Político italiano de filiación socialista, crea la primera dictadura fascista desde la que colabora con el franquismo durante la Guerra Civil y acaba metiendo a su país en la Segunda Guerra Mundial
Un par de años antes de que se produjera la sublevación militar del 18 de julio, Benito Mussolini ya había ofrecido su colaboración a una representación de monárquicos españoles dispuestos a organizar una posible sublevación antirrepublicana. Atraído por la posibilidad de parar el avance de la izquierda en Europa, a la vez que conseguir un aliado en el avance del fascismo en el Mediterráneo y enfrentado a la República por su condena de la invasión de Etiopía ante la Sociedad de Naciones, en los primeros días de la Guerra Civil dispone enviar a las fuerzas sublevadas aviones que ayudaron en un primer momento a establecer un puente aéreo entre el norte de África y la parte peninsular controlada por el bando nacional, además de contrarrestar a la Aviación republicana.
Esta colaboración, suponía un paso más para la consecución de su sueño dorado, la recreación de un nuevo Imperio Romano, en manos del símbolo de las legiones, el fascio.
Benito Mussolini nace en 1883 en Dovia di Predappio, en la Emilia Romagna. Hijo de un herrero anarquista siempre había estado vinculado al socialismo, al que se afilia en 1900. Un par de años después es encarcelado en Suiza, adonde se había trasladado para eludir el servicio militar, por protagonizar acciones violentas. Regresa a Italia y se inicia en el periodismo, llegando a dirigir el diario Avanti!, órgano oficial del Partido Socialista. Poco después y tras ser encarcelado en Austria por la agitación producida contra la intervención austríaca sobre Trento, alcanza en 1910 la dirección de la Federación Socialista de Forlí, su provincia natal.
Mussolini se convierte en un símbolo socialista en Italia, denunciando la explotación del capitalismo hacia el trabajador y comienza a radicalizar su postura.
Partidario inidalmente de la no intervención de Italia en la Gran Guerra, al poco tiempo cambia de parecer y comienza a defender una acción conjunta con los aliados de la Entente. Acusado de conjurarse con los franceses, este cambio de opinión le acarrea la expulsión del Partido Socialista y del diario que dirigía.
A raíz de este hecho su ideología sufre una transformación. En ese tiempo advierte que el socialismo es un error. Piensa que cambia el papel del represor capitalista por el de un dictador estatal, y se siente engañado.
En noviembre de 1914 funda el periódico II Popolo d'ltalia de carácter ultranaclonalista y desde el que se alienta la entrada de Italia en la Primera Guerra Mundial a favor de la Entente.
Una vez que Italia ha declarado la guerra a las potencias centroeuropeas, Mussolinl se alista voluntario junto a intelectuales italianos como Marinetti o D'Annunzio. Es herido en combate en febrero de 1917 y al terminar su recuperación vuelve a la vida pública retomando el periodismo.
Tras la guerra, la situación del país era propicia para los planes de Mussolini. El paro era creciente e Italia fue tratada como una potencia vencida, la economía estaba bajo mínimos y el descontento era enorme entre la población. En este contexto, funda los Fasci di combattimento que en 1921 se convierten en el Partido Nacional Fascista.
Una serie de medidas populistas le hacen ganar notoriedad y en mayo de 1922 convoca la Marcha sobre Roma que le catapulta al poder. El rey Víctor Manuel III le encarga formar gobierno, la cámara le brinda todas las potestades y los industriales le quieren en el poder.
En 1925 había transformado Italia en una dictadura de partido único. La primera dictadura fascista. El nuevo régimen proyectaba hacia el exterior una imagen moderna gracias al apoyo ideológico dado por los futuristas y clasicistas, por su irrefutable destreza para afrontar la crisis económica por la que atravesaba Italia y por todos los referentes al Imperio Romano de la imaginería fascista.
Su merecido reconocimiento como estadista se estrella diez años después cuando Mussolini inicia una aventura imperialista que le lleva a invadir y tomar Abisinia (la actual Etiopía), donde se cometen una gran cantidad de atrocidades sobre la población nativa y con la que desafía a las grandes potencias democráticas occidentales.
Una vez iniciada la contienda civil en España, no sólo toma partido por los rebeldes enviando aviación sino que de inmediato destaca armamento y tropas para luchar al lado de los sublevados. Incluso, durante el transcurso de la Guerra, envía a su propio hijo, Bruno, a combatir como voluntario en la Aviación nacional para pulir su pericia como piloto de combate.
Además, su implicación personal le lleva a mantener contacto directo con el general Franco, por vía postal al menos. De hecho los nacionalistas vascos, ante la inminente caída de Bilbao iniciaron tratos para pactar con los mandos fascistas italianos pensando que actuaban independientemente. Sin embargo, el propio Mussolini en un telegrama a Franco escribe: "La entrega de los vascos, si se lleva a cabo, facilitaría la Guerra grandemente".
Algunos historiadores han planteado la posibilidad de que Mussolini iniciara la ayuda al bando nacional con la idea de conseguir una anexión como la que ya había realizado con Abisinia. No parece demasiado creíble. Era infravalorar el control de la situación por parte de Franco, y tras la victoria del bando rebelde, no se produce ningún intento por parte italiana de controlar la política española. El nacional catolicismo franquista quedaba muy lejos del fascismo mussoliniano.
En el transcurso de la Guerra española su acercamiento hacia las posturas nacionalsocialistas alemanas le hace perder popularidad en su propio país. En 1938 aprueba leyes raciales, sobre todo contra los judíos, etnia de gran importancia en Italia, para ganarse el favor de los nazis y tras la entrada de los alemanes en Francia se alía con Hitler y participa en la Segunda Guerra Mundial. Hecho que le llevaría a sí mismo al desastre.
A medida que la guerra avanza y se hace palpable la derrota alemana, Mussolini pierde el apoyo oficial que le mantenía en el poder. Mientras los aliados desembarcan por el sur, Mussolini es depuesto por el Gran Consejo Fascista y Víctor Manuel III lo destituye como presidente del Gobierno. Es arrestado, pero al poco tiempo es liberado por los alemanes con cuyo apoyo crea la República Social Italiana (República de Saló) a orillas del lago Garda. Un esfuerzo inútil.
En medio de la guerra civil italiana entre fascistas y partisanos, Mussolini quiere dejar la política. Intenta huir disfrazado de soldado alemán, pero el 27 de abril de 1945 es descubierto por los partisanos de camino hacia la frontera suiza. Es fusilado cerca del Lago Como y expuesto colgado boca abajo junto a su amante Clara Petacci en Milán. Ambos cadáveres son linchados por la muchedumbre.
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