Prolífico periodista y dramaturgo vallisoletano, siempre comprometido con las problemáticas más importantes de su tiempo.
Su labor como periodista fue incesante, comenzando a destacar en la prensa deportiva y siendo fundador de las revistas Revista de Sport (1903), Mundo Sportivo (1903) y Gaceta del Sport (1904), es especialmente reconocido por haber sido presidente durante 1904 de la Asociación Madrileña de Clubs de Foot-ball, la primera federación española. Su experiencia debió de ser ingrata, pues abandonó para siempre los deportes para centrarse en su actividad periodística y literaria.
Comenzó periodista comenzó a escribir en el Diario Universal (1903), después en La Tribuna, Libertad o Informaciones. Fue director del periódico Castilla (1917), colaborador de La Voz (1925), Abc y la revista Blanco y Negro. Desde su llegada a México en 1942, colaboró en varias revistas como Estampa, México al Día, Saber, Revista de Revistas y Excelsior, en la escribió críticas teatrales y cinematográficas.
Sin embargo su mayor éxito profesional le llegó a través de la literatura, en concreto del teatro. La mayor parte de su producción dramatúrgica la firmó con Manuel Merino García Pierrat, con quien presentó incluso alguna zarzuela a la que el maestro Rafael Millán le puso música; así La mala tarde (1915) o Las alegres chicas de Berlín (1916). Avecilla también publicó varias novelas e incluso organizó una colección de 7 títulos llamada “La novela roja” (1931), en la que participaron otros novelistas como Margarita Nelken o Adelardo Fernández Arias.
Siempre firmadas en solitario, quizá sus principales obras fueran Los crepúsculos (1905), Margot quiere ser honrada (1922) o La amaba locamente (1925).
Su ideología comunista le hizo tener una activa actividad política durante los años republicanos, hasta el punto de verse obligado a refugiarse dos veces en París. Fue uno de los responsables de la Sociedad General de Autores y Editores durante la Guerra Civil Española, tras lo cual tuvo que exiliarse en México, tras haber sido encarcelado al final de la Guerra Civil. Llegó a México el 22 de mayo de 1942, a bordo del Nyassa, donde continuó su carrera periodística y literaria, colaborando en diversas revistas.
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