Avance sobre Madrid.—Campaña de Guipúzcoa.
—Invasión de Aragón.—Socorro a Oviedo.
— Operaciones en Andalucía.—Invasión de las Baleares.
La aviación republicana, que desde el primer momento está desarrollando gran intensidad de actividad y realizando tan señaladísimos servicios, ha emprendido en la tarde de hoy, y continúa a estas horas, una dura ofensiva sobre importantes sectores enemigos, atacando con preferencia ciertos núcleos de comunicaciones muy trascendentales para la retaguardia enemiga, como asimismo grandes depósitos de aprovisionamientos. Hasta ahora, los objetivos señalados se han cumplido con absoluta precisión y eficacia extraordinaria, no siendo más explícito por consideraciones que nuestros oyentes sabrán calibrar debidamente.
Se ha presentado en uno de los puestos avanzados de nuestras fronteras de Andalucía un soldado de los facciosos granadinos fugitivo. Dice este soldado que una parte del país, sobre todo en el sector montañoso y en algunos pueblos de la vega, está ganada por la República, amenazando la capital de acuerdo con el grueso de las fuerzas que van sobre ella.
Hace dos días, y en vista del pánico de la población ante el anuncio de un ataque aéreo por parte de la aviación republicana, un jefe de la artillería facciosa manifestó que no había temor alguno, pues de un momento a otro iban a recibir cañones antiaéreos de fabricación extranjera. Para enseñar su funcionamiento también llegarán unos técnicos del mismo país constructor de los mismos cañones, que al parecer se quedaron en Granada para dirigir la defensa. No obstante esto, existe la sospecha de que esos cañones no lleguen nunca y todo sea una pura invención para tranquilizar y animar la población.
Las tropas leales han efectuado avances de importancia en el sector Sur, camino de Córdoba y Sevilla.
En la Sierra han sido consolidadas posiciones ventajosas y desalojados unos nidos de ametralladoras del enemigo.
Normalidad completa en Madrid
Ha llegado un tren con 300 prisioneros, procedentes en su mayor parte de Andalucía.
Las tropas leales que operan en el Sur, camino de Córdoba y Sevilla, han realizado en el día de ayer trabajos de importancia para ocupar unas posiciones que el mando considera de interés para el futuro desarrollo de las operaciones en relación con aquellas capitales. Todos los movimientos se han producido con una perfecta adhesión y exactitud, que habla muy alto de la moral de las tropas y las milicias, cada día más capacitadas. Los servicios de avituallamiento han funcionado con absoluta normalidad. Con frecuencia se presentan en nuestras filas soldados fugitivos de Córdoba y Granada, que confirman cuanto hemos venido diciendo sobre el desánimo y confusión del enemigo.
Salvo en dos puntos, en los demás sectores de la Sierra se han practicado reconocimientos de interés y se han consolidado posiciones de gran importancia militar. Ha habido ligeros encuentros, sosteniéndose fuego de fusil y ametralladora. En algún caso se han desencadenado ataques con granadas de mano para destrozar unos nidos de ametralladoras que ocupaba el enemigo habiendo logrado desalojarlo, causándole bajas y haciéndole prisioneros. Uno de ellos es un cura de la provincia de Navarra, que llevaba en la sotana las estrellas de teniente y una bandera monárquica bordada en el pecho. También entre los prisioneros se encuentran unos voluntarios pertenecientes a los llamados Tercios de Navarra, formados por gente fanática, seleccionada entre los curas navarros a quienes hace tiempo se les encomendó ese servicio. Se sabe asimismo que estos Tercios se constituyeron en el país navarro al poco tiempo de instaurarse la República, habiendo recibido desde entonces una cuidadosa instrucción militar. Ellos formaban la fuerza de choque, que pistola en mano, en diferentes ocasiones, atacaron a las manifestaciones republicanas y socialistas e irrumpieron en sus mítines, matando a algunas personas significadas de las izquierdas.
Se sabe, por último, que los citados Tercios de Navarra estaban sostenidos por fondos suscripcionales largamente para fines muy distintos de los verdaderos. Entre sus papeles, los prisioneros llevaban estampas y oraciones, como asimismo colgaban de sus pechos medallas y escapularios. Todos llevan boina carlista, buena ropa y armamento moderno, que manejan con destreza y precisión. Uno de los vecino de Estella, ha manifestado que salió de su pueblo creyendo que Madrid estaba en poder de los fascistas. El no iba, pues, a luchar contra los republicanos, sino a apoyar la pretensión de los diputados navarros y de ciertos personajes extranjeros de oponerse a una dictadura militar y apoyar una restauración monárquica, proclamando rey a Don Carlos. El estupor de este prisionero al conocer la verdad fue enorme, como asimismo el de sus compañeros, siendo esto causa de que se produjeran algunos choques dentro del campo fascista.
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