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sábado, 13 de junio de 2015

Fuerzas del Ejército hacen retirarse a los sediciosos hacia Segovia

Se inicia con gran éxito un movimiento envolvente por los defensores de la República

Al ser rechazados; los facciosos abandonan una pieza de artillería y un camión cargado de material de guerra

Ayer, las fuerzas de Asalto que componen el quinto grupo y las milicias ciudadanas, unos quinientos hombres, al mando del comandante de Asalto Sr. Murillo, iniciaron un rápido avance por las montañas de Navacerrada, limpiando de rebeldes todas las laderas y rechazándolos después de cinco horas, de un combate en que se fue ganando el terreno palmo a palmo; se les hizo huir por las Siete Revueltas, abandonando heridos y prisioneros. En la última de estas revueltas, las fuerzas, de Asalto capturaron un cañón y una camioneta puesta en marcha, lo que demuestra había sido utilizada recientemente. El vehículo estaba cargado de víveres, municiones, telescopios, otros útiles de observación de guerra y numeroso material. Las fuerzas, al carecer de medios de transportes, inutilizaron el cañón, que dejaron abandonado, destruyendo las ruedas y llevándose la espoleta. El lugar en que fue encontrado es precisamente en el mismo alto de Navacerrada.

Los fugitivos abandonan a los heridos, y los leales se repliegan escalonadamente, mientras un avión hostiliza a os primeros

El empuje, la bravura, el entusiasmo de las fuerzas leales era magnifico. Sin comer durante varias horas y sin apenas dormir desde hacía cuatro días, tuvieron energías y valor para reducir a la impotencia y conseguir la desbandada de un enemigo muy superior en número y armamento.

Tan bien y con tal inteligencia lucharon los defensores de la República, que, avanzando de árbol en árbol en ningún momento fueron blanco del enemigo. Esté hecho queda demostrado con decir que sólo un guardia resultó herido, por suerte, muy leve, de un tiro, que primero dio en la cartuchera. Los facciosos sufrieron gran cantidad de bajas, pues dejaron abandonados por el campo bastantes heridos. En muchos lugares se hallaron restos de sangre y multitud de algodones empapados que iban tirando en la precipitada huida. 

Siguieron avanzando los leales, y los revoltosos huían despavoridos hacia Balsáin, unos a pie corriendo y otros en seis camionetas, número que contaron los combatientes, camino de Segovia.

Después de la inteligente táctica desarrollada por los jefes de Asalto que mandaban todas las  fuerzas al avanzar, realizaron el repliegue escalonadamente para no ser objeto de sorpresas que hubieran podido causarles bajas.

Con uno de los sargentos que intervinieron en la acción hablamos hoy a mediodía y nos dijo que la lucha había sido tan fuerte, que las fuerzas leales tuvieron que ir avanzando metro a metro, disparando sobre el enemigo desde distancias nunca superiores a diez metros, protegidos por los árboles.

La desbandada de los facciosos aumentó al ver llegar un avión republicano, que desde muy bajo fue dejando caer sobre los grupos revoltosos y las camionetas que huían varias bombas. 

El Sr. Largo Caballero, en el campo de operaciones don atiende a los que luchan 

Terminada esta brillante operación, llegó al lugar donde se encontraban las fuerzas, y de regreso ya a la base, el secretario general de la U.G.T., Sr. Largo Caballero. El Sr. Largo Caballero felicitó entusiasmado a las fuerzas leales y del pueblo. Con todos conversó un buen rato, pidiendo explicaciones del combate y del modo en que terminó. Vio a nuestros combatientes que unos con otros comentaban la falta de alimentos, y les preguntó:
—Pero ¿no habéis comido?
—No, compañero.
—Pues esto no puede ser. En la paz, como en la guerra, y mucho más cuando se defienden la República y la causa del proletariado. Es imprescindible requisar lo que se encuentre para alimentarse.

Ahora mismo voy a ver si desde un sitio cercano aquí, si las comunicaciones no están cortadas, puedo hablar por teléfono con la Dirección de Seguridad para que os manden víveres y agua. Mientras, recorred esto, y si no encontráis más que una vaca, cogedla, decidle al dueño que es para el Ejército del pueblo y que se le pagará. Como sea, condimentadla y guisadla, que pan ya encontraréis por aquí.

El Sr. Largo Caballero, y algunos amigos que le acompañaban se dirigió a Villalba para cumplir su ofrecimiento. Los combatientes requisaron una ternera, que les sirvió de cena. También en un restaurante de la sierra, parece que Peñalara, les entregaron carne, embutidos y otros alimentos. 

Seis mil hombres forman en la sierra de Guadarrama un círculo que impide el avance de los sublevados 

Ya de noche las milicias y las fuerzas de Asalto recibieron orden de reunirse en Villalba, lugar de coacentración de todos los efectivos que hoy habían de iniciar la acción de conquista de las montañas que circundan Madrid por la parte del Alto del León. 

Al regresar los combatientes a Villalba vieron que por los efectos del bombardeo de la aviación ardía un trozo de monte. 

Hoy, muy de madrugada, se concentraron en Collado Villalba el segundo grupo de Asalto completo y unos cuatro mil milicianos que armados de fusil llegaron en camionetas, la artillería del regimiento que ayer actuó en la toma de Guadalajara, fuerzas de Ingenieros y el regimiento de Infantería de Castilla, llegado de Badajoz. En total, unos seis mil hombres. 

Antes de iniciar el avance, tres aviones bombardearon las posiciones enemigas, e inmediatamente todas estas fuerzas se desplegaron en guerrilla, ocupando un amplísimo frente, y tomaron las estribaciones de la sierra de Guadarrama. Las baterías iniciaron.un intensísimo fuego sobre las crestas, donde los revoltosos tienen emplazados unos cuantos cañones que disparan muy espaciadamente, sin causar daños en las columnas. La infantería  por todos los sitios fue avanzando en acción conjunta con la columna que ayer derrotó totalmente y limpió de enemigos toda la zona de Somosierra. Estas últimas fuerzas, en su marcha por la derecha; la artillería leal, en el centro; en este sitio también las milicias y fuerzas del Ejército, Guardia Civil y Asalto, y a la izquierda, otro fuerte contingente de la columna, forman un círculo que coge al enemigo con varios fuegos, impidiéndole avanzar y acorralándole poco a poco para que además no pueda huir.  

La artillería sediciosa causa  víctima en el pueblo de Guadarrama antes de huir hacia Segovia 

Al comprobar los oficiales rebeldes que mandaban las piezas que su objetivo no se conseguía, enfilaron los cañones sobre el pueblo de Guadarrama, que han destrozado y donde han causado seguramente víctimas inocentes, porque combatiente leales allí no han tomado posiciones y avanzan por otros lugares. Un caminero, al que encontramos con un grupo de milicianos que a la izquierda de la carretera esperan la orden de relevar a sus compañeros, nos dice: 

—Varias casas, me ha dicho uno que acaba de llegar de allí que está ardiendo. Una de las bombas ha caído en la plaza, causando tres víctimas, des heridos y un muerto, por cierto que compañero de usted, periodista. No sé si fotógrafo o redactor de un periódico, ni de cuál es. 

La artillería leal sigue vomitando metralla sobre las posiciones que ocupan los rebeldes. Las milicias y las demás fuerzas inician por los pinares y la carretera, en un frente bastante amplio, un avance, limpiando de enemigos, que huyen, todos los alrededores. Cuando nosotros pretendemos seguir llega Un miliciano que nos dice: 

—Pueden seguir sin dificultad hasta La Granja. Todo está limpio de rebeldes. Nuestra columna, a las doce en punto, ha avanzado, tomando este pueblo y todos los alrededores. El enemigo ha huido hacia Segovia; pero lo que hemos ganado, ya no hay quien nos lo quite. Ahora, el pueblo de La Granja y el vecindario de San Ildefonso vitorean a los compañeros que acampan por allí. 

Avanza una columna de leales, es abatido un avión y son avitualladas las fuerzas

Efectivamente, a la columna que unas horas antes habíamos visto salir de Villalba no se la divisa ni por los pinares ni por la carretera. Nos dirigimos hacia la derecha por en medio del campo y encontramos un grupo de milicianos que hacen continuas exploraciones para detener a los enemigos que en su huida se hubieran podido refugiar. Algunos dicen que la columna de Somosierra que ayer limpió esta parte de montañas continúa adelante para hacer un anillo con las otras de Guadarrama y Navacerrada y copar a los revoltosos. 

Seguimos explorando todo lo que podemos y a las dos menos cuarto dos milicianos que van para Villalba para aprovisionarse de víveres dicen que en las avanzadas los fusileros han conseguido derribar a tiros un avión enemigo que había tirado varias bombas con mala puntería, porque ninguna ocasionó bajas. 

Poco después llegan de Madrid varios camiones con víveres para los combatientes. Los principales alimentos son dos panecillos por persona, un bote grande de salmón y tres latitas de mermelada de distintas frutas. Primero han aprovisionado a los efectivos de reserva que acampan en Villalba, y después se dirigen al frente para entregar las raciones a los que combaten en primera línea. Por todas partes entusiasmo, decisión y ánimo de vencer rápida y enérgicamente.

La columna de Villalba avanza cuesta arriba y muestran su denuedo y su entusiasmo los combatientes 

A las tres y media, esta columna de Villalba, después de comer, inicia la marcha en automóviles y camiones hacia el frente, para sin pérdida de tiempo y en una acción decisiva, unida a las demás fuerzas, terminar de vencer a los facciosos, cuya resistencia por falta de aprovisionamiento de municiones es cada vez más pequeña.

Cuando escribimos estas líneas rapidísimamente, con objeto de que lleguen a poder de nuestros lectores las noticias gratas que les damos, las fuerzas leales prosiguen el avance con gran decisión y disparando sin cesar cuesta arriba. El movimiento es fantástico. Por las estribaciones de la montaña, las fuerzas leales van ganando terreno, y la artillería vomita fuego sobre las piezas enemigas, que enmudecieron hace ya un largo rato. Los que quedan en la retaguardia animan a los combatientes con estos gritos:

"Adelante, compañeros; que no puedan huir." "El día de hoy -dice- tiene que ser el último que luchemos aquí. Adelante." 

Hemos colocado nuestro automóvil lo más adelante que hemos podido; Llevamos radio ambulate y captamos Madrid. Un numeroso grupo de milicianos rodea el coche y escucha las últimas satisfactorias noticias, que son acogidas con exclamaciones de alegría, saltos y vivas continuos. Tienen estos combatientes una decisión y un entusiasmo que son capaces de todo y de vencer a  todos.

Se impide que tomen posiciones ventajosas los rebeldes 

Llega otro fuerte contingente de guardias y milicianos y soldados de Artillería, que en camiones transportan dos baterías, ocho cañones de 75 milímetros, que, con los veinte que protegen el avance de la infantería, impiden moverse a los facciosos, evitando que los traidores tomen posiciones en los altos de las montañas y puedan dominar con sus tiros a las fuerzas leales que suben a su encuentro. Toda esta artillería constituye un elemento de combate imposible debatir por los rebeldes, y servirá eficazmente para el total sometimiento suyo y limpieza de las montañas, acción que en estos momentos aseguramos se habrá conseguido mañana.  

El Sol - 24 julio 1936

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