Militar africanista, su protagonismo en el conflicto asciende al encabezar, al poco de comenzar el mismo, una de las columnas de Yagüe que parten de Sevilla hacia Madrid y ocupar la frontera con Andorra en enero del 39
"Fue un predestinado hacia lo épico y no en vano había recibido en la pila bautismal el nombre de Rolando, el Cid francés de Roncesvalles. Su vida constituyó una permanente aventura de proyección romántica surcada por zonas oscuras entre brillantes momentos estelares". Con estas palabras, la obra enciclopédica Crónica de la Guerra española rinde tributo al general de Infantería Heli Rolando de Tella, uno de los militares que, a las órdenes de Juan Yagüe, encabeza una de las columnas marroquíes que desde Sevilla parten con dirección a Madrid en agosto de 1936.
Heli Rolando de Tella nace en Lugo en 1888. Pese a que sus padres, Policarpo de Tella y Mercedes Cantos, trabajan humildemente en los campos gallegos, pronto su hijo se siente atraído por el Ejército, las armas y las batallas, ingresando con tan sólo 19 años en la Academia de Infantería de Toledo. Finalizado el periodo de instrucción y aprendizaje, y tras alcanzar el grado de segundo teniente, Rolando de Tella abandona la Academia en 1910, Es en Zamora, una de las primeras ciudades a las que es destinado, donde el militar conoce a María del Carmen Alonso e Iglesias, con la que contrae matrimonio en 1917, cuando cuenta ya con 29 años.
Poco después, Rolando de Tella es destinado a Marruecos, donde permanece durante la mayor parte de su vida militar. Allí, como capitán de Infantería, forma parte del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas número 5, participando, entre otras batallas, en la reconquista del Monte Gurugú en 1921, siendo condecorado tres años después con la Cruz Laureada de San Fernando y la Medalla Militar Individual tras el combate del Collado de Dar-Raid, por su labor durante la campaña africana. Precisamente, por el papel desarrollado en Marruecos terminan ascendiéndole a teniente coronel del arma de Infantería.
El apoyo al bando sublevado de Heli Rolando de Tella no es casual ni inesperado pues este militar se une ya en 1932 al general Sanjurjo en su intento frustrado de rebelión -denominado la sanjurjada-, lo que le vale la detención y condena en la cárcel de La Coruña, primero, luego en Madrid, pasando por la Central de Guadalajara, para terminar finalte en la penitenciaria de Villa Cuneros.
Desde aquí, el 1 de enero de 1933, es trasladado -enfermo- al hospital de Las Palmas y de ahí, otra vez al hospital general de Carabanchel. Tres meses más tarde, en abril, consigue salir bajo líbertad vigilada.
Aunque desde entonces las autoridades republicanas permanecen atentas a sus movimientos, Heli Rolando de Tella, conocedor de los planes que se urden al otro lado del Estrecho de Gibraltar, logra escapar a la zona del protectorado marroquí el mismo 17 de julio de 1936 para presenciar y sumarse al alzamiento. Rolando de Tella es uno de los primeros militares en cruzar el Estrecho hacia la Península dispuesto a sumar las primeras victorias para el bando sublevado.
El mismo 18 de julio de 1936, Heli Rolando de Tella se pone al frente de un grupo de hombres, la conocida como 3ª Columna de África, se une a los efectivos que se han trasladado de África a la península Ibérica, y desde Sevilla consigue las primeras victorias de los nacionales en Andalucía. Esta columna forma parte, más adelante, de la denominada Columna de Madrid, también conocida como Ejército expedicionario, que, en su avance hacia la capital, consigue conquistar un importante número de localidades extremeñas, obteniendo sendas victorias en diferentes localidades como Navalmoral de la Mata, Badajoz y Mérida, ciudad esta última de ta que años más tarde será elegido hijo adoptivo predilecto (1941).
Tras abandonar Extremadura, Rolando de Tella se dirige a Toledo, donde durante algunos meses ocupa el cargo de gobernador militar, puesto que abandonará en breve pues nuevamente siente la necesidad de acción. Así, emprende una de sus misiones más importantes. Como teniente coronel se vuelve a poner a la cabeza de una columna y junto con el general Varela comienza el asedio a la capital. Con sus legionarios, Tella ocupa las localidades de Parla, Pinto, Getafe y Villaverde, lanzándose después sobre la capital, comenzando por los barrios del oeste del río Manzanares y ocupando, el 7 de noviembre de 1936, las carreteras de Extremadura y Toledo, además de los barrios de Usera y Basureros.
En marzo de 1937, y ya como coronel, Heli Rolando de Tella marcha hacia Zaragoza, poniéndose a la cabeza de la 4ª Brigada de Navarra que actuará en todo el Frente Norte. En Asturias, Tella consigue llegar, pasando por Llanes, Quintana y Castillo Reales, a Ribadesella, "cogiendo en su camino gran cantidad de armas, muertos y prisioneros, siendo felicitado por el Generalísimo", como consta en su expediente militar.
Ascendido a general, Rolando de Tella se pone al mando de la 63ª División, integrada en el Ejército del Centro. Con esta unidad interviene en las campañas de Aragón y Cataluña. Avanza por la sierra de Sallen hasta Canfranç y Seo de Urgel logrando ocupar, el 6 de enero de 1939, toda la frontera que limita con Andorra.
Al acabar la Guerra Civil, Heli Rolando de Tella es nombrado gobernador militar de Lugo y se instala con su familia en su residencia en Pazo de Aday.
El 11 de octubre de 1941, es condecorado con la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y nombrado gobernador militar de la plaza y provincia de Burgos. Sólo dos años después, la carrera militar y el carácter aventurero de Rolando de Tella se empañarían. Acusado -de cargos desconocidos- por el ex gobernador civil de Lugo y jefe provincial de FET y de las JONS, Ramón Ferreiro Rodríguez, y por otras autoridades y vecinos de Lugo, se abriría una causa (la n° 125.673) contra Heli Rolando de Tella por la que es separado del servicio por un Tribunal de Honor. Desde este momento, los esfuerzos del militar por conseguir leer las acusaciones que le hacen culpable no cesan.
Todavía, el 26 de agosto de 1946, Heli Rolando de Tella recibe una carta que dice que no se le puede facilitar la información pues, "según el artículo 1.025 del código de Justicia Militar, las actuaciones del Tribunal son rigurosa mente secretas".
Además de su actividad militar, Rolando de Tella es autor de algunos libros como La Guerra, Escuela y Patria y Croquis para el estudio de la Guerra ruso-japonesa.
Heli Rolando de Telia muere el 10 de octubre de 1967 en Aday-Corgo (Lugo), cuando cuenta con 79 años de edad.
Creo que Tella no pasó el Estrecho en los primeros días. El capitán Julio Casado, héroe de Igueriben, fue sentenciado a muerte y fusilado el 23 de julio de 1936. Uno de los jueces firmantes de su condena fue Tella. Las acusaciones contra Julio, ayer y hoy, caen por endebles: la única, que no se sumó al alzamiento. Tella debía sentir una inquina personal contra Julio, opuesto rotundamente y sólo "de oídas" a la concesión de la laureada al entonces teniente Casado.
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