Municipio y villa de la provincia de Castellón de la Plana, situado en la comarca de Alcalatén, partido judicial de Lucena del Cid, distante unos 20 km de la capital de la provincia y unos 15 de la cabeza del partido. Estación de ferrocarril más próxima, Castellón de la Plana.
En los primeros tiempos de la guerra se hizo en este pueblo -enclavado en zona republicana- una experiencia de colectivización total que el escritor alemán Erich Kaminski -según cita de Hugh Thomas (La guerra civil española, Ed. Urbión, Madrid, 1979)- describe así: «Todo el mundo puede obtener lo que necesita. ¿De quién? Del comité, desde luego. Pero es imposible proveer a cinco mil personas en un solo punto de distribución. Hay almacenes donde se pueden satisfacer las peticiones de uno, Igual que antes, pero son simples centros de distribución. Pertenecen a todo el pueblo, y sus antiguos dueños ya no obtienen ningún beneficio. El Pago no se realiza con dinero, sino con cupones. Incluso el barbero afeita a cambio de cupones, que proporciona el comité. El principio según el cual cada habitante recibirá bienes de acuerdo con sus necesidades se realiza sólo de manera imperfecta, porque se postula que todo el mundo tiene las mismas necesidades... Cada familia y cada persona que vive sola ha recibido una tarjeta. Ésta se perfora diariamente en el lugar del trabajo; de esta manera nadie puede dejar de trabajar, porque los cupones se distribuyen sobre la base de estas tarjetas. Pero el gran fallo del sistema es que, debido a la ausencia de cualquier otra medida de valoración, ha sido necesario recurrir de nuevo al dinero para dar un valor al trabajo realizado. Todo el mundo -el obrero, el médico, el comerciante- recibe cupones por valor de cinco pesetas por cada día de trabajo. Una parte del cupón lleva la inscripción "pan", del que cada cupón da derecho a un kilo; otra parte representa una cantidad de dinero. Pero estos cupones no pueden considerarse como cupones de banco, ya que sólo pueden cambiarse por bienes de consumo, y aun esto en un grado limitado... Todo el dinero de Alcora, unas cien mil pesetas, está en manos del comité. El comité cambia los productos de la comunidad por otros bienes que escasean, pero lo que no puede conseguir con el intercambio, lo compra. El dinero, sin embargo, se conserva sólo como último recurso...»
V. colectividades agrarias (zona republicana).
Bonos y vales aparte, quizá merezcan mención los asesinados en Alcora del 36 al 39 por haber practicado el deporte de riesgo de ser sacerdotes, modestos industriales o agricultores católicos.
ResponderEliminarLuego llegó la represión franquista, claro. Sobre gente que había matado, mandado matar o ayudado a matar. ¡Qué injusticia!