Personajes

viernes, 1 de noviembre de 2024

Ávila Camacho, Manuel (1897-1955)

Militar y político mexicano que desde muy joven participó en las luchas civiles de su país. En 1937 fue nombrado secretario de Guerra y de Marina, y en 1940, elegido presidente de la República, cargo que desempeñó hasta 1946. 

Durante su mandato México reconoció al Gobierno republicano español en el exilio, concediéndole el derecho de extraterritorialidad.

 

Manuel Ávila Camacho, presidente de México de 1940 a 1946, jugó un papel significativo en el apoyo a los exiliados republicanos españoles tras la Guerra Civil Española. Continuando con la política de su predecesor Lázaro Cárdenas, Ávila Camacho facilitó la llegada y el asentamiento de numerosos refugiados españoles en México. Una de las principales acciones fue la gestión de la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE), presidida por Indalecio Prieto, que ayudó a miles de exiliados a integrarse y reconstruir sus vidas en México

Ávila Camacho respaldó la JARE facilitando recursos y protegiendo sus fondos, conocidos como el "tesoro del Vita". Además, su gobierno garantizó la escolarización de los hijos de los refugiados a través de instituciones como el Colegio Madrid, fundado en 1941.

 

La Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE) fue una organización creada por la Diputación Permanente de las Cortes Republicanas en el exilio a instancias del socialista Indalecio Prieto, para asisitir a los refugiados españoles en el exilio. Su finalidad era la de "administrar cuantos recursos y bienes pueda y deban destinarse al auxilio de quienes emigran de España por defender las instituciones democráticas de nuestro país". La JARE nace como respuesta al SERE, organismo vinculado al gobierno de Juan Negrín, y puso encima de la mesa las disputas entre las legitimidades de representación del Estado republicano en el exilio, entre el Gobierno de Negrín, y la Diputación Permanente, ligada a los desafectos de Negrín, liderados por Prieto y Diego Martínez Barrio. El primer presidente de la JARE fue Luis Nicolau D'Olwer, el vicepresidente Indalecio Prieto y el secretario general Carlos Esplá. Para la constitución de la JARE fue de enorme importancia la apropiación del cargamento del barco Vita por parte de Indalecio Prieto. Este barco y su cargamento, propiedad del Gobierno Republicano, estaba fondeado en Veracruz y contenía en sus bodegas los bienes evacuados de España, con los caudales que debían financiar el Gobierno de la República, pero, especialmente, el SERE.

Con el recurso económico y el respaldo de la Diputación Permanente, que se autoproclamó como la única representación legal de la República en el exilio, la JARE entró en clara competencia con el SERE. En septiembre de 1939, la JARE se trasladó de Francia a México, lo cual no impidió que siguiese actuando en Francia y más desde que el SERE dejó de funcionar de manera efectiva tras la ocuapción de Francia durante la II Guerra Mundial. Así, entre 1940 y 1942, la JARE siguió desarrollando su actividad en Francia bajo la cobertura de la delegación del gobierno mexicano de Ávila Camacho. Sin embargo, en diciembre de 1942, Ávila Camacho incautó los bienes de la JARE y su administración pasó a manos del estado mexicano, creando la CAFARE para gestionarlos. Con el objetivo de escolarizar a los hijos de los refugiados la JARE creo en México la Academia Hispano-Mexicana y el Instituto Hispano-Mexicano Ruiz de Alarcón.

 

a través de la Comisión de Ayuda a los Refugiados Españoles (CAFARE). Esta comisión fue una continuación de los esfuerzos iniciados por su predecesor, Lázaro Cárdenas, quien estableció la Comisión de Ayuda a los Republicanos Españoles (CARE) en 1940, con el objetivo de proporcionar refugio y asistencia a los republicanos que huían del régimen de Francisco Franco tras la Guerra Civil Española.

Durante su mandato, Ávila Camacho mantuvo y reforzó las políticas de asilo y apoyo iniciadas por Cárdenas. Bajo su gobierno, México continuó ofreciendo refugio a miles de republicanos españoles, facilitando su integración y proporcionando ayuda humanitaria. La CAFARE jugó un papel crucial en este proceso, gestionando la llegada y asentamiento de los refugiados, así como coordinando la distribución de recursos y apoyo social.

Ávila Camacho también apoyó la integración de los exiliados en la vida económica y cultural de México, reconociendo sus aportaciones y fomentando un ambiente de cooperación y solidaridad. Este esfuerzo no solo brindó un refugio seguro para los republicanos, sino que también enriqueció la sociedad mexicana con la llegada de intelectuales, artistas y profesionales altamente cualificados que contribuyeron significativamente al desarrollo del país.