Batalla de Teruel,
Levante.—El enemigo que desmontando concentraciones preparadas por él cuidadosamente en diversos lugares, se ha visto obligado a trasladar a la zona de Teruel fuerzas numerosísimas y grandes cantidades de material, prosiguió hoy la operación que, con intermitencias derivadas del deseo de allegar más refuerzos vienen desarrollando desde hace días con propósito de rescatar la ciudad. Su ataque tuvo hoy carácter general, alcanzando intensidad máxima en los dos flancos. En el flanco derecho nuestras líneas se mantienen intactas, pues si bien a primera hora y bajo un terrible bombardeo aéreo hubimos de abandonar dos cotas, frente a Cerro Gordo, las recuperamos con prontitud merced a magnífico contraataque. En el flanco izquierdo perdimos algunas posiciones, sin que ello signifique peligro para la seguridad de Teruel, defendido por líneas muy fuertes. Los facciosos emplearon hoy grandes masas de artillería, aviación y muchos tanques. Durante las acciones terrestres se libraron en el aire dos combates, en el primero de los cuales nos fueron derribados dos aparatos de caza y uno en el segundo, ignorándose si la aviación facciosa tuvo bajas. En el interior de Teruel, a las 7 de la mañana, nuestras tropas entraron en el Seminario, de cuyos pisos altos retiraron cuadros, cálices y ornamentos del culto de extraordinario valor. En los sótanos del Seminario libertamos a 60 personas que los rebeldes tenían allí aprisionadas, incluso algunos soldados republicanos, a quienes se capturó en los primeros días de las operaciones y el delegado político de un batallón de carabineros. Por la tarde se voló el edificio del Banco de España y se cegó el aljibe del convento de Santa Clara, aljibe del que se valían los facciosos sitiados para proveerse de agua.
En los frentes de los demás Ejercitos, sin novedad.
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