Batalla de Teruel.
Ejército de Levante
La jomada de hoy terminó con la entrada de las tropas republicanas en Teruel, estando ya en nuestro poder amplios sectores de la ciudad. Los refuerzos numerosísimos que el enemigo envió con gran apresuramiento a este frente realizaron, desde primera hora de la mañana, intentos desesperados para romper por alguna parte nuestras líneas y prestar a los sitiados el auxilio que angustiosamente demandaban éstos. Pero se estrellaron ante la bravura del Ejército Popular que se batió en todo instante de modo admirable, rechazando uno a uno los ataques sin retroceder un solo paso, a la vez que proseguía metódicamente el avance sobre la plaza. El primer ataque enemigo comenzó a las 9, precedido de una acción de artillería muy intensa, desde las posiciones de Cerro Gordo. En dirección a las nuestras del Alto de Celadas. No obstante su vigor, este ataque confiado a cuatro batallones fue detenido con facilidad, sin que nos fuese siquiera necesario apelar a las reservas. Por la tarde y buscando inútilmente un punto más débil se dirigió otro ataque a la carretera de Villalba Baja. Nuestras fuerzas no se limitaron a resistir, sino que contraatacaron aniquilando una compañía entera, de la quo quedaron en el campo los cadáveres de casi todos sus componentes. El enemigo siguió reforzando esta parte del frente, pues se vio llegar a cuatro nuevos batallones y varios escuadrones a Caudé. Pero este pueblo se encontraba bajo los fuegos de nuestra artillería, merced a una hábil modificación en el despliegue de ésta. Para recuperar el cementerio viejo perdido por estos totalmente anoche, los rebeldes lanzaron cuatro ataques fortísimos, sin otra solución que perder en la empresa más de 200 hombres. Simultáneamente otras tropas nuestras continuando el avance sobre las posiciones desde las cuales reemprendieron la marcha a las 4 de la tarde para asaltar la plaza de toros, convertida en Parque y la parte oriental de la ciudad. Antes de anochecer, y luego de apoderarse de varias casas de las afueras, tropas republicanas, pasaban hacia la capital por debajo del viaducto, no obstante el fuego intenso que se les hacía. El Cuerpo XVIII, que combatió sin cesar en su frente, eligió para el ataque los mismos parajes que en la víspera iniciaron el suyo los facciosos, entre Campillo y San Blas. La infantería llegó a luchar con granadas de mano; constituyó este combate uno de los triunfos más brillantes del presente período de operaciones. El enemigo, que usó prodigiosamente de su artillería, no consiguió adelantar un paso y sufrió pérdidas cuantiosísimas. También la columna que operaba por la carretera de Villastar peleó sin descanso desde la mañana a la noche. Desde las líneas nuestras se vio cómo las tropas rebeldes encargadas de defender el Mansuete salían de las trincheras para retirarse hacia la plaza y cómo los oficiales y jefes, pistola en mano, obligaban a los soldados a restituirse a los puestos que querían abandonar. Mientras se libraban todos estos combates, la artillería leal que actuaba sobre Teruel con gran intensidad y evidente eficacia, revelada ésta por el gran número de incendios que los proyectiles ocasionaban en el casco urbano. Nuestra aviación sólo hizo un servicio de ametrallamiento no verificando bombardeo sobre Teruel a instancias de los jefes de las columnas atacantes que los estimaban ya innecesarios. Poco después de las seis de la tarde el Estado Mayor, recibió un parte del jefe del XX Cuerpo de Ejército dando cuenta de que las fuerzas del mismo entraban en el recinto de la ciudad. A las 10 de la noche, la situación podía sintetizarse así:
1.° Está ocupada totalmente por nosotros toda la zona sur de Teruel, comprendiendo el ensanche y la plaza de toros.
2.° Se halla también ocupada por entero la zona de la estación ferroviaria con sus edificios.
3.° Hállanse igualmente en nuestro poder todas las manzanas de casas que forman la linde oeste del casco de la población.
4.° Están ocupados algunos accesos al casco viejo y en vías de ocupación otros.
5.° En el interior de la ciudad sólo suenan algún disparo suelto de cuando en cuando. Nuestras fuerzas han suspendido el fuego y algunas patrullas han penetrado en el barrio sur del casco viejo.
6.° Se sabe que dentro de éste reina gran pánico. Se han encontrado bastantes insignias de oficiales que se despojaban de ellas al retirarse. Las fuerzas que defendían la cabeza de puente que combatió durante todo el día contra el Cuerpo XVIII, se han desbandado cayendo, parte de ellas, prisioneras y huyendo otras al campo. El ministro de Defensa ha transmitido al Mando instrucciones enérgicas para el mantenimiento del orden dentro de la ciudad cuando ésta quede ocupada por completo. En cuanto ello se logre, se hará cargo del mando de Teruel la autoridad civil, representada por el gobernador general de Aragón, quien dispondrá todo lo necesario para la continuación de los servicios públicos.
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