efectiva hasta finalizada la Guerra Civil. Durante todos estos años el padre José dedicó todos sus esfuerzos al adecentamiento de la iglesia y a la promoción del culto en la misma, sin descuidar su atención a las monjas benedictinas de Madrid y de otros lugares.
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