Batalla de Teruel.
Levante.—Prosigue la batalla de Teruel, que apenas se interrumpe y cuyas proporciones se dilatan día por día, sin que cese el enemigo en su empresa de acumular refuerzos, lo cual le resulta posible a costa del desistimiento de planes en los que tenía puesto todo su afán y que nuestras operaciones en esta zona le han desbaratado por completo. El relato de la jornada de hoy puede sintetizarse diciendo que ha sido la más intensa de cuantas han transcurrido desde que los facciosos iniciaron sus contraofensivas; la que mejor ha podido revelar el vigor de nuestras tropas y la que ha tenido más positivos resultados para nosotros entre todas las del mismo período.
Por la mañana, previa una densísima preparación artillera, a cargo de gran número de baterías, que duró más de dos horas y de bombardeos realizados por muchos aviones, el enemigo, con acompañamiento de tanques, atacó reiteradamente por el sur de Concud en dirección a Teruel. Nuestra infantería, que soportó de modo admirable el terrible fuego de la artillería y la aviación facciosas, rechazó todos los ataques sin ceder un solo palmo de terreno. Mediada ya la tarde, el enemigo, que había sido castigadísimo se replegaba a sus posiciones dejando abandonados dos tanques en la zona de combate. La acción eficaz de nuestra artillería frustró otros dos ataques en las estribaciones de Sierra Palomera hacia el Petrón, donde la infantería facciosa se replegó en gran desorden a Cerro Gordo y Celadas. En el sector de la Muela de Teruel la iniciativa fue nuestra. Actuaron allí ofensivamente las tropas de la República y su enérgica acción les permitió ocupar posiciones que mantienen a cubierto del fuego la carretera de Villastar a la capital. Como los rebledes quisieran resistir en algunas casas aisladas, éstas fueron tomadas por asalto.
Recogimos 25 prisioneros y ocho fusiles ametralladores de marca italiana. En el interior de Teruel quedó conclusa la ocupación de la única nave del Seminario que seguía en poder de los facciosos, quienes tiene allí por solo refugio los sótanos. También fue de gran actividad la jornada de la aviación de los dos bandos. La nuestra presentó combate en dos ocasiones a la adversaria. Este rehuyó el primer encuentro poniéndose en fuga hacia Zaragoza. En el segundo contacto no pudo rehuir la batalla y en ella perdió un aparato de caza y otro de bombardeo resultando indemnes todos los nuestros. Testimonios de prisioneros y de evadidos coinciden en manifestar que las tropas rebeldes sufren estos días enormes desgastes.
Este.—Ha sido mejorada a vanguardia la línea propia al norte de Orna de Gállego con la ocupación de las cotas 875, 820 y 814. Durante esta operación nos apoderamos de varias cajas de cartuchos y de 20 toneladas de trigo.
En los demás Ejércitos sin noticias de interés.
Ejército del Aire
Según nuevos informes, los amones enemigos derribados en los combates aéreos que se libraron en el día de ayer, fueron cuatro, en lugar de los dos que se consignaban en el parte oficial.
Hoy, minutos después de las ocho de la mañana, fue bombardeada la estación ferroviaria de Calamocha, nudo importante en los movimientos de tropa y material que efectúa el enemigo.
A las nueve, cooperando a las operaciones del Ejército de Levante, varias escuadrillas bombardearon las posiciones de San Blas. A la misma hora realizamos idéntica operación al norte de la Muela de Teruel.
Los aparatos de caza que protegieron estos dos servicios ametrallaron los parapetos al sur de San Blas, las baterías antiaéreas emplazadas en aquel lugar y varios convoyes de camiones, más las posiciones enemigas de la Muela de Teruel.
A las 18 nuestros cazas se lanzaron al ataque contra dos grupos de aparatos de bombardeo y otros de caza, italianos y alemanes, que daban protección a aquéllos, siendo derribados dos aviones facciosos.
El último servicio del día consistió en el ametrallamiento de un convoy de camiones en la carretera de Caminreal a Mantalbán.
Por nuestra parte no hubo baja alguna.
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