Se inicia con gran éxito un movimiento envolvente por los defensores de la República
Al ser rechazados; los facciosos abandonan una pieza de artillería y un camión cargado de material de guerra
Ayer, las fuerzas de Asalto que componen el quinto grupo y las milicias ciudadanas, unos quinientos hombres, al mando del comandante de Asalto Sr. Murillo, iniciaron un rápido avance por las montañas de Navacerrada, limpiando de rebeldes todas las laderas y rechazándolos después de cinco horas, de un combate en que se fue ganando el terreno palmo a palmo; se les hizo huir por las Siete Revueltas, abandonando heridos y prisioneros. En la última de estas revueltas, las fuerzas, de Asalto capturaron un cañón y una camioneta puesta en marcha, lo que demuestra había sido utilizada recientemente. El vehículo estaba cargado de víveres, municiones, telescopios, otros útiles de observación de guerra y numeroso material. Las fuerzas, al carecer de medios de transportes, inutilizaron el cañón, que dejaron abandonado, destruyendo las ruedas y llevándose la espoleta. El lugar en que fue encontrado es precisamente en el mismo alto de Navacerrada.
Los fugitivos abandonan a los heridos, y los leales se repliegan escalonadamente, mientras un avión hostiliza a os primeros
El empuje, la bravura, el entusiasmo de las fuerzas leales era magnifico. Sin comer durante varias horas y sin apenas dormir desde hacía cuatro días, tuvieron energías y valor para reducir a la impotencia y conseguir la desbandada de un enemigo muy superior en número y armamento.
Tan bien y con tal inteligencia lucharon los defensores de la República, que, avanzando de árbol en árbol en ningún momento fueron blanco del enemigo. Esté hecho queda demostrado con decir que sólo un guardia resultó herido, por suerte, muy leve, de un tiro, que primero dio en la cartuchera. Los facciosos sufrieron gran cantidad de bajas, pues dejaron abandonados por el campo bastantes heridos. En muchos lugares se hallaron restos de sangre y multitud de algodones empapados que iban tirando en la precipitada huida.
Siguieron avanzando los leales, y los revoltosos huían despavoridos hacia Balsáin, unos a pie corriendo y otros en seis camionetas, número que contaron los combatientes, camino de Segovia.
Después de la inteligente táctica desarrollada por los jefes de Asalto que mandaban todas las fuerzas al avanzar, realizaron el repliegue escalonadamente para no ser objeto de sorpresas que hubieran podido causarles bajas.
Con uno de los sargentos que intervinieron en la acción hablamos hoy a mediodía y nos dijo que la lucha había sido tan fuerte, que las fuerzas leales tuvieron que ir avanzando metro a metro, disparando sobre el enemigo desde distancias nunca superiores a diez metros, protegidos por los árboles.
La desbandada de los facciosos aumentó al ver llegar un avión republicano, que desde muy bajo fue dejando caer sobre los grupos revoltosos y las camionetas que huían varias bombas.
El Sr. Largo Caballero, en el campo de operaciones don atiende a los que luchan
Terminada esta brillante operación, llegó al lugar donde se encontraban las fuerzas, y de regreso ya a la base, el secretario general de la U.G.T., Sr. Largo Caballero. El Sr. Largo Caballero felicitó entusiasmado a las fuerzas leales y del pueblo. Con todos conversó un buen rato, pidiendo explicaciones del combate y del modo en que terminó. Vio a nuestros combatientes que unos con otros comentaban la falta de alimentos, y les preguntó:
—Pero ¿no habéis comido?
—No, compañero.
—Pues esto no puede ser. En la paz, como en la guerra, y mucho más cuando se defienden la República y la causa del proletariado. Es imprescindible requisar lo que se encuentre para alimentarse.
Ahora mismo voy a ver si desde un sitio cercano aquí, si las comunicaciones no están cortadas, puedo hablar por teléfono con la Dirección de Seguridad para que os manden víveres y agua. Mientras, recorred esto, y si no encontráis más que una vaca, cogedla, decidle al dueño que es para el Ejército del pueblo y que se le pagará. Como sea, condimentadla y guisadla, que pan ya encontraréis por aquí.
El Sr. Largo Caballero, y algunos amigos que le acompañaban se dirigió a Villalba para cumplir su ofrecimiento. Los combatientes requisaron una ternera, que les sirvió de cena. También en un restaurante de la sierra, parece que Peñalara, les entregaron carne, embutidos y otros alimentos.
Seis mil hombres forman en la sierra de Guadarrama un círculo que impide el avance de los sublevados
Ya de noche las milicias y las
fuerzas de Asalto recibieron orden
de reunirse en Villalba, lugar de
coacentración de todos los efectivos que hoy habían de iniciar la
acción de conquista de las montañas que circundan Madrid por la
parte del Alto del León.
Al regresar los combatientes a
Villalba vieron que por los efectos
del bombardeo de la aviación
ardía un trozo de monte.
Hoy, muy de madrugada, se concentraron
en Collado Villalba el segundo grupo de Asalto
completo y unos cuatro mil milicianos que armados de fusil llegaron
en camionetas, la artillería
del regimiento que ayer actuó en
la toma de Guadalajara, fuerzas
de Ingenieros y el regimiento de
Infantería de Castilla, llegado de
Badajoz. En total, unos seis mil hombres.
Antes de iniciar el avance, tres aviones bombardearon las posiciones
enemigas, e inmediatamente
todas estas fuerzas se desplegaron
en guerrilla, ocupando un amplísimo
frente, y tomaron las estribaciones
de la sierra de Guadarrama. Las baterías iniciaron.un
intensísimo fuego sobre las crestas, donde los revoltosos tienen emplazados unos cuantos cañones que disparan muy espaciadamente,
sin causar daños
en las columnas. La infantería por todos los sitios fue avanzando
en acción conjunta con la columna que ayer derrotó totalmente
y limpió de enemigos toda la
zona de Somosierra. Estas últimas
fuerzas, en su marcha por la
derecha; la artillería leal, en el
centro; en este sitio también las
milicias y fuerzas del Ejército,
Guardia Civil y Asalto, y a la izquierda,
otro fuerte contingente de
la columna, forman un círculo que
coge al enemigo con varios fuegos,
impidiéndole avanzar y acorralándole
poco a poco para que
además no pueda huir.
La artillería sediciosa causa víctima en el pueblo de Guadarrama antes de huir hacia Segovia
Al comprobar los oficiales rebeldes
que mandaban las piezas que
su objetivo no se conseguía, enfilaron
los cañones sobre el pueblo de
Guadarrama, que han destrozado
y donde han causado seguramente
víctimas inocentes, porque combatiente leales allí no han tomado
posiciones y avanzan por otros lugares.
Un caminero, al que encontramos
con un grupo de milicianos
que a la izquierda de la carretera
esperan la orden de relevar
a sus compañeros, nos dice:
—Varias casas, me ha dicho uno que acaba de llegar de allí que está ardiendo. Una de las bombas ha
caído en la plaza, causando tres
víctimas, des heridos y un muerto,
por cierto que compañero de usted,
periodista. No sé si fotógrafo o redactor de un periódico, ni de
cuál es.
La artillería leal sigue vomitando
metralla sobre las posiciones
que ocupan los rebeldes. Las milicias y las demás fuerzas inician
por los pinares y la carretera, en
un frente bastante amplio, un avance, limpiando de enemigos,
que huyen, todos los alrededores.
Cuando nosotros pretendemos seguir
llega Un miliciano que nos
dice:
—Pueden seguir sin dificultad
hasta La Granja. Todo está limpio
de rebeldes. Nuestra columna, a las doce en punto, ha avanzado,
tomando este pueblo y todos los
alrededores. El enemigo ha huido
hacia Segovia; pero lo que hemos
ganado, ya no hay quien nos lo
quite. Ahora, el pueblo de La
Granja y el vecindario de San Ildefonso
vitorean a los compañeros que acampan por allí.
Avanza una columna de leales, es abatido un avión y son avitualladas las fuerzas
Efectivamente, a la columna que
unas horas antes habíamos visto
salir de Villalba no se la divisa
ni por los pinares ni por la carretera.
Nos dirigimos hacia la derecha
por en medio del campo y
encontramos un grupo de milicianos que hacen continuas exploraciones para detener a los enemigos
que en su huida se hubieran
podido refugiar. Algunos dicen
que la columna de Somosierra
que ayer limpió esta parte de
montañas continúa adelante para
hacer un anillo con las otras de
Guadarrama y Navacerrada y copar
a los revoltosos.
Seguimos explorando todo lo que podemos y a las dos menos cuarto
dos milicianos que van para Villalba
para aprovisionarse de víveres dicen que en las avanzadas
los fusileros han conseguido derribar
a tiros un avión enemigo que había tirado varias bombas
con mala puntería, porque ninguna
ocasionó bajas.
Poco después llegan de Madrid
varios camiones con víveres para
los combatientes. Los principales
alimentos son dos panecillos por
persona, un bote grande de salmón
y tres latitas de mermelada
de distintas frutas. Primero han
aprovisionado a los efectivos de reserva que acampan en Villalba,
y después se dirigen al frente para
entregar las raciones a los que
combaten en primera línea. Por
todas partes entusiasmo, decisión
y ánimo de vencer rápida y enérgicamente.
La columna de Villalba avanza cuesta arriba y muestran su denuedo y su entusiasmo los combatientes
A las tres y media, esta columna de Villalba, después de comer, inicia la marcha en automóviles y camiones hacia el frente, para sin pérdida de tiempo y en una acción decisiva, unida a las demás fuerzas, terminar de vencer a los facciosos, cuya resistencia por falta de aprovisionamiento de municiones es cada vez más pequeña.
Cuando escribimos estas líneas rapidísimamente, con objeto de que lleguen a poder de nuestros lectores las noticias gratas que les damos, las fuerzas leales prosiguen el avance con gran decisión y disparando sin cesar cuesta arriba. El movimiento es fantástico. Por las estribaciones de la montaña, las fuerzas leales van ganando terreno, y la artillería vomita fuego sobre las piezas enemigas, que enmudecieron hace ya un largo rato. Los que quedan en la retaguardia animan a los combatientes con estos gritos:
"Adelante, compañeros; que no puedan huir." "El día de hoy -dice- tiene que ser el último que luchemos aquí. Adelante."
Hemos colocado nuestro automóvil lo más adelante que hemos podido; Llevamos radio ambulate y captamos Madrid. Un numeroso grupo de milicianos rodea el coche y escucha las últimas satisfactorias noticias, que son acogidas con exclamaciones de alegría, saltos y vivas continuos. Tienen estos combatientes una decisión y un entusiasmo que son capaces de todo y de vencer a todos.
Se impide que tomen posiciones ventajosas los rebeldes
Llega otro fuerte contingente
de guardias y milicianos y soldados
de Artillería, que en camiones
transportan dos baterías, ocho cañones de 75 milímetros, que, con los veinte que protegen el avance
de la infantería, impiden moverse
a los facciosos, evitando que los
traidores tomen posiciones en los
altos de las montañas y puedan
dominar con sus tiros a las fuerzas
leales que suben a su encuentro.
Toda esta artillería constituye
un elemento de combate imposible debatir por los rebeldes, y servirá eficazmente para el total sometimiento suyo y limpieza de las montañas, acción que en estos momentos aseguramos se habrá
conseguido mañana.
El Sol - 24 julio 1936
Visita la cronología: 23 de julio 1936
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